La pelota en general y la mano profesional en particular se encuentran ante una nueva encrucijada. ¿Y después del Manomanista qué? Es la pregunta ... que flota en el ambiente de unos frontones que continúan vacíos de público y sostenidos por las retransmisiones de televisión, que permiten su pervivencia.
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El estallido de la pandemia obligó a detener la actividad entre marzo y junio del año pasado, con Aspe y Baiko acogidas a un Erte. Durante el verano de 2020 se reanudó con restricciones de público, sin ferias, con Masters y gracias también a un acuerdo económico entre empresa y pelotaris en el seno de Aspe. Desde octubre llevan siete meses a puerta cerrada, sin espectadores, sin opción de vender un solo festival en los pueblos y bajo el paraguas del contrato con Euskal Telebista, que ha permitido organizar los campeonatos.
La disputa de la final manomanista, prevista para el domingo 13 de junio, traerá consigo la necesidad de abordar un panorama incierto en estos momentos. Gipuzkoa, Bizkaia y Araba mantienen de momento la prohibición de llevar espectadores en los frontones. Hasta los más optimistas saben que será imposible disponer de la totalidad de aforo los próximos meses. Del avance en las vacunaciones y de la evolución de los índices de contagio dependerá si se abren al público y en qué porcentajes.
Mientras, las empresas siguen en conversaciones con los responsables de Euskal Telebista sobre el calendario estival de retransmisiones, en el que las regatas de traineras pasarán a ocupar en julio y agosto la franja de los sábados por la tarde. ¿Habrá pelota a mano la noche de los sábados?
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Kepa Badiola, directivo de CaixaBank, habló en la presentación del Manomanista de una nueva edición del Masters para el próximo verano. Javier Conde, presidente de la Federación Navarra, comentó el sábado en unas declaraciones a ETB la posibilidad de montar una miniferia de San Fermín. Son opciones que están sobre la mesa pero no han cogido cuerpo todavía. Dependen de diversos factores.
La actual normativa en Navarra permite la asistencia al Labrit aproximadamente en un 30% y la vigente en La Rioja, ocupar un 33% del Adarraga. Otro detalle: los bares de esos recintos no pueden estar abiertos durante los festivales. El Navarra Arena, con capacidad para 3.000, permitiría la entrada de un millar de pelotazales pero la respuesta del público sería una incógnita mayor aún, y ni Aspe, ni Baiko están ahora mismo para experimentos.
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Disponer de un 50% o un 60% de los aforos, también por supuesto en la Comunidad Autónoma Vasca, se antoja fundamental para que las empresas puedan asumir con ciertas garantías el verano. Julio va a ser una vuelta a empezar para una mano profesional con más enigmas que certezas y con empresarios que necesitan ver rayos de luz entre tanta oscuridad. No está fácil. Ni siquiera mantener abierto el negocio.
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