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La progresividad es uno de los ejes principales de la reforma fiscal de Gipuzkoa y Euskadi. El anteproyecto de norma foral al que ha tenido ... acceso este periódico, y que hoy se abre al periodo de exposición pública, consta de seis capítulos y 17 artículos, y entre ellos destaca uno mediante el cual se pretende beneficiar al ahorrador medio aproximando la carga tributaria al principio de progresividad. Esta medida busca rebajar la carga soportada por el ahorrador medio e incrementar la de las rentas del ahorro más elevadas. Estas rentas son las que provienen de aquellos ingresos que no están relacionados con el trabajo, tales como el cobro de seguros de vida e invalidez, intereses en cuentas corrientes, dividendos, ganancias y pérdidas patrimoniales...
Para alcanzar dicho objetivo, el nuevo texto fiscal rediseña los cinco tramos de la escala del ahorro preexistentes y añade uno más, elevando el tipo máximo de la escala hasta el 27% (ver tablas adjuntas). Así, se creará un nuevo tipo por encima del máximo actual del 25% para aquellas personas con ingresos superiores a los 240.000 euros. A partir de esa cantidad, el tipo aplicable será del 27%, y un escalón por debajo se presenta otro gravamen del 26% para rentas del ahorro que se muevan entre los 120.000 y los 240.000 euros. La intención de las Haciendas forales es rebajar la presión fiscal sobre el resto de rentas en la medida en que suba la recaudación por los contribuyentes con esas ganancias superiores a los 240.000 euros. En definitiva, inyectar más dinero en el bolsillo del pequeño y mediano ahorrador con una medida que impactará en una gran parte de los contribuyentes del territorio.
Es, de esta manera, el ahorrador medio el que verá minorada su carga tributaria. Así, las rentas del ahorro de entre 15.000 y 30.000 euros verán reducido su tipo aplicable al pasar del 23 al 22%. Algo superior es la minoración de la cuota para quienes tengan un ahorro de entre 30.000 y 60.000 euros, ya que pasan de una carga tributaria del 25% al 23%. Hasta los 15.000 euros –primer tramo de la escala del ahorro– el tipo aplicable será del 20%.
Si echamos un vistazo a la tabla de la Agencia Tributaria (la Hacienda española) en esta materia y comparamos con las Haciendas vascas, podemos observar que los gravámenes, así como los tramos, varían sustancialmente. La base liquidable del ahorro tributa a un tipo del 19% para los primeros 6.000 euros; del 21% entre 6.000 y 50.000 euros; del 23% entre 50.000 y 200.000 euros; del 27% entre 200.000 y 300.000 euros, y del 28% para todas las rentas que excedan esta última cuantía. La Hacienda estatal establece así cinco tramos de la escala del ahorro –y no seis como fija la nueva reforma fiscal vasca– y tiene un tipo máximo superior en un 1% al de Euskadi.
Conviene recordar que esta no es la primera vez que la Hacienda foral rediseña los tramos del ahorro. En la reforma de 2014 los tipos de gravamen máximos pasaron del 22 al 25% actual. Asimismo, los contribuyentes que en su declaración de la Renta sólo declaraban rendimientos del ahorro, más conocidos como rentistas, se quedaron sin 1.389 euros de deducción general que disfrutaban el resto de contribuyentes a la hora de presentar su declaración.
Este cambio venía a responder a una disfunción entre la base imponible general y la del ahorro, y se podía resumir de esta manera. La declaración de la Renta se compone de dos tipos de ingresos: los rendimientos del trabajo o de actividades económicas, que se computan en la base imponible general; y los que se anotan en la base del ahorro. La mayoría de personas físicas declara en los dos bloques: trabajo y ahorro, pero una parte pequeña de la población sólo lo hace en la segunda. Vive, por tanto, de sus rentas. Ese grupo se quedó a partir de 2014 sin deducción general: sin 1.389 euros. Esta medida afectó a casi 8.000 guipuzcoanos y la Hacienda foral recaudó 9,4 millones más.
Regresamos de nuevo al 2024 para destacar la otra medida estrella del capítulo V del anteproyecto de norma foral dedicado a la progresividad. Las tres diputaciones forales en sus respectivas Juntas Generales proponen una revisión de los tramos de tributación del IRPF, en la que destaca la elevación del mínimo exento para realizar la declaración de la Renta hasta los 19.000 euros anuales para que los perceptores del SMI no tengan que tributar.
Sigue así la estela del Gobierno central, que elevó a comienzos de año ese mínimo hasta los 15.000 euros toda vez que el SMI quedó fijado en todo el Estado en 15.876 euros frente a los 15.120 euros anuales del año pasado. Las Haciendas vascas han preferido esperar a esta reforma para elevar ese umbral, que lo supera con creces al fijarlo en esos 19.000 euros. El objetivo es que todos aquellos contribuyentes que tengan unos ingresos reducidos no estén obligados a realizar la declaración de la Renta, aunque en algunos casos podría interesarles.
En estos momentos en Gipuzkoa los contribuyentes no tienen que rendir cuentas con Hacienda si sus ingresos no superan los 14.000 euros en el caso de un solo pagador y los 20.000 con dos pagadores. Esos 19.000 euros que regirán a partir del próximo año y que se harán efectivos en la Declaración de la Renta que se realice en 2026, correspondiente a 2025, es para ambos casos. Con todo, cabe recordar que los parados guipuzcoanos que perciban una prestación por desempleo estarán obligados a realizar la declaración aunque no lleguen a ese umbral de los 19.000 euros.
Después de la publicación hoy del anteproyecto de norma foral de la reforma fiscal, el texto arranca ahora el periodo de exposición pública durante 20 días hábiles. Durante ese tiempo se abre una ventana para presentar alegaciones que la Hacienda foral estudiará y responderá, para incorporar, o no, al texto nuevas medidas o modificaciones. Una vez cumplido ese periodo, y recogidas y estudiadas las alegaciones, el siguiente paso será elaborar el proyecto definitivo, que primero tendrá que ser aprobado por el Consejo de Gobierno de la Diputación para, posteriormente, poner rumbo a las Juntas Generales para su aprobación definitiva. El Gobierno de coalición PNV-PSE no tiene mayoría absoluta y por lo tanto necesitará del apoyo de al menos un grupo de la oposición –EH Bildu, PP o Elkarrekin Podemos– para sacar adelante la reforma fiscal. Hacienda espera tener aprobada la nueva norma antes de primavera de 2025, aunque tendrá carácter retroactivo desde el 1 de enero.
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