Andoni Gaskue: «Los zagueros de ahora son grandes, corpulentos, fuertes; yo soy delgado, fino»

– Estos días, entre compromisos, entrevistas y entrenamientos, he estado entretenido y estoy tranquilo. Cuando se acerque la hora del partido aparecerán las mariposas en el estómago. Debutar ya es especial de por sí, y hacerlo en el pueblo, en el frontón en el que siempre me he entrenado, aún más.

– ¿Qué pelotari es Andoni Gaskue?

– Un pelotari un poco diferente a lo que se está viendo actualmente entre los zagueros, que son grandes, corpulentos, fuertes. Yo soy un pelotari más delgado, fino, que va bien con la derecha. Es mi arma. La zurda la tengo más para defender. Al ser ligero, me muevo bien por la cancha.

– ¿Pasar a profesionales es un salto muy grande?

– Sí. Son todos muy fuertes, pero yo tendré que jugar a mi manera: luchar cada tanto, madurarlo, saber sufrir... Intentar hacer daño con la derecha. También voy bien de aire.

– Debuta con Iker Irribarria como delantero...

– Muy bien. Es un pelotari muy poderoso. Si ve que me están machacando puede dar un paso atrás y ayudarme con su golpe. Un lujo para el debut.

– ¿Teme que traten de cargar mucho el juego sobre usted?

– Algo de respeto da. Seguro que Elezkano y Tolosa querrán ganar. En profesionales no se regala nada.

– ¿Qué le dicen sus vecinos de Larraintzar?

– En el pueblo están todos muy contentos. Todos saben lo de mi lesión y me han apoyado mucho. Me comentan que soy el segundo pelotari profesional del pueblo, después de Julián Lajos.

– Palabras mayores.

– Desde luego. Fue uno de los grandes de la pelota, rival de Retegi I. Fue dos veces campeón manomanista.

– ¿Le hablan de él los mayores del pueblo?

– Sí. La gente mayor me dice lo gran pelotari que era, que tenía un golpe terrible.

– ¿Le presiona que le quieran comparar con él?

– No. No existe esa comparación. Cada cual tiene que hacer su camino y yo intentaré hacer el mío. Estaría muy bien igualarle o superarle, pero hoy en día se ve que los zagueros lo tienen más complicado.

– ¿Le gusta el mano a mano?

– Siempre me ha gustado. En aficionados no he tenido muchas oportunidades de hacerlo, pero me gustaría hacerlo en profesionales. Me veo mejor en toda la cancha que en el cuatro y medio, pero me gustaría prepararme bien y jugar en todas las modalidades. Me gusta mucho jugar por parejas también.

– Ha comentado que sus vecinos le apoyaron durante su lesión. ¿Es verdad que no sintió nada cuando se rompió el tendón de Aquiles?

– Así fue. Sentí como si alguien me hubiera pisado por detrás y se me hubiera salido la zapatilla. Intenté metérmela y vi que la tenía dentro, así que pensé que se me habría movido la plantilla, para nada en una lesión tan grave. Cuando vino Laso y me dijo que tenía el pie colgando fue un palo durísimo.

– ¿No tuvo nada de dolor?

– La verdad es que no me dolió. Sentía un poco de molestia, nada más. Sé que suele ser una lesión muy dolorosa, pero en mi caso no fue así. Quizá el hecho de que el tendón no se rompiera del todo, que quedara colgando de un hilo, hizo que no me doliera.

– Pero empezaba un duro proceso de recuperación

– Me lesioné un 26 de marzo y luego llegaron la intervención y la rehabilitación. Es duro, pero cuando ya empiezas a correr y a entrenar es otra cosa. Mi primer partido fue el 2 de septiembre y luego jugué en Lezo, Lodosa y el Mundial. A los cinco días me dieron la noticia del salto a profesionales. Fue una semana de vértigo.

– ¿Cómo fue la recuperación?

– Todo perfecto. En un principio me dijeron que pasarían seis o siete meses para volver a tocar pelota, pero me puse en manos del fisio Jurdan Mendigutxia, que es una eminencia, y no he sufrido recaídas. Acudía a su consulta de Barañain.

– ¿Tiene algún ídolo?

– Mi ídolo siempre ha sido Irujo. De los zagueros actuales, me fijo en Zabaleta y Rezusta, y de los de antes Barriola y Patxi Ruiz, que fueron los últimos zagueros competitivos en las tres modalidades.

– ¿Qué le parece Zabaleta?

– Cuando está bien, marca una diferencia brutal. No falla nunca y con el golpe que tiene...

– ¿Se ve para jugar con él?

– Si quiere que un día le haga de sparring, por mi parte encantado, pero todavía no estoy para jugar contra él.