Jokin Altuna: «El pelotazale empieza a mirarte con lupa cuando ganas esta txapela»
Campeón manomanista saliente ·
El amezketarra cede esta tarde su lugar en un trono que ha ocupado durante 379 días: «Tardé unos meses en darme cuenta de lo que había conseguido realmente»Acaba de volver de sus vacaciones y el martes retomará la actividad en Bergara, donde no sabe todavía si lucirá la camiseta roja o la ... azul contra Irribarria, su rival en los cuadros alegres. Dependerá del resultado de la final de hoy. El de Amezketa ha guardado a buen recaudo la elástica colorada con la estrella de campeón.
– ¿Recuerda la fecha en la que se proclamó campeón manomanista?
– Dudo si era el 27 o el 28 de mayo de 2018. Creo que el 27.
– Sí, está en lo cierto. ¿Cómo han sido estos 379 días con la txapela?
– Todo era nuevo para mí. Tardas unos meses en darte cuenta de lo que has conseguido realmente. La gente empieza a mirarte con lupa. Está más pendiente de ti. Llevaba ya tres o cuatro años alternando con los de arriba, pero al campeón se le exige ganar. Cuando pierdes cuatro o cinco partidos seguidos, el pelotazale comienza a preguntarse qué te pasa. Antes, esas mismas rachas negativas de resultados no tenían mayor trascendencia. Pasaban desapercibidas. Si eres el campeón, ya no es lo mismo.
– ¿Ha notado mayor presión?
– Se habla mucho de la presión del campeón. No puedes evitarlo. Yo diría que no me he puesto mayor presión en un año que no ha sido fácil por diversas razones. Me lesioné poco antes de empezar el Campeonato del Cuatro y Medio, competición que no me pilló en mi mejor momento. Perdí la final y la primera vuelta del Campeonato de Parejas, que empezó cinco días después, resultó dura desde el punto de vista psicológico. Remonté después y pudimos acceder a la liguilla de semifinales, el mismo resultado del año pasado.
– No ha podido revalidar el título manomanista, el más preciado de la pelota a mano.
– Así es. De todas maneras, el partido contra Irribarria en el Manomanista, pese a caer eliminado a la primera, ha sido importante para mí. Hace dos años nadie habría dicho que iba a ser capaz de hacer frente a Iker en un mano a mano en toda la cancha. Se me consideraba más apto para una distancia como el cuatro y medio. Perdí el partido del Atano III, sí, pero estuve cerca de un gran Iker. Me reforzó como pelotari.
– ¿Qué pensó el día de la presentación al colocar el sorteo a Irribarria en su rama del cuadro?
– Que me esperaba un compromiso bonito. Difícil, pero motivante a la vez. Lo afronté con muchas ganas e interés, como un verdadero reto. En la edición anterior ya me había enfrentado a Julen Retegi, Mikel Urrutikoetxea y Joseba Ezkurdia, pelotaris más largos que yo. No había jugado anteriormente contra Irribarria mano a mano en toda la cancha y me lo tomé como un examen. Que saliera favorito en las apuestas en ese partido ya significa algo. Hace dos años los apostantes habrían tirado el dinero a favor de Iker.
– Completaron un gran partido. Los espectadores salieron encantados del Atano III aquella noche de viernes.
– Fue muy bueno. Se movió por rachas. Nos hicimos daño con el saque. Creo que aguanté bien a Irribarria. Con 16-12, dispuse de una buena ocasión para acabar el tanto. En caso de acertar, habría supuesto coger cinco tantos de diferencia. Iker recuperó el saque y me remontó. Aunque perdí esa eliminatoria, mi lectura fue positiva, muy positiva. Sé de dónde vengo y conozco al contrario. Sé cuál es su nivel en esta disciplina y hay que tenerlo en cuenta a la hora del análisis.
– En los partidos de parejas posteriores a su eliminación, ha podido lucirse. Lo mismo en Larraintzar que en el Beotibar de Tolosa.
– Terminé contento los dos. Ya en los entrenamientos para el Manomanista me sentí muy bien. Cuando me viene la chispa, lo noto enseguida. Dicen que soy un pelotari muy técnico, pero ese puntito ayuda. Sientes que mandas sobre la cancha y eso cambia las cosas.
