El Gobierno Vasco actualiza el Plan Euskadi Next para captar 6.400 millones de la UE
El Gobierno Urkullu actualiza su programa de reactivación económica con una financiación total de 18.286 millones
El Consejo de Gobierno vasco aprobó ayer la actualización del conocido como Plan Euskadi Next, que supone un compendio de proyectos con los ... que -en el marco de los fondos europeos 'Next Generation', de los que España aspira en primera instancia a 70.000 millones- lograr una verdadera transformación de la economía vasca de cara a los desafíos de futuro.
Según explicó el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, quien puso especial acento en esa «vocación transformadora» del programa, la actualización se realiza tras conocer algo más de detalle del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia europeo (el llamado MRR) y de los pasos dados por Gobierno español en busca de esos millonario recursos. Un panorama, añadió, que aún queda lejos de estar perfectamente claro: «Hay todavía poca concreción y muchas incertidumbres».
Ahora, detalló Pedro Azpiazu, la nueva hoja de ruta vasca aspira a movilizar en total (entre recursos públicos vascos, españoles y europeos y dinero de la iniciativa privada) la suma de 18.286 millones de euros, que contrasta con los 13.135 millones contemplados en la primera versión del Euskadi Next, conformada el pasado diciembre sin apenas datos de cómo sería el funcionamiento real del programa.
El 59% de esa nueva inversión global (10.788 millones), explicó Azpiazu, se presenta como imposible de asignar a un único territorio histórico. En la primera versión, ese capítulo era un 52%. De lo que sí se puede territorializar, Gipuzkoa y sus proyectos se llevarían un 12% del gobal, lo que supondría una inversión total de 2.194 millones. Álava aspira a un 11% (2.011 millones) y Bizkaia, a un 18% o, lo que es lo mismo, a 3.291 millones.
Entre los muchos proyectos guipuzcoanos se encuentran, por ejemplo, Naturklima (que aparece en varios epígrafes), el Battery Packs, que aspira a una inversión total de 75 millones (que contrastan con los 882 del Basquevolt Gigafactory alavés -fábrica de baterías-), Mubil (156 millones), el Gipuzkoa Living Lab (45 millones) o el llamado GANTT -biosanitario-, con 130 millones.
Algunas inversiones
-
75 millones están contemplados para el Battery Paks, la fábrica guipuzcoana de diseño, producción y ensamblaje de baterías de Li-ion.
-
156 millones de inversión total, entre pública y privada, se contemplan para Mubil.
-
45 millones serían los que movería el Gipuzkoa Living Lab, un proyecto que incorpora la inteligencia artificial a las carreteras para mejorar su uso.
-
1.300 millones es la cantidad prevista para el Corredor Vasco del Hidrógeno en el Euskadi Next.
-
334 millones suman las cuatro iniciativas planteadas en torno a la industria aeroespacial, que son novedad en el plan.
-
130 millones aspira a movilizar el proyecto GANTT de terapias avanzadas que lideran Viralgen y VIVEbiotech.
-
96 millones tiene asignados Guipuzkoa Quantum, que quiere hacer del territorio un 'hub' de tecnologías cuánticas.
-
137 millones tiene asignados Gipuzkoa Digitala, que busca modernizar las administraciones del territorio.
Ese salto de una cifra a otra entre los dos documentos del Euskadi Next (de 13.135 a 18.286 millones) responde a que, a la luz de lo revelado por el Gobierno central, los capítulos de Salud y Educación van a cobrar mucha más importancia de lo que se calculó en diciembre, lo que ha llevado a intensificar la apuesta vasca en estas dos materias. Además, se incluye como novedad un apartado para la industria aeroespacial, con 334 millones.
En la primera versión, los proyectos a realizar desde el País Vasco aspiraban a recibir unos 5.702 millones de euros de los fondos comunitarios. Ahora, y sin poder concretar realmente la cifra, pues, explicó el consejero, todo dependerá de la intensidad concreta de cada línea de ayudas que disponga el Gobierno central, la cifra que podría llegar a la comunidad autónoma desde Bruselas rondaría los 6.400 millones, un 9,1% del total de lo que se espera en España en subvenciones a fondo perdido.
Un guarismo que está calculado, explicaron fuentes de Hacienda, en base a los criterios habituales de los límites que se acostumbran a imponer cuando se analizan las llamadas ayudas de Estado, «que viene a ser el 35% de la inversión total».
Se da la circunstancia de que en el primer Euskadi Next, los citados 5.700 millones suponían bastante más que un 35% del total a movilizar. En concreto, un 43%. Eso se debe, añadieron las mismas fuentes, a que hubo una suerte de «exceso de optimismo» por parte de las empresas a la hora de estimar cuánta ayuda europea recibirían sus iniciativas.
Ahora, con algo más de conocimiento y sosiego, las cifras varían un tanto. En este sentido, Azpiazu subrayó que no se sabe aún cuánto dinero va a «fluir». Y aclaró que el programa (un profuso documento de 128 páginas) será remitido en breve al Gobierno central, así como a las diputaciones y los ayuntamientos de Euskadi.
«Este documento nos tiene que servir para trabajar, para defender nuestros proyectos y para obtener recursos, ahora que se están conociendo poco a poco algunos aspectos», resaltó el consejero, quien puso especial énfasis en el carácter «transformador» del plan vasco.
Menudeo
El consejero apuntó que algunos ministerios están repartiendo algunas ayudas de una forma que calificó de «menudeo, aunque tienen partidas importantes», pero resaltó que lo distrubuido hasta ahora no ha tenido como destino los grandes proyectos. «El dinero está llegando a cuentagotas y está en gran parte condicionado. Me gustaría que estuviera más vinculado a nuestros proyectos de transformaciones y no tanto ligados a actuaciones menores», dijo.
Para tratar de asegurar ese impulso transformador, Euskadi ha dividido su plan en tres niveles. El primero responde a los grandes PERTE estatales, que hoy son seis (se pretende que terminen siendo diez) y de los que el País Vasco tiene proyectos para cinco, por valor de 5.804 millones.
Junto a esto añade los PERTE regionales, una figura propia y exportable a otras autonomías y que, explicó el consejero, tienen la ventaja de pegarse más al terreno, de desgajar menos las iniciativas entre varios ministerios y, sobre todo, de apoyarse en la estrategia de especialización inteligente que desde hace años trabaja el País Vasco, en línea con las directrices estratégicas europeas. En este segundo capítulo, se incluyen nueve grandes líneas de trabajo, con una inversión total de 6.399 millones.
La tercera vía son las subvenciones y licitaciones públicas que derivarán a modo de cascada cuando se activen los Next Generation y en las que «el gran desafío» será agilizar los trámites y desatascar los posibles cuellos de botella. «Muchas de estas actuaciones tendrán un claro impacto municipal, al tratarse sobre todo de infraestructuras que mejorarán los hábitats urbanos», subrayó el Ejecutivo Vasco.
Lakua reclama una «discriminación positiva» hacia el sector industrial
El nuevo Euskadi Next, que destila una evidente crítica para con la forma de proceder que el Estado ha desmostrado hacia las comunidades autónomas, al situarlas poco menos que como convidados de piedra en la gestión de los fondos europeos, incluye también algunas «sugerencias» para el Gobierno central; entre ellas, la conveniencia de «una discriminación positiva en el uso de los fondos de recuperación y resiliencia hacia la industria».
¿Por qué? Porque, señala el documento, «el impulso a la industria y su competitividad son una palanca esencial para la transformación socioeconómica del Estado que se pretende», y porque «la intensidad inversora es mayor en este sector que en otros».
Al tiempo, el texto está trufado de esa reivindicación que desde el principio ha expuesto el Gobierno Vasco, y que se apoya en el hecho de que el reglamento del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia europeo deja bien claro que los Estados han de «consultar y hacer partícipes a las autoridades regionales y locales» en la aplicación de las reformas y las inversiones ligadas a los Next Generation.
En ese apartado de sugerencias, Lakua desliza también, con muy buenas palabras, que la filosofía expuesta hasta ahora por el Ejecutivo central adolece de una visión más bien cortoplacista del uso de los fondos que, en definitiva, desvirtúa el que debiera de ser el objetivo principal del programa de auxilio comunitario: la verdadera transformación de la economía hacia esas necesarias transiciones digital y medioambiental que se imponen en todo el mundo.
«La tentación de ver una recuperación vigorosa del PIB tras su desplome como consecuencia de la pandemia puede hipotecar el uso de los fondos y su relevancia como palanca de transformación», señala el documento del Gobierno Vasco.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión