«El ordenador cuántico de Donostia será un imán para el sur de Europa en la atracción de talento científico»
El responsable del gigante tecnológico afirma que en San Sebastián «se daban todas las condiciones» para el proyecto
Darío Gil (Murcia, 1975), vicepresidente mundial de IBM y director del área de Research, es, ante todo, un apasionado de la ciencia. Sin despegar la ... sonrisa de su boca, explica a DV cómo será el superordenador que, en colaboración con la Fundación Ikerbasque, el gigante de la informática instalará en San Sebastián en 2024. La ciudad, y por extensión Euskadi, serán la referencia para el sur de Europa del nuevo paradigma de la computación cuántica. Y, aún más importante, el lugar en el que se levante, gracias a la colaboración de los distintos agentes, todo un ecosistema de conocimiento al servicio también de la industria.
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–San Sebastián va a albergar el que será sexto ordenador cuántico programable de IBM. ¿Por qué aquí? Supongo que la instalación tendría muchas novias...
–Lo primero es que estamos enormemente ilusionados por poder anunciar la creación de este centro de computación cuántica. Y la razón de por qué aquí es muy sencilla: porque se daban todas las condiciones necesarias para que el proyecto tuviera éxito. Desde la capacidad científica hasta el deseo de crear infraestructura singulares y, sobre todo, que alrededor encontramos un tejido industrial que se puede beneficiar enormemente de la gran promesa de la computación cuántica. IBM también trabajará duro para acercar a esta oportunidad a las grandes empresas de toda España. Y cuando vemos todas esas combinaciones, y con gente con la que tenemos confianza e ilusión, pues es un proyecto que nos tiene a todos tremendamente entusiasmados.
–¿Esa gente que ha permitido sellar esta alianza tiene nombre y apellido? Nos gusta pensar que Pedro Miguel Etxenike, el DIPC, el Materials Physics Center, CicNanogune o Multiverse Computing han tenido algo que ver...
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Así es el superordenador cuántico que se instalará en San Sebastián
–Yo creo que en la decisión de albergar este centro en Euskadi ha habido un doble componente. El primero, como bien comenta, es el tema de la investigación. Y hablo del DIPC y del éxito que ha tenido y de la capacidad científica tan extraordinaria del País Vasco. Y el segundo elemento que quiero resaltar es el tejido industrial. Creo que no es una coincidencia que los primeros centros de computación cuántica estén en Estados Unidos, Japón, Alemania o Corea del Sur. El País Vasco tiene ese elemento de pioneros industriales.
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Operativo en 2024
–El ordenador llega a través de Ikerbasque. ¿Cuándo estará plenamente operativo?
–Pues el objetivo es que lo tengamos ya operativo en el 2024. Ahora el edificio que lo albergará está en fase de construcción, y se tiene que acabar. Pero nosotros ya estamos manos a la obra a la hora de diseñar y construir el ordenador. De todos modos, el proyecto empieza antes, el primer día, pues toda la flota de ordenadores cuánticos de IBM permite colaborar de manera remota y colaborativa. El concepto de colaboración es muy importante, es lo que da potencia al proyecto.
–Qué va a suponer esta instalación para San Sebastián, para Euskadi y para España?
–Yo creo que este es un momento histórico. Es un antes y un después, porque lo que va a suponer es dar un salto de primer orden en la escena global de la computación cuántica. Un proyecto de esta magnitud va a poner el foco aquí. Y va a ser un imán de atracción para el talento y la capacidad científica, y va a permitir también empezar a preparar y a habilitar a las empresas sobre las muchas oportunidades que les ofrece la computación cuántica. Va a ser un imán para todo el sur de Europa y la referencia para el futuro. Una cosa sin igual. Ya ha arrancado, y cuando lo comentamos con empresas, universidades o start ups vemos, de verdad, un nivel de ilusión tremendo. Se nota toda esa energía. Hay empresas, aquí y más allá de Euskadi, que nos dicen: «Yo quiero estar alineado con ese gran proyecto».
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–¿El ordenador de San Sebastián se conectará a toda su red?
–Por supuesto, por supuesto. Es lo que le da la fuerza. Nosotros en los últimos años hemos creado la mayor red de computación cuántica del mundo, y eso va desde las comunidades de código abierto a las colaboraciones con universidades y centros de computación. El compartir experiencias y ver qué funciona y qué no, aporta beneficios a todos.
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–¿Hasta qué punto las empresas, la industria, son conscientes de que pueden aprovechar la computación cuántica?
–Estamos todavía en los inicios, es cierto, pero lo son, y cada vez más. Muchísimas industrias entienden que la computación en general es algo esencial para su negocio. Nos da cierta ventaja el que en la última década hayamos visto avanzar a la inteligencia artificial. Las mentes están preparadas ante lo que se anticipa, ante esta nueva era. Y también ayuda mucho cuando ven grandes inversiones como la que se está haciendo aquí, lo que les ayuda a decir: «Venga, vamos a dar un primer paso y a ver cómo impacta esto en nuestra empresa».
«Este es un momento histórico. Es un antes y un después. Un salto de primer orden en la computación cuántica»
Poder volar
–Se lo habrán preguntado muchas veces. ¿Qué es un ordenador cuántico? ¿Es tan disruptivo?
–Abre otro nuevo tiempo. Hay que entenderlo. Primero, esto no es una evolución de nuestros ordenadores tradicionales. Es una categoría en sí misma. Vamos en una dirección distinta. Digamos que estando en el mundo del transporte podemos ir de un lugar a otro en coche o en tren, y de pronto podemos volar. Es una nueva dimensión que nos permite explorar nuevos espacios. Hay problemas importantísimos que afectan al mundo científico o empresarial que no podemos resolver a la manera clásica y que ahora enfrentamos de modo radicalmente distinto. Lo que le da ese poder es unir ideas de la física cuántica con la información y representarla en bits cuánticos, en qubits. Este ordenador es capaz de resolver cálculos de manera mucho más eficiente.
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«IBM está creando una nueva industria, es el líder y tenemos la suficiente confianza para marcar el camino»
–¿Los ordenadores convencionales seguirán sirviendo?
–La característica donde la computación cuántica ofrece su mayor promesa es en el mundo donde el número de variables es muy grande, es exponencial. Para problemas muy sencillos, los ordenadores tradicionales lo van a hacer siempre mucho mejor y mucho más rápido. Pero si queremos diseñar una nueva molécula para crear nuevas baterías para el coche eléctrico o para nuevos fármacos, en las que el número de variables es exponencial, ahí es donde el ordenador cuántico nos puede ayudar de una manera más eficiente.
–Parece complicado para el común de los mortales...
–Pues sí, pero frente a eso yo trato de recordar que la mayoría de la gente tampoco sabe cómo funciona la computación clásica. Lo que hay que comprender es que el ordenador cuántico es una nueva herramienta muy poderosa que nos va a permitir resolver de forma eficiente problemas que antes no éramos capaces. Diez, cien o mil veces más rápido que hasta ahora.
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–¿Me puede dar dos o tres ejemplos de éxito practico?
–Hay más de 220 instituciones de todo el mundo que trabajan con nosotros en nuestra red de computación cuántica. Hay empresas como Boeing o Daimler que están interesados en mejoras de eficiencia o en la búsqueda de nuevos materiales. Hemos visto también muchísimo interés en el mundo financiero de Estados Unidos, en compañías como JP Morgan Chase o Wells Fargo. Y, por supuesto, en la universidad y los laboratorios de investigación. Esas son las grandes áreas.
«Estamos viviendo el momento más emocionante de la computación desde los años 40»
–¿Estamos a punto de resolver problemas imposibles?
–Lo que está pasando ahora mismo, en 2023 y 2024, es que estamos viendo que hay ordenadores cuánticos de cierta dimensión y unas técnicas de mitigación de errores donde igual podemos dar ese paso. Ver por fin la llamada 'ventaja cuántica'. Es un momento emocionante.
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–¿Quizás la gracia de esto es que no sabemos realmente el verdadero potencial?
–Es curioso. Sabemos parte del potencial, pero no todo. Eso me recuerda a los primeros ordenadores de los años 40, dedicados a descifrar mensajes en la Segunda Guerra Mundial y a calcular trayectorias balísticas. Y ahora vemos el enorme potencial que tienen (señala un teléfono móvil). Es un campo abierto por explorar. Por eso es tan importante este centro, porque atraerá a San Sebastián a ingenieros, matemáticos, físicos... A gente con enorme curiosidad.
–¿Podemos esperar entonces que se levante en San Sebastián y en el País Vasco todo un universo cuántico?
–¡Claro! Esa es, quizás, la parte más importante de todas. Que esto tiene que ser algo que genere un ecosistema, una comunidad científica y también industrial alrededor del proyecto. Una comunidad de inversión, de colaboración. Es similar a la historia del Centro de Supercomputación, un proyecto regional conjunto con IBM, que ha generado grandísimas inversiones veinte años después, gracias al esfuerzo de Mateo Valero y otros muchos. Mi mayor deseo es que genere aquí un ecosistema de avances científicos y riqueza basado en una nueva industria.
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Tabakalera acoge hoy la gran presentación del acuerdo
La Fundación Vasca para la Ciencia-Ikerbasque y el gigante tecnológico IBM presentarán hoy en San Sebastián la alianza, sellada la semana pasada en Nueva York, para la instalación en la capital guipuzcoana de un superordenador cuántico. El acto estará presidido por el lehendakari, Iñigo Urkullu, y se celebrará en Tabakalera, con la participación del consejero de Educación, Jokin Bildarratz, y los tres diputados generales. Está previsto que durante toda la mañana se desarrolle una jornada repleta de ponencias sobre la computación cuántica con la participación de ponentes de primerísimo nivel.
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