– Hablemos de la final. ¿Hay favorito?
– Irribarria. Ligeramente. Porque rompe más que Urrutikoetxea, pelotari muy bien preparado. Presumo una final abierta, pero me inclino por Iker en el pronóstico.
– Destaque alguna cualidad de Irribarria que no sea su pegada.
– Cómo goza la pelota. Suelta tranquilo el brazo, sin forzar. Parece que le da sin ningún esfuerzo. Cuando está bien, pone la pelota muy cerca de la chapa de arriba.
– Alguna cualidad oculta de Urrutikoetxea.
– Es completo. Los años le han dado eso. Resulta complicado subrayar una aptitud concreta de su juego. Posee muchas.
– El año pasado, Urrutikoetxea cayó frente a usted en cuartos. ¿Cómo se le hace daño?
– Hay que romperle el ritmo, impedir que imponga el suyo. Aquel día le moví al txoko y al ancho.
– ¿Y cómo se castiga a Irribarria?
– Le cuesta más defender. Será importante que mande sobre la cancha, que domine el peloteo. Si no abre huecos, tendrá a Mikel muy encima. No le conviene.
– ¿A quién beneficia el frontón Bizkaia?
– Es bueno para ambos. Beneficia a los pelotaris largos. Irribarria lo es, sin duda alguna. Urrutikoetxea juega bien en todos.
– ¿Su momento más dulce del último año?
– Cuando acompañan los resultados, sientes cerca a la gente. Durante esa fase del Campeonato de Parejas en la que las cosas no me rodaron bien y me costaba cuajar actuaciones completas, sentí la ayuda y la compañía de las personas más próximas. He hablado mucho con Jokin Etxaniz, nuestro director técnico. Es importante tener ese apoyo. Creo que en Aspe tenemos mucha suerte de tenerle a él. Nos dedica muchas horas. En ningún momento he notado menos ganas de prepararme.
– ¿Y el más duro?
– Las lesiones. Me lastimé el brazo izquierdo en la final de San Mateo de Logroño, en la segunda quincena de septiembre. Llegaba saturado del verano. Eso me obligó a bajar un poco la intensidad de la preparación con vistas al Cuatro y Medio. Tuve dudas sobre mi participación. Remonté como pude la situación y fui subcampeón. Sin embargo, después de la derrota contra Ezkurdia hice plof. Jugué el Parejas con Martija de compañero por segunda edición consecutiva, pero ya con otra consideración. Se nos tenía en cuenta como posibles candidatos.
– También sufrió una lesión de cintura durante la feria de San Fermín, a primeros de julio.
– Fue una lumbalgia sin mayores consecuencias. Necesité unos días para curarme. La cintura no me ha vuelto a dar guerra.
– ¿Dónde guarda la txapela manomanista?
– Mis padres la enmarcaron y está en la sala.
– ¿La mira a menudo?
– Se encuentra en un lugar visible en el que estoy a menudo. Quieras o no, la ves.
– Campeón manomanista. Palabras mayores.
– Veía más oportunidades de ganar la txapela tanto en el Campeonato del Cuatro y Medio como en el de Parejas, al menos a corto plazo. También tenía esperanzas depositadas en el Manomanista, pero más adelante. Ser campeón a los 22 años no entraba en mis cálculos.
– Disputó su último partido como campeón el 26 de mayo en el Beotibar de Tolosa.
– Guardaré la camiseta que llevé en mi último partido como campeón. Quiero conservar un par de camisetas rojas con la estrella. Es un bonito recuerdo al que pienso que daré mayor valor más adelante.
– ¿Objetivos para el verano?
– Jugar el mayor número posible de partidos, para lo que necesitaré que la salud me acompañe y las lesiones me respeten. El verano es muy importante para el pelotari. Me gustaría dar un buen nivel en los torneos y en los compromisos que me ponga la empresa.
– Lleva clavada la espina de San Fermín...
– He ganado casi todos, pero se me resiste el de Pamplona. Me he clasificado para dos finales del cuatro y medio. En el de parejas, sin embargo, he participado en cuatro ocasiones y todavía no he alcanzado la final. Un resultado positivo en el Labrit sería una bonita manera de empezar el verano.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión