Irribarria y Rezusta imponen su pegada ante Laso e Imaz (22-12)

Un huracán de pelotazos obra de Iker Irribarria y Beñat Rezusta pasó este domingo por Tafalla, donde los dos zurdos desbarataron casi todas las opciones de entrada directa en la liguilla de semifinales de Unai Laso y Ander Imaz, derrotados 22-12 a pesar de oponer resistencia y pelear cada tanto como si les fuera la vida en el esfuerzo. Sin embargo, el resultado les condena a l playoff salvo que se produzca un terremoto el domingo en el Astelena en forma de victoria suya por 22-1 o 22-0 frente a Altuna y Martija. Íncluso, puede darse el caso de que lleguen a ese día sin opción alguna si Irribarria y Rezusta ganan el sábado en el Labrit.

El pase a la liguilla de semifinales sin necesidad de jugar las eliminatorias de playoff es cosa de tres salvo una combinación de tanteadores en la que es posible que ni Laso ni Imaz crean de verdad. Entre Altuna III-Martija, Irribarria-Rezusta y Elezkano II-Zabaleta, dos parejas podrán descansar el fin de semana del sábado 26 o el domingo 27 –siempre que no prefieran intervenir en algún festival de empresa– y una se verá abocada a jugársela al todo o nada en el playoff, lo que siempre presenta riesgo.

Altuna III-Martija, líderes actuales de la clasificación porque les favorece el triple empate a nueve puntos en cabeza, e Irribarria-Rezusta parten con la ventaja de que dependen de sí mismos. Si vencen, no deberán esperar otros resultados. Elezkano y Zabaleta, en cambio, dormirán líderes la noche del viernes si superan a Jaka y Mariezkurrena II en el Gurea pero sin la certeza de haber logrado un objetivo que rozaban con la yema de los dedos tras las navidades, antes de encadenar tres derrotas consecutivas que pueden pesar en el desenlace de la primera fase.

Tafalla confirmó ayer la tendencia positiva de Irribarria y Rezusta. La exuberante frescura de sus zurdas ha pasado de inspirar respeto entre los oponentes a infundir dosis cada vez más altas de temor. Han sacado a pasear sus potentes brazos, castigan al zaguero contrario, Irribarria acierta a defender los ataques del delantero rival –lejanos la mayoría de las ocasiones–, el de Arama no se enreda en los cuadros alegres sino que prefiere despejar la pelota, fallan poco, suman mucho y en estos momentos tienen material para hacer daño.

Con Imaz en dificultades desde el inicio, Unai Laso intentó llevar el juego a los cuadros alegres para obligar a Irribarria a pasar menos tiempo en ataque y más en defensa. Rezusta, que apenas entregó pelota, le mantuvo a raya y evitó que entrara en los tres primeros cuadros. No se escondió Laso. Eso y el trabajo sin descanso de Imaz fueron las razones por las que el partido se fue a los 660 pelotazos y a los 71 minutos de juego. Un fin de semana redondo para Aspe con pleno de victorias sobre Baiko: cuatro de cuatro.

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