Darío Gómez: quince victorias seguidas y a la espera de una renovación
Darío está completando un verano sobresaliente con triunfos y gran nivel mientras que su contrato de tres meses con Aspe termina a final de mes
BEÑAT BARRETO
San Sebastián.
Martes, 7 de septiembre 2021, 02:00
Enfrentarse ahora mismo a Darío Gómez (Ezcaray, 1996) en un frontón es síntoma de salir escaldado. El riojano firmó con Aspe un contrato de tres ... meses el pasado junio y está ganándose una renovación que de momento no llega. La promotora eibartarra no se ha puesto en contacto con el de Ezcaray, que acaba su vinculación a finales de septiembre. Él ha respondido como sabe, en los frontones. Darío suma quince victorias seguidas y de momento solo piensa en seguir cosechando triunfos. «Vamos a ver si viene la dieciséis», ríe en conversación telefónica con este periódico.
El verano está siendo apretado para Darío puesto que le han programado una buena serie de encuentros desde junio. «He jugado bastantes partidos, pero acoplados cada semana, no he tenido muchos partidos comprimidos y luego un parón de dos o tres semanas», destaca. Apostilla el delantero que «me ha tocado jugar cada cinco días, igual alguna vez dos seguidos, pero no ha habido mucho ajetreo en ese sentido», lanza, cuando le preguntan por su rendimiento. Así, se muestra «contento con lo jugado, pero también satisfecho con el nivel demostrado».
Atrás quedan los sustos cardiovasculares de 2017 o las latosas lesiones que te impiden dar lo mejor de ti. «A nivel personal las cosas han salido bien, ha sido un verano en el que he disfrutado bastante y las cosas han salido mejor. Muy contento por todo». A Darío le sale bien la pelota de la mano, se le ve rápido de piernas y fuerte de mente. «Al final el seguir consiguiendo victorias te hace estar con confianza, sales al frontón y disfrutas. Son quince victorias seguidas y no es lo mismo jugar con cuatro o cinco derrotas que con una buena racha», desliza feliz, esperando que «se alargue el buen momento, porque las malas rachas llegan y no se van nunca, pero ahora le das con el dedo gordo y se van por encima de la txapa y haces tanto», bromea.
Darío tiene programados partidos el viernes, el día 17 y el 18 antes de afrontar San Mateo en su casa
Pero esto no para. Darío tiene tres partidos más programados. El viernes juega con Salaverri II ante Zabala y Untoria en Villamediana de Iregua mientras que el día 17 él y Salaverri se cambian los zagueros en Nájera. Veinticuatro horas después se verá las caras con Víctor y Larunbe haciendo pareja con Erasun en Santo Domingo de la Calzada. Tres partidos y los tres en casa antes de San Mateo para dar carpetazo al verano. «Septiembre suele ser un mes bueno, y luego viene San Mateo, una feria en la que se juegan muchos partidos. Si estás bien de manos te programan, espero que así sea». Jugar ante tu gente supone un extra de motivación importante. «Es una feria bonita, miras a la grada y ves a gente en el frontón que conoces desde que eras un crío. Suele haber un ambiente bonito y espero que la gente disfrute», confía.
Su contrato expira a final de mes pero está relajado puesto que entiende que ha hecho un buen trabajo
San Mateo contará con 650 personas en el Adarraga de Logroño durante los cinco días de torneo. Una cantidad que está lejos de las de antaño, pero para Darío lo importante es «el ambiente que se genere en el frontón». «Si el ambiente es bonito, la gente tiene ganas de animar, de pasárselo bien, de disfrutar con nosotros, no importa tanto el número. Hemos visto en verano que en algunos frontones ha costado llenarlos», lamenta, mientras ya mira a sus próximos compromisos.
Sin la llamada de Aspe
De momento, Darío no tiene noticias sobre una posible renovación. «No tengo ni idea, sé lo mismo que tú. No hemos comenzado contactos, la cosa suele ser a última hora cuando se dan bien las cosas». Esa falta de información no le perturba sus planes. «No le doy muchas vueltas, estoy contento con mi trabajo. Yo estoy haciendo las cosas bien y hay otras cosas que no dependen de mí». La pelota hay veces que no entiende de merecimientos. «¿Merecer? No lo sé, pero estoy satisfecho con mi trabajo».
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