El Atano III inunda de cariño a Aimar en su última visita

Aimar Olaizola no volverá a anudarse el gerriko en el Atano III de Donostia, escenario de cuatro de sus catorce txapelas. Los pelotazales, puestos en pie, le ovacionaron durante su carrera para realizar su último saque con el 15-21 en el electrónico. No cayó de su lado y tuvieron que repetir tres tantos después, cuando Zabaleta cerró la victoria del homenajeado con su tercer derechazo monumental al rebote. Ganó 17-22 el de Goizueta junto al zaguero de Etxarren a Altuna III y Ander Imaz su último partido en uno de sus frontones fetiche.

El Atano III no solo impone txapelas. Guardaba para la comparecencia final de una de sus leyendas toneladas de cariño procedentes de la grada que inundaron la cancha. No derramó lágrimas Aimar, o al menos no las dejó ver, pero seguro que un cosquilleo recorrió su estómago en más de una ocasión.

No será fácil encontrar sitio el sábado 13 de noviembre cuando Olaizola II diga adiós en Goizueta, en el frontón de su pueblo, con aforo limitado para unos 400 espectadores. El Atano III ofrecía una oportunidad ideal para acompañarle y muchos de ellos, sobre todo guipuzcoanos, quisieron estar cerca de él y degustar una vez más la calidad de un pelotari, de un campeón, de una leyenda.

«Igual hemos venido 150 seguidores desde Goizueta», apuntaba Esteban Arozena, vestido con una camiseta de su ídolo, a quien conoce desde niño y ha acompañado durante sus 23 años como profesional. «Han venido personas mayores, adultos, jóvenes... De todo. También iremos muchos al Labrit de Pamplona. No tantos a Bilbao, que está más lejos».

También asistió Unai Miranda, el alcalde de una Goizueta enfrascada ya en la preparación de la despedida definitiva del 13 de noviembre en el frontón de su ikastola. Cuenta el propio Arozena que «la sociedad Umore Ona, de la que es socio Aimar, ha impulsado un grupo de trabajo en el que también participan la escuela de pelota, el Ayuntamiento y distintos agentes de la localidad. Se pintará de verde el frontón y queremos hacer algo especial ese día».

Pero no hubo solo gente de Goizueta en un Atano III donde ya empezó a formarse una cola ante la taquilla a las cuatro y cuarto de la tarde, una hora antes de comenzar el festival. Para cuando abrieron la ventanilla a las cinco menos cuarto, la hilera de gente se aproximaba ya al estadio de Anoeta, como minutos más tarde la que se situó frente a la puerta principal.

Ocupó la zona baja del rebote la familia de Aimar: Olaia, su esposa, y sus cuatro hijos, Irai, Joan y las gemelas Mara y Ziara, junto a su hermano Asier, su cuñada Goretti y sus sobrinos. Les acompañó Dani Estrada, exfutbolista de la Real.

No faltó el abaltzisketarra Juan Altