Artola no se sacude su maleficio

Debutó en la liguilla en 2015 tras eliminar en octavos a Olaetxea. Era su primera comparecencia entre los mejores y no tuvo excesiva suerte. Cayó ante Altuna III (22-14), después frente a Bengoetxea VI (22-6) y por último con Olaizola II (22-12). Al año siguiente no participó por lesión y en 2017 volvió a figurar entre los elegidos, curiosamente tras dejar en la cuneta a Laso (22-18) en octavos. Los resultados tampoco le acompañaron. Tres nuevas derrotas ante Ezkurdia (22-14), Altuna III (22-7) y Urrutikoetxea (22-13). Y el mal fario que le persigue se personó el año pasado al perder en la previa ante Arteaga II.

Artola parecía haber cambiado esa inercia con el triunfo del lunes en el Beotibar de Tolosa ante Pello Etxeberria (22-20), no sin sufrimiento, pero la imagen que dio en el Burunda no fue precisamente gratificante. Sin ideas, a merced siempre del rival, el alegiarra fue un juguete en manos de Laso.

No tuvo capacidad de respuesta y, por si fuera poco, colaboró al amplio triunfo del de Biskarreta con una cantidad ingente de regalos. Cometió cuatro faltas de saque, tres por tiro largo (1-3, 7-20 y 9-22) y otra por quedarse corto (4-7), pero además se pasó una vez de la distancia (8-21). A esas alturas del partido ya estaba desquiciado. No había ninguna oportunidad de darle la vuelta a aquello. Que terminase cuanto antes el sufrimiento.

Laso, más sereno, jugando siempre con el marcador a favor, no le dio opción alguna. Cimentó su victoria en el saque, jugada con la que consiguió siete tantos directos. Los ejecutó con dirección, a la pared, con mucha velocidad. En algunos de ellos Artola fue incapaz de meter la mano para restarlos. Tampoco estuvo bien el alegiarra en esa faceta del juego.

Lo peor de la derrota, que no admite discusión, fue el tanteo. Trece tantos en contra son muchos para empezar. Es cierto que todavía quedan dos partidos por delante en la liguilla, que perder el primero tampoco es una deshonra, pero ya no hay margen de error. Artola está obligado a ganar los dos que quedan, ante Bengoetxea VI y Ezkurdia, si quiere seguir teniendo opciones de entrar en semifinales.

Lo tiene complicado si nos atenemos a lo que sucedió en Altsasu. Solo cuatro tantos pudo llevar a su casillero de cosecha propia y un saque. Unas cifras insuficientes a todas luces. Pero la esperanza es lo último que se pierde. Artola es capaz de todo.