«Esperamos que se construyan nuevos parques eólicos en Euskadi»

– ¿Cuál es la aportación de la energía eólica respecto al total de la que se consume en Euskadi?

– La tasa de autoabastecimiento, que en su mayoría es de origen renovable, supone aproximadamente un 10% del total de la energía que consumimos en el país. De ahí, el 4,81% proviene de la eólica. Es un porcentaje que tiene margen de mejora, ya que podemos abastecer nuestras necesidades con mayor aportación de esta fuente, al igual que ya lo hacen regiones vecinas.

– ¿Cuáles son los objetivos?

– La potencia eólica actual instalada es de 155 MW en cinco parques: 84,7 MW en Araba, 44,1 MW en Bizkaia y 24,3 MW en Gipuzkoa. Se trata de una cifra muy alejada del objetivo previsto en la Estrategia de Euskadi 2030, que es de 763 MW. Así que representa actualmente un porcentaje pequeño del consumo energético de Euskadi. El documento tiene unos objetivos muy ambiciosos en materia de uso de renovables, imprescindibles para la transición hacia un modelo sostenible bajo en emisiones de carbono. Por ello pretendemos aumentar su uso en un 65% respecto a la generación renovable de 2020, para alcanzar en ese año los 966.000 tep (toneladas equivalentes de petróleo) de aprovechamiento. Es decir, alcanzar una cuota de renovables en el consumo final superior al 21%.

– ¿Qué supone el interés mostrado por Capital Energy?

– Es una empresa promotora de renovables y ha visto interés en el potencial de Euskadi para mejorar su capacidad de abastecimiento mediante energía eólica. Su desarrollo en Euskadi es escaso respecto a otras comunidades, como es el caso de Navarra. Es de esperar que en los próximos años se construyan nuevos parques con el objetivo de alcanzar el objetivo previsto para 2030 de 763 MW.

– ¿Gipuzkoa presenta condiciones óptimas para aprovechar el viento?

– Al igual que Bizkaia y Araba, el recurso del viento existente se encuentra en zonas altas o cumbres de montañas que en muchos casos cuentan con restricciones ambientales para su instalación. Por ello, cada propuesta deberá ser analizada de forma individual y proceder a la revisión de todos los parámetros energéticos y medioambientales.

– ¿Estos proyectos suscitarán oposición, como ya ha ocurrido en otras ocasiones?

– La transición energética no es una labor exclusiva de las Administraciones. Es una responsabilidad común y compartida por toda la sociedad para poner de nuestra parte en la lucha contra el cambio climático. Abastecer las necesidades de energía mediante fuentes limpias no es algo a lo que podamos renunciar ya que nos jugamos el futuro de nuestra sociedad y el bienestar de las próximas generaciones. Toda actividad humana tiene cierto impacto y, en el caso de las renovables, resultan la mejor opción para producir electricidad, pero no son totalmente inocuas. Debemos decidir si apostamos por ellas, por supuesto cumpliendo las más estrictas normativas de cuidado del medio ambiente, o bien si seguimos abasteciéndonos mediante fuentes fósiles.

– ¿La sociedad está concienciada en esta línea?

– La mayor parte de los ciudadanos tiene claro que debemos cambiar nuestro modelo energético y para ello necesitamos de todas las fuentes. Las placas solares en los tejados y las cooperativas solares para producir energía de forma agrupada son imprescindibles, pero tienen sus límites. Por ese motivo también necesitamos las instalaciones de mayor tamaño que podrán abastecer a núcleos mayores de población, sin olvidar a la industria de gran consumo energético que debe ser competitiva para que pueda seguir manteniendo su capacidad de generar empleo y bienestar. Sus competidores directos ya están trabajando en este cambio, por lo que no se pueden quedar atrás.