El giro de Bruselas hacia el combustible sintético para 2035 impulsa a Euskadi como fabricante

La novedad en la posición comunitaria respecto a los combustibles sintéticos, que no entraban en los planes de Bruselas, que solo quería coches eléctricos puros nuevos a la venta en 2035, ha sido propiciada por la intensa presión ejercida en defensa de los llamados 'e-fuels' por parte de Alemania (el gran fabricante de coches continental) y de Italia. A pesar de que el Gobierno español es clara y vehementemente contrario, la novedad ha sido recibida con evidente satisfacción en Euskadi.

Y es que, además de dar una oportunidad que parecía perdida a la industria tradicional de la automoción, el aparente cambio de paso de las autoridades comunitarias sitúa a la planta piloto que Repsol/Petronor tiene en el puerto de Bilbao como la punta de lanza y la verdadera «referencia» en esa tecnología «en todo el sur de Europa».

Así lo aseguró ayer a DV Elías Unzueta, director de Petronor Innovación, la división en la que la compañía aúna toda su apuesta por la descarbonización. «El futuro no está escrito, así que dejemos competir a todas las tecnologías y desarrollemos al máximo nuestras capacidades tecnológicas», afirmó.

¿Cómo fabricará Petronor esos combustibles? Unzueta subraya que la planta, que con 47.000 metros cuadrados ha requerido una inversión inicial de casi 70 millones de euros y que estará a pleno rendimiento en 2025 (con una capacidad de producción de 8.000 litros al día), producirá combustibles neutros en CO2.

¿Qué significa eso? Que esos combustibles de huella cero serán producidos únicamente con hidrógeno verde (generado a partir de agua tratada con energía eólica) y CO2 capturado en la propia refinería. La clave es la circularidad, el hecho de que el mismo CO2 que se emita por el tubo de escape será el que previamente se ha capturado, con lo que la 'suma' dará cero.

Con esos dos únicos componentes se elaborarán unas moléculas que después podrán alimentar coches, camiones o aviones, cuyos motores solo requerirán una pequeña adaptación. «Serán esencialmente indistinguibles de los carburantes generados desde fuentes fósiles, y en las gasolineras habrá un surtidor más, el de 'e-fuel', con lo que se podrán aprovechar las actuales infraestructuras», expuso. La planta, que servirá para dimensionar costes y oportunidades de esta nueva tecnología, será el preludio de otra mucho mayor.

La satisfacción se hizo patente también en el Cluster de la Automoción de Euskadi (Acicae), cuya diretora general, Inés Anitua, declaró a este periódico que «es una buena noticia, ya que nos parece razonable, pero habrá que seguir trabajando como siempre en la mejora tecnológica…».

«Siempre hemos defendido la neutralidad tecnológica, cuyo significado es que lleguemos a los objetivos de cero emisiones con un mix de tecnologías que nos aseguren las metas propuestas. Eso nos da flexibilidad, diversificación y más posibilidades de desarrollo de nuevas soluciones», añadió Anitua.

De igual manera, la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, puso en valor que «Europa ha avalado nuestra tesis y confiamos en que la incertidumbre generada en el sector de la automoción se vaya reconduciendo».

«Hemos insistido más de una vez en la necesidad de un análisis sereno. Debemos tener en cuenta al conjunto de la sociedad, también a las personas que hoy no pueden acceder al vehículo eléctrico, y, además, tenemos que seguir trabajando junto con el tejido industrial propio. El Gobierno Vasco está comprometido con el objetivo de emisiones 0 para el 2050, y todas las tecnologías que avancen en la reducción de emisiones y la descarbonización son útiles y deben ser consideradas», defendió la consejera.