Los despidos colectivos se duplicaron en Gipuzkoa por la debilidad de la industria

Así lo pone de manifiesto los registros del Departamento de Economía, Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco en su balance de cierre de año, a los que ha accedido este periódico. En concreto, fueron 453 los empleados que vieron rescindidos sus contratos por un expediente de regulación de empleo (ERE) frente a los 228 del ejercicio anterior. Esto supone un aumento del 98,68%, es decir, el doble.

Un incremento que contrasta, además, con la reducción registrada en los otros dos territorios vascos, ya que en Bizkaia caen un 16,23%, al registrarse 382 frente a los 456 de un año antes, y en Araba el descenso es aún más pronunciado. En concreto se anotó un retroceso del 36,11%, hasta las 92 rescisiones.

Esto denota que el tejido productivo guipuzcoano ha recurrido más a esta medida drástica, la de los despidos colectivos, para poder afrontar el impacto que sufren algunas empresas por la debilidad de los principales mercados europeos, como son Francia y Alemania. Incluso el país teutón cerró el año pasado con recesión. Tan solo estas dos áreas geográficas suponen el 25% de las exportaciones de los productos que venden las compañías guipuzcoanas. Tampoco ayudan mucho Italia y Reino Unido, cuyas economías no terminan de carburar al ritmo esperado. Los cuatro mercados acaparan el 40% de las ventas al exterior de nuestro territorio. Por lo tanto, no es de extrañar que las empresas estén recurriendo en mayor medida a los expedientes de empleo para tratar de solventar la situación. Aunque no solo lo hacen con las medidas más drásticas, como son las rescisiones, ya que también crecen los trabajadores afectados por ERTE –expedientes temporales– de suspensión, que suponen el grueso. En concreto, en Gipuzkoa aumentaron un 12,41%, ya que se vieron involucrados un total de 1.730 empleados.

Un aumento, en cualquier caso, que es menor que en los territorios vecinos. En este caso, Bizkaia registra un alza del 44,38%, hasta sumar 3.813 empleados, y Araba una subida del 36,24%, hasta los 2.549. De este modo, en el conjunto de Euskadi crecieron un 33,73%, hasta las 8.092, como se puede ver en el gráfico adjunto.

Por contra, los trabajadores afectados por ERTE de reducción de jornada descienden en Gipuzkoa un 31,39%, hasta los 212. En Araba también caen, pero en menor medida (-14,75%), mientras que en Bizkaia aumentan (45,16%).

Sumados todos los trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo, nuestro territorio registra el incremento más moderado (15,37%), lo que deja la cifra total en 2.395. En Araba crece un 29,72% y en Bizkaia un 35,92%, con lo que en Euskadi se vieron afectados un total de 9.508 empleados, un 28,42% más.

Se trata de la cifra más alta desde 2014 (16.747), si se dejan fuera los años de la pandemia. De hecho, en 2020 hubo 210.019 trabajadores afectados por ERTE en el País Vasco, en 2021, 32.723 y en 2022 bajó a 19.772. Con el aumento del año pasado se trunca la senda descendente.

Eso sí, el año pasado hubo más trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo, aunque la cifra de estos se redujo ligeramente en nuestro territorio (-2,06%) hasta los 95 expedientes y también en Bizkaia y Araba. En Euskadi se registraron 124 expedientes, ocho menos que en el ejercicio anterior. La conclusión es que se registran menos expedientes pero afectan a más trabajadores.

Si nos atenemos a los grandes sectores de actividad, los datos reflejan claramente que la industria es la que más ha recurrido a los expedientes colectivos, lo que pone en evidencia que es la que más está sufriendo el impacto de esa debilidad europea y más en concreto, del tejido industrial, que está perdiendo fuelle en los últimos años en comparación con dos superpotencias como son EE UU y China e incluso la India, como recordó este miércoles el lehendakari, Imanol Pradales, tras la primera reunión del Grupo para la Defensa Industrial celebrado en el Kursaal donostiarra.

Un grupo que pretende, precisamente, un «rearme industrial» de la mano de Europa, en un momento en el que los aranceles que pretende imponer el presidente norteamericano pueden suponer una puntilla. De hecho, Pradales alertó de que supone la mayor amenaza «en décadas» y urgió a adoptar medidas ante los nuevos desafíos y oportunidades que iban a surgir.

Volviendo a los datos de los trabajadores afectados por los expedientes de regulación de empleo, los registrados en la industria suponen más de ocho de cada diez del total, con 1.971 afectados, una proporción que es similar en Euskadi. En los servicios, los empleados que se vieron involucrados en un ERE fueron 336, mientras que en la agricultura se contabilizaron 92, por encima de la construcción (45) con mucho mayor peso y una cifra de trabajadores bastante más alta.

Si nos atenemos a los de rescisión, la industria dejó en la calle por esta vía a 282 trabajadores en Gipuzkoa, los servicios prescindieron de 126 empleados, la construcción 45 y la agricultura 12. En total, en Euskadi fueron 927 trabajadores.

Bajando más al detalle, el análisis de las ramas de actividad que se han visto afectadas por expedientes de regulación de empleo en Gipuzkoa, se observa que las empresas de metalurgia y fabricación de productos metálicos han sido las más afectadas, ya que han sido 520 los trabajadores que se han visto involucrados en los diferentes tipos de ERE. Una actividad que está ligada al sector del automóvil, ya que hay mucha industria de componentes de automoción.

Le siguen la fabricación de maquinaria, con 412 empleados, y la industria de la madera y del papel, con 388. Y en la cuarta posición se sitúan las empresas que se dedican a la fabricación de vehículos, con 328.

A más distancia se encuentran las encuadrada en el epígrafe de industria petrolífera, química, farmacia, caucho, plástico y productos minerales (192) y las hostelería ( 160). Aunque si nos atenemos únicamente a las rescisiones, la industria petrolífera encabeza la lista con 91 despidos, seguida por la metalurgia (54), la fabricación de vehículos (50), la construcción y la hostelería, con 45 cada uno, y la educación, con 40.