Trump: donde las dan, las toman
La amenaza de imponer aranceles a México afecta a los proveedores allí asentados
fernando segura
Miércoles, 18 de enero 2017, 06:26
Las amenazas de Trump de cobrar tasas a las compañías automovilísticas americanas radicadas en México han provocado un tsunami en el sector de la automoción ... en todo el mundo. La onda sísmica ha llegado a Euskadi, sede de algunas de las más importantes empresas de componentes, con plantas y delegaciones en aquel país.
La firma hace veintidós años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte convirtió a México en una plataforma privilegiada para la exportación de vehículos o de piezas para ser ensambladas en Estados Unidos. El país azteca ha triplicado la producción de automóviles, llegando a 3,4 millones en 2015. El 82% de los 2,7 millones de vehículos que se exportaron tuvieron como destino EE UU o Canadá. Los proveedores allí radicados suministraron el 40% de las piezas usadas en los coches que se montan en su vecino del norte.
Ante esta realidad, no es de extrañar que las amenazas de Trump a Ford y Toyota, ambas empresas con proyectos de construir nuevas plantas en México, hayan removido los cimientos del sector. De hecho, Ford ha renunciado a seguir adelante con la fábrica prevista en San Luis de Potosí, en la que iba a invertir 1.500 milllones de euros. Todo un éxito para Trump y para aquellos que abogan por una vuelta al proteccionismo.
Las empresas de Euskadi observan con preocupación las medidas que ha anunciado el nuevo presidente de Estados Unidos. El director general de Confebask, Eduardo Aréchaga, mostró la semana pasada su inquietud, recordando que las inversiones de las compañías vascas de automoción en aquel país son muy elevadas.
Efectivamente, los dos sectores más representativos de la presencia vasca en México son el del automóvil, con 25 implantaciones, casi todas productivas, y el energético, con 18. Los Estados donde se concentra el mayor número de empresas son los del Distrito Federal, Guanajuato, Queretaro y San Luis de Potosí, precisamente donde Ford tenía previsto levantar su nueva factoría.
El Cluster de Automoción del País Vasco señala que este sector dispone de más de 250 fábricas fuera de España, fundamentalmente en Europa del Este, Brasil, México o China. En el espacio Nafta (EE UU, México y Canadá) se asientan veinte, la tercera zona más importante de internacionalización, después de Mercosur y de la Europa del Este. Por tanto, si Trump lleva a la práctica sus amenazas de acabar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el impacto sobre las empresas vascas sería enorme.
CIE Automotive es una de las multinacionales vascas con fuerte presencia en el espacio Nafta. El crecimiento registrado en 2014-2015 fue del 13,7%, muy superior al contabilizado en China (2,1%) o Europa (8,8%). Nafta solo fue superado por India (64,1%). CIE cuenta con nueve plantas productivas en México y cuatro en EE UU, en Michigan.
Gestamp es otro de los gigantes con presencia en aquel país. La multinacional proveedora de componentes de automoción Edscha, filial de Gestamp, puso el pasado mes de junio la primera piedra de su nueva planta en San Luis Potosí. Esta nueva instalación será la sexta en el país para Gestamp.
El Grupo Irizar también tiene una presencia relevante en México, con una planta productiva en Querétaro. El año pasado fabricó 1.000 unidades y se ha colocado como líder indiscutible en el segmento de lujo. La implantación se realizó para posicionarse en el mercado local y para exportar a Estados Unidos. De hecho, Irizar ha desarrollado un autocar integral a medida de los operadores estadounidenses.
Mondragon Automocion, por su parte, cuenta con una notable actividad en México.
No obstante, quizá las amenazas de Trump queden en una salva de fuegos artificiales. Arantza González Laya, directora ejecutiva del Centro Internacional de Comercio de la ONU manifestó recientemente en una entrevista concedida a este medio que si Estados Unidos decide iniciar una guerra comercial a escala mundial se encontrará enfrente con China, y eso son palabras mayores. De hecho, ayer en el Foro de Davos el presidente del gigante asiático, Xi Jinping, advirtió de que nadie saldrá ganador de una confrontación. La respuesta desde el equipo de Trump fue conciliadora y es que los americanos son conscientes de que en un pulso con el Dragón chino saldrían magullados. Incluso en una guerra comercial limitada a México también pueden salir trasquilados porque los componentes que se fabrican en el gigante norteamericano representan el 40% de los que se instalan en los automóviles que exporta el país azteca. Así que, donde las dan, las toman.
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