Borja Cembrero: «Me gusta pensar que tengo una familia en casa y otra en la oficina»

- ¿Cuáles son las ventajas que aportan sus herramientas?

- Ayudamos a las e-commerce a mejorar sus conversiones y a los usuarios a realizar compras con mayor seguridad. Los clientes tienen menos miedo a comprar por internet porque conocen que las prendas se ajustan a su talla, lo cual favorece a que se incrementen las ventas de las tiendas, y, a su vez, disminuyan las posteriores devoluciones de ropa. Por otra parte, nuestra solución de analítica permite a las marcas conocer a sus compradores potenciales para diseñar las prendas en consecuencia a esta información totalmente anónima.

- ¿Qué les diferencia de otras soluciones?

- Es una herramienta muy precisa. Compara el cuerpo de una persona directamente con la prenda que quiere comprar, no con algo general. A su vez, nuestra herramienta de analítica va a permitir a las marcas diseñar a medida.

- Venden una herramienta on line novedosa, ¿cómo consiguen que las marcas se interesen por sus productos?

- Comienza con una escucha activa para conocer sus pretensiones. A partir de esto, les hacemos una demostración de las capacidades de nuestros productos y del impacto que tendría en su negocio; es decir, cuál sería el retorno en euros de su inversión. Al final, les tenemos que demostrar por qué nuestra solución les resultaría útil.

- ¿Cómo se vende un 'software', un producto no físico?

- Buscamos ser todo lo tangibles que podemos. A cada una de las marcas les llevamos una 'demo' en la que les enseñamos en su caso cómo quedaría la herramienta en su página web. También, les mostramos cuál sería la información de analítica que les podemos proporcionar. Y, el último paso, sería ofrecerles un periodo de tres meses de prueba y sin compromiso de permanencia.

- ¿Qué retos tienen por delante?

- Este año nuestra idea es seguir creciendo en España y buscar compromisos con marcas relevantes. También, a partir de mediados de este 2019, tenemos decidido dar el salto al mercado estadounidense. Y, por otra parte, queremos encontrar talento, porque cada vez resulta más complicado.

- ¿Por qué ese interés por el mercado de Estados Unidos?

- Hemos sido seleccionados por el Cambridge Innovation Center para poder estar en sus instalaciones de Boston de cara a acelerar nuestros productos. Queremos aprovechar esta oportunidad como palanca para abrir un mercado interesante y grande. Nos apetece y nos gusta mucho.

- ¿De qué manera ha configurado a su equipo?

- Para mí la clave siempre ha sido rodearme de gente mejor que yo, tanto profesional como personalmente, y en Naiz Fit lo he conseguido. Somos un grupo con perfiles diferentes que comparte unos valores y que me permiten desarrollarme como persona. Sé que con ellos me lo voy a pasar bien. Me gusta pensar que tengo una familia en casa y otra en la oficina.

- ¿Qué le llevó a emprender?

- Estudié Administración de empresas y Derecho con la idea de trabajar en una consultoría, pero cuando lo probé entendí que no era lo que quería. Me surgió un vacío y como no tenía claro lo que quería hacer me tomé un año y medio sabático: estuve de voluntario en Uganda y luego me fui a Australia. Allí intenté llevar a cabo mi primer proyecto. Aprendí mucho, pero no funcionó y empecé a trabajar en una 'startup' ajena. Comprendí que yo había fallado en mi idea, pero que otros sí acertaban a la hora de emprender, por lo que cuando terminó mi aventura en ese país regresé con ganas de volverlo a intentar.

- ¿Cómo surgió la idea de Naiz Fit?

- Compro mucha ropa por internet, porque me gusta el baloncesto y miro muchas prendas de Estados Unidos. Cuando lo hacía, siempre me surgía la duda de si me quedará bien la talla o no. Y pensé en esta aplicación para ayudar a los usuarios. Conocía a unas personas de un fondo de inversión que tenían un proyecto centrado en la bisutería y les convencí para que mejor apostaran por la moda. Y así comencé.

- En este recorrido, ¿qué dificultades se ha encontrado?

- Lo que más me ha costado fue encontrar el encaje en el mercado. La dificultad estuvo en definir un producto que resuelva un problema y por el cual alguien esté dispuesto a pagar. Cuando pusimos en marcha el proyecto mirábamos en internet el contacto de posibles clientes y a la semana llamábamos a más de 100 personas para preguntarles si les interesaba nuestro producto. Algunos nos decían que no les volviéramos a llamar, otros que les mandáramos un correo electrónico y muy pocos nos decían para reunirnos con ellos.

- ¿Cuál es su mayor satisfacción después de dos años con este proyecto?

- La sensación de sentir, que vaya bien o mal esta 'startup', yo lo he dado todo para seguir adelante. Me gusta saber que en gran medida yo tengo control sobre mi futuro.

- Me ha indicado que ha aprendido mucho sobre emprendizaje, ¿por ejemplo?

- Sobre la gestión de las personas. En Naiz Fit ya trabajamos seis personas. Para muchas empresas será un número insignificante, pero a mí ya me parece grande. Estoy aprendiendo mucho a entender a cada uno de ellos y a saber cuál es su encaje dentro del grupo. También he comprendido que cuando terminas la universidad no sabes cómo funciona una empresa, no tocas el mundo real. Desconoces cuestiones como el pago de las nóminas, facturar pedidos... Y esta experiencia me está ayudando a aprender sobre este mundo.

- ¿En qué le gustaría que acabara evolucionando el proyecto?

- Creo que cada cuerpo es único y perfecto tal y como es. No entiendo por qué nuestros cuerpos se tienen que adaptar al mundo. A mí me gustaría que nuestra tecnología sirviera para que el mundo se adapte a cada uno de nuestros cuerpos. Hemos comenzado por la ropa, pero se puede emplear en otros sectores: deporte, salud, transporte...