Gipuzkoa necesita atraer a 80.000 personas hasta 2030 para cubrir el relevo generacional

«Llega la gran jubilación», aseguró Junkera en relación al inminente comienzo del masivo proceso de retiro de todos los hijos del conocido como 'baby boom' de los años sesenta y setenta. Un inexorable vaciamiento de fábricas, talleres, tiendas y despachos que amenaza la línea de flotación de la actividad económica vasca.

Junkera, que inició su intervención con «un sentido recuerdo» para José María Ruiz Urchegui, secretario general de Adegi durante casi 25 años fallecido de manera inesperada el mes pasado, comenzó su intervención subrayando «el valor y la importancia de la empresa y su aportación insustituible al mantenimiento de nuestro estado de bienestar».

Tras esa defensa de la empresa, el presidente de Adegi aseguró que las empresas no van a poder afrontar las grandes transiciones que se imponen por falta de gente. Y explicó que esa 'gran jubilación' hará que «en 2030, tendremos 80.000 personas menos en edad de trabajar». «En Euskadi, en diez años, se jubilará cerca del 25% de las personas empleadas hoy, y ya sabemos que menos demografía, supone menos desarrollo y menos estado del bienestar», afirmó. «Para revertir el invierno y propiciar una primavera demográfica –expuso– necesitamos atraer entre 200.000 y 220.000 personas a Euskadi».

Un renacer, dijo, que comportará «más natalidad, sí, pero también más inmigración». «Tenemos que empezar a actuar; ¡y tenemos que hacerlo ya!», sentenció Junkera. «Vamos a necesitar de la colaboración público-privada, tendremos que remar juntos», aseguró. «Y desde Adegi estamos dispuestos a participar», añadió su presidente.

Eduardo Junkera repasó otros aspectos importantes para el empresariado guipuzcoano, y puso el foco en uno de los grandes 'pecados' del territorio, el reducido tamaño de sus empresas. «El panorama en el que hoy en día nos movemos las empresas es complejísimo, por ello no queda más remedio que adquirir dimensión, sí o sí», afirmó. Y es que, explicó, los procesos I+D+i, la automatización, la transición digital, la transición verde, entre otras cuestiones, «requieren de una dimensión suficiente para poder abordarlos y ser competitivos».

En este sentido, dijo, «tendríamos que abordar una reflexión y dibujar un plan de país, de territorio, que diera como resultado una hoja de ruta que facilitara e impulsara que las empresas adquieran dimensión, adoptando las medidas necesarias para ello», añadió, sin dar mayor detalle.

Al acabar su discurso, Eduardo Junkera recordó que Adegi ha cerrado hasta ocho convenios colectivos en el territorio en un año, el último el del Metal, «procurando estabilidad a las empresas y personas en un entorno extremadamente volátil e incierto». «Se han planteado los procesos de negociación desde una perspectiva que atiende a la realidad de la coyuntura, con responsabilidad, capacidad de adaptación a las circunstancias de cada sector y empresas y con una mirada al futuro. Siempre apoyados en el diálogo», concluyó.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ofreció un discurso en el que –entre otros mensajes– puso en valor a los emprendedores, y resaltó la obligación de levantarse tras sufrir las caídas propias de quienes se atreven a iniciar proyectos empresariales. Urkullu felicitó por su nombre a los representantes de las empresas acreedoras de los premios de Adegi: Ternua (Premio Desarrollo Sostenible), Irisbond (Premio Nueva Empresa), y Spanset (Premio a la Transición Cultural). Todos ellos fueron presentados por el director general de Adegi, José Miguel Ayerza. Urkullu recordó que «hay que dar muchos pasos desde que tenemos una idea en la cabeza hasta que se hace realidad». «Los resultados son importantes, por supuesto, pero no podemos hacer una sociedad que premie sólo el resultado de hecho. Ese es el mensaje de hoy. Algunas empresas obtendrán resultados en la primera. Otras quedarán en el camino. Otros muchos tendrán que intentarlo varias veces para llegar a su destino. Eso es lo que tenemos que notar: caer y volver a levantarse», dijo.

También recordó que «los pilares» de la sociedad que quiere el País Vasco y la manera de trabajar de Euskadi coinciden con los valores de la Nueva Cultura de Empresa: «Arraigo, trabajo en equipo, inversión en formación, mejora continua y capacidad de adaptación a los nuevos retos». «Compartimos el impulso de esta cultura del trabajo y la organización, también el nuevo concepto de empresa entendida como proyecto común», concluyó.

A la jornada acudieron, entre otros, la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria; el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano; la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia; la portavoz y diputada foral de Gobernanza, Eider Mendoza; los diputados de Promoción Económica, Jabier Larrañaga, y Medio Ambiente, José Ignacio Asensio; la presidenta de Confebask, la donostiarra Isabel Busto, y su futura sustituta, Tamara Yagüe; el presidente de Elkargi, Josu Sánchez; Francisco J. Azpiazu, director general de Cebek; Pascal Gómez (director general de SEA), o el presidente de la Cámara de Gipuzkoa, Mauri Arregui.