Aitor Elorza: «¿Yo, un jefe? Soy un trabajador más, pero con mayor responsabilidad»

- ¿Qué aspecto cobra especial importancia a la hora de organizar un evento?

- La seguridad. En el día a día de nuestra actividad estamos supeditados a una serie de normativas de obligado cumplimiento. Es esencial que no haya fallos en la producción y montaje de cualquier evento para que no haya riesgos para nadie.

- ¿Cómo se consigue una buena organización?

- Hay que realizar una buena planificación del trabajo y ajustarse al calendario. Son dos aspectos fundamentales que requieren de una buena disposición por parte de todo el equipo. Esto no quita para que muchas veces, según las distintas circunstancias, tengamos que andar a contrarreloj. Hay que tener en cuenta que siempre surgen cuestiones de última hora y que nuestros horarios no son los corrientes, ya que estos eventos muchas veces se fijan para los fines de semana y por las noches.

- Para evitar sorpresas, ¿cómo debe ser la planificación?

- Afrontamos dos tipos de trabajo en lo que a esta materia se refiere. Por un lado, están los eventos en los que los clientes tienen claro lo que quieren; es decir, la actividad se encuentra totalmente definida. En estos casos, nuestro equipo de producción estudia todo el material necesario para una ejecución adecuada y a través de una aplicación se les da a conocer al resto de la plantilla todos los detalles y cómo debe ser la gestión. Por otro lado, nos encontramos con clientes que tienen una idea, pero que no saben cómo desarrollarla. Cuando se dan estas situaciones, el trabajo pasa a otro equipo, el de comunicación, que se encarga de estructurar esa idea para materializarla. Posteriormente, pasaría al equipo de producción y seguiría el mismo camino que en el anterior caso.

- En el segundo de los casos, ¿de qué manera trabajan con el cliente para entender sus necesidades?

- Empezamos con una reunión en profundidad entre ambas partes para que nos detallen lo mejor posible qué quieren y cuáles son los requerimientos. Uno de los factores clave es conocer el capital con el que cuentan para la ejecución de la actividad. Con esto, elaboramos un proyecto que se lo facilitamos con un presupuesto aproximado de lo que costaría preparar el evento.

- Organizan desde eventos de pequeño tamaño a otros de gran calado, ¿cómo se afronta cada uno de ellos?

- Disponemos de un equipo ya entrenado en la realización de estas actividades y capaz de gestionar tanto actividades grandes como pequeñas. Al final, la diferencia está en destinar más o menos recursos humanos e infraestructura a uno y a otro. Hay que acertar, ya que ni te puedes pasar con el número de trabajadores, ni te puedes quedar corto.

-¿Cuál es la clave del éxito de Montai?

- Sin ningún tipo de duda, el personal. Contamos con trabajadores muy formados, que además de realizar las labores de montaje, tienen siempre un contacto muy directo con el cliente, al que saben tratar con mucho tacto y respeto. Todos son conscientes de la importancia que tiene el llevar a cabo el trabajo de manera adecuada y, a su vez, a gusto del cliente. Además, hay que destacar que tenemos una plantilla paritaria. Parece que estamos en un gremio destinado al género masculino, pero montar carpas pueden hacerlo tanto hombres como mujeres.

- ¿Cómo consiguen relaciones estrechas con el cliente?

- A nosotros nos contratan empresas o instituciones que acaban satisfechas con nuestro trabajo y vuelven a contar con nosotros en futuras ocasiones. Esta continuidad es la que facilita un contacto más directo y que les conozcamos mejor para entender qué es lo que quieren en cada momento. Así, el contacto es más personal.

- ¿Qué retos tiene Montai por delante?

- Mi objetivo es que en esta empresa podamos abarcar toda la cadena de montaje o producción de un evento. Es una labor en la que ya hemos empezado a dar pasos.

- ¿Por qué fundó esta empresa?

- Estudié diseño industrial. Antes de terminar, ya comenzaron a llegarme encargos y así me introduje en el mundo laboral. Los primeros pasos los hice solo, únicamente me ayudaba mi actual cuñado, y llevé a cabo trabajos como el montaje del Parque Infantil de San Sebastián o en las fiestas de las ikastolas. Ante la buena marcha, en el año 1993 fundé Montai, con solo una furgoneta. Poco a poco ha ido creciendo el negocio.

- ¿De qué manera contribuye a que el equipo esté motivado?

- Mediante la implicación personal. No me gusta que me llamen jefe. Yo soy un trabajador más, aunque con mayores responsabilidades. Hay muchos proyectos que nos llegan a última hora y en esos casos me toca 'bajar al barro', a montar la infraestructura como uno más. Intento ser el primero en ponerse el mono de trabajo. A su vez, ofrezco a todos los empleados flexibilidad en el trabajo; eso sí, espero que ellos también respondan en los momentos de necesidad.

- ¿Cómo gestiona un equipo que va cambiando en función de las necesidades?

- Nosotros tenemos un personal fijo y en temporadas de mucho trabajo, habitualmente en verano, ampliamos la plantilla, pero suele ser con gente que ya nos conoce. Muchas veces son estudiantes que al terminar se incorporan a la plantilla de Montai. Por esto, no supone un verdadero quebradero de cabeza ir variando el tamaño del equipo.

- ¿Cómo facilita que los trabajadores participen en la toma de decisiones en cada proyecto?

- La figura del director o gerente en Montai está muy diluida. A la hora de organizar un evento es clave la opinión de todos, desde la del jefe hasta la del montador. La veteranía de cada uno es importante, porque siempre hay aspectos que a uno se le pueden escapar y necesitamos que quien se dé cuenta lo comunique al resto para que se pueda optimizar la labor.