Seis de cada diez parados en Gipuzkoa apenas cuentan con formación básica
La demanda de personal con FP o estudios superiores ha elevado su peso dos puntos desde 2015
ALEXIS ALGABA
Viernes, 14 de abril 2017, 09:10
Encontrar empleo no suele ser un juego de probabilidades. Sin embargo, las posibilidades de alcanzar un puesto de trabajo aumentan de forma considerable si el aspirante posee una formación superior, es decir, una FP o un título universitario. Haciendo una similitud con la película Titanic, los primeros botes salvavidas que se posan en el mar dejando atrás la crisis están llenos de pasajeros de primera clase, esto es, los que cuentan con una formación superior. Alguno que otro con estudios obligatorios también se han colado en los mismos, aunque entre las personas que quedan en el buque cada vez tienen más peso los de este colectivo. Así, en el grupo de parados que registra Gipuzkoa, seis de cada diez forma en el grupo de los que solo tienen estudios obligatorios.
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La representación de este colectivo en la cifra total de desempleados tiende a aumentar mes tras mes. Así lo observamos si comparamos la estadística de cierre de marzo de este año con la del mismo mes de 2015. Hace 24 meses, de los 46.844 guipuzcoanos sin trabajo que figuraban en las listas de Lanbide, 27.255 figuraban en el nivel académico más bajo, esto es, el 58% del total. Dos años más tarde, ese porcentaje se eleva hasta el 60,3%. De los 37.471 parados del territorio, 22.607 no disponen ni de bachiller, 10.665 de ellos, hombres, y 11.942, mujeres.
En la comparativa de los últimos dos años, la cifra de desempleados con formación básica ha descendido en un 17%, es decir, que uno de cada seis parados de este colectivo ha conseguido encontrar empleo desde 2015. Una proporción significativamente más baja que la del grupo de parados con una formación profesional o universitaria. En lo que a los titulados de FP respecta, la cifra de desempleados ha descendido un 25,9% y hay 2.507 parados menos de este colectivo que hace 24 meses. En cuanto a los licenciados, diplomados y graduados, el colectivo se ha reducido en un 25%. De esta forma, uno de cada cuatro titulados superiores que estaba en paro en Gipuzkoa en marzo de 2015 ha salido de esas listas.
Si levantamos un poco el vuelo para realizar la fotografía vasca, la situación, lejos de mejorar, es varios puntos más preocupante. Y es que en Euskadi, según los últimos datos de Lanbide, el 62,2% de los desempleados solo ha cursado los estudios obligatorios. 86.020 parados del total de 138.157 con que se cerró marzo, se encuentra en la franja más baja de la formación. Al igual que en lo que respecta a Gipuzkoa, la comparativa con dos años atrás también muestra que el peso de este grupo ha aumentado dos puntos desde marzo de 2015.
Futuro poco esperanzador
Si tomamos los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el INE en enero, se observa que los trabajadores con estudios superiores han copado prácticamente la totalidad de los puestos de trabajo creados desde el inicio de la crisis. Así, de los 50.500 empleos generados por la economía vasca desde el primer trimestre de 2014 -momento en que la ocupación alcanzó en Euskadi el mínimo desde 2008- hasta finales de 2016, un total de 34.600 puestos han sido ocupados por trabajadores con educación superior -es decir, universitarios- y 16.500 por titulados en los dos niveles de Formación Profesional. Eso sí, esta penetración no quiere decir que los puestos a los que han accedido estas personas formadas sean de la categoría que les correspondería ya que la estadística estatal no lo recoge.
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El único detalle al que podemos sujetarnos en este sentido sería la reducción en la cifra de desempleados del sector industrial en Gipuzkoa, donde el número ha disminuido en 2.209 personas y según la Seguridad Social, la afiliación se ha incrementado en alrededor de 1.900 ocupados. De esta forma, se entendería que parte de los 2.507 parados con FP menos que figuran en las listas de Lanbide sí que habrían podido encontrar un puesto de trabajo en la industria... Pero del resto es complicado conocer su destino.
En lo que respecta al futuro, Futurelan, el Observatorio de Lanbide presentado la pasada semana y que aporta perspectivas de futuro sobre la evolución del mercado laboral, apenas deja noticias positivas para el colectivo que carece de formación superior. Según la estimación del organismo, entre este año y 2030 se perderán alrededor de 12.000 ocupaciones elementales. De ellas, unas 15.000 serían en la industria manufacturera, que se compensaría en cierta manera con el colectivo de trabajadores del hogar y actividades administrativas y servicios auxiliares.
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Abonado para jóvenes
Si apuntamos que las empresas buscan cada vez trabajadores más formados y que son los jóvenes los que muestran una mayor predisposición y flexibilidad a la hora de seguir sumando capacidades, es evidente que la bajada del paro en los últimos dos años debería haber afectado en mayor medida a los desempleados de menor edad. Y, en este caso, la probabilidad se cumple. Y es que la tasa en la que se ha reducido el desempleo entre los guipuzcoanos de menos de 40 años desde marzo de 2015 es sensiblemente superior a la media. Si la cifra total ha disminuido en un 20%, 9.373 parados menos, la de los vecinos de Gipuzkoa con menos de 40 años lo ha hecho por encima del 25%. Así, el número de demandantes parados de entre los 20 y los 24 años ha caído un 27%; el de los que se encuentran entre los 25 y 29 años se ha reducido un 27,2%; el del colectivo entre los 30 y 34 años, un 26%; y el de los que van desde los 35 a los 39, un 25,7%.
A partir de esa edad, las cifras muestran que la tarea de encontrar empleo es más compleja. El grupo de los desempleados con edades comprendidas entre los 45 y los 49 años se ha reducido un 17% en los últimos dos años; el de los que tienen entre los 50 y los 54 años, un 15,8%; entre los 55 y los 59 años, un 16,6%, y el de los más veteranos, los mayores de 60 años, apenas ha caído un 3,8%.
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Los planes del Gobierno Vasco, además, giran en la dirección de favorecer en los próximos años una mayor integración de los jóvenes en el mercado laboral. El plan para rebajar el paro en Euskadi que presentó hace unas semanas el lehendakari, Iñigo Urkullu, se centra sobre todo en este colectivo, a quien quiere ofrecer una oportunidad laboral. El objetivo es llegar a 20.000 vascos en estos cuatro años, con programas como Lehen Aukera o primera experiencia laboral, que alcanzaría a 3.000 personas; con experiencias prácticas de transición del mundo educativo al laboral (5.000); apoyo a nuevos emprendedores (3.500); contratación a través de planes locales y comarcales (3.200); contratos de relevo (400); apoyo al retorno juvenil (200); becas para la adquisición de experiencia práctica (1.800) y apoyo a ámbitos específicos de oportunidad (400).
Este plan para los jóvenes se completa también con la apuesta por la formación dual, que pretende llegar a 7.000 personas en los próximos cuatro años.
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