Alberto Rozas: «Es impresionante el conocimiento que se pierde cuando se jubila una persona»
Alberto Rozas (Gerente y fundador de Okobio) ·
El gerente de Okobio reconoce que «la empresa ha salido adelante gracias a que he tenido suerte a la hora de seleccionar al personal»Okobio es una empresa que únicamente se dedica a la reparación. «No nos planteamos dedicarnos a la fabricación de bombas de vacío y centrífugas». Su ... fundador y gerente, Alberto Rozas, lo tiene claro. En la empresa de Belauntza se sienten cómodos en este nicho.
- ¿Por qué no se dedican también a la fabricación?
- Exige más gente, formación, inversión, instalaciones más amplias y talento. Nosotros somos pequeños y no podemos optar a ello. Además, nos hemos dado cuenta de que todo el mundo fabrica, pero nadie repara, por lo que hemos encontrado un valor diferencial con respecto al resto de empresas. Somos un poco molestos para los fabricantes, porque ellos esperan que cuando una máquina se estropea se compre una nueva. Nosotros, en cambio, reparamos, y no a unos precios elevados.
- Okobio es una empresa pequeña, ¿qué problemas genera esto?
- Cuesta más crecer y salir al exterior. Nosotros vendemos en Francia, Alemania e Italia, pero salir nos ha costado más de 20 años.
- ¿Qué demandan los clientes en sus servicios?
- Buscan rapidez y fiabilidad. Los clientes primero quieren que una vez hecha la reparación la bomba de vacío les dure mucho tiempo y no les vuelva a dar problemas. Nosotros podemos ofrecer este requisito gracias al banco de pruebas, ya que antes de enviarles la máquina llevamos a cabo muchas pruebas para comprobar que todo está correctamente. Además, este trabajo lo hacemos lo más rápido posible, incluso tenemos un programa por el cual nuestros clientes pueden recibir una bomba de vacío antes de que nos envíen ellos la estropeada.
La empresa
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1994 año de fundación.
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1994 La empresa de Belauntza tiene actualmente en plantilla a ocho trabajadores.
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1994 Actividad
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Industria Reparación de bombas de vacío y centrífugas.
- ¿En qué consiste este servicio?
- Contamos con un gran almacén en el que tenemos un amplio abanico de bombas de vacío, piezas y complementos. Cuando una empresa nos llama para solicitarnos una reparación, le pedimos el modelo y las características. Con esa información, nosotros montamos una bomba ajustada a sus necesidades y se la enviamos. El cliente se queda con esta y a nosotros nos envía la estropeada. La reparamos, y le cobramos lo que nos cuesta dejar su bomba averiada como la que le hemos mandado.
- ¿Es mejor que directamente reparar la suya?
- Ofrecemos las dos opciones. Algunos tienen mucho apego a su bomba de vacío y quieren que directamente les arreglemos las suyas en nuestro taller y luego se las devolvamos. Otros prefieren este programa por la rapidez. Es un servicio que nos está funcionando muy bien.
- ¿Cómo se adaptan a las nuevas circunstancias del mercado?
- Nuestra plantilla tiene una gran experiencia. Lleva en esta empresa muchos años, con lo que hemos adquirido un gran conocimiento, el cual lo ponemos en práctica para ir mejorando nuestro servicio y los productos que reparamos.
«Las cosas no duran para siempre, por eso hay que trabajar en el día a día»
- ¿Qué retos tienen por delante?
- Estamos ahora elaborando el plan estratégico para los próximos años y tenemos marcados tres puntos importantes. Queremos abrirnos al mercado portugués y estamos mirando pabellones para ampliar nuestras instalaciones. Por otro lado, buscamos incorporar personal joven. Necesitamos gente nueva con actitud, formación técnica y dotes comerciales, que le guste vender, porque es un aspecto que está mal visto en general.
- Actualmente, tiene una plantilla muy veterana.
- Formamos un grupo con mucha experiencia. Es un equipo que lleva ya mucho tiempo conmigo. Somos todos ya muy veteranos y estamos cerca de retirarnos. Es impresionante lo que se pierde cuando una persona se jubila: su experiencia y conocimiento. Pero, hay que pensar ya en el relevo, y traer personal joven supondría un impulso y generaría ilusión.
- ¿Qué le llevó a fundar Okobio?
- Estudié en la Escuela de Papel de Tolosa y cuando terminé me contrataron en una empresa del sector. Hice la trayectoria inversa a la mayoría de trabajadores: comencé como comercial y cuando vi que me faltaba el argot papelero me pasé al taller. Estuve cinco años entre máquinas y luego regresé a mi puesto de comercial. La crisis del 92 se llevó la compañía por delante, fueron momentos muy convulsos. Yo decidí crear Okobio.
- ¿Cómo comenzó?
- Empecé yo solo y contraté un trabajador. Únicamente, éramos comerciales. No reparábamos nada. Solo vendíamos productos. La exigencia de los clientes me llevó a montar un taller para hacer pequeñas reparaciones. Todo lo subcontrataba y aprovechaba los conocimientos del entorno. De hecho, este pabellón está en Belauntza por su emplazamiento estratégico. Era un taller de papel y eso nos permite aprovechar su infraestructura de agua y electricidad.
- ¿Qué destacaría de todo este tiempo al frente de la empresa?
- He tenido suerte a la hora de seleccionar al personal. Esto ha sido una gran diferenciación y lo que me ha permitido salir adelante. Cuento con un equipo con gran dedicación y al que le puedo pedir lo que quiera, como venir un sábado a trabajar. Nunca hay ninguna pega. Forman un grupo fiel. Estos no se van de aquí ni aunque les eche aceite hirviendo por encima (entre risas). Algunos de ellos han tenido ofertas de otras empresas y se han quedado conmigo. Les estoy muy agradecido.
- ¿Cómo lidera a este equipo?
- Creo que hay que seguir la idea de 'se recoge lo que se cosecha'. Si tratas bien a la gente ellos te tratarán bien. No soy un gerente típico. No convoco reuniones en mi despacho, las hago donde creo que hay que realizarlas, en el taller.
- ¿Qué ha aprendido como director?
- No hay que creerse que las cosas duran para siempre. Hay que trabajar día a día, ir paso a paso, y siempre buscar mejorar. Cuando comencé en Okobio todos los años me preguntaba hasta cuándo íbamos a durar.
- ¿Qué le motiva para continuar?
- Me gusta mi trabajo, aunque reconozco que algunos días lo dejaría todo. Pero, por lo general, estoy contento en Okobio.
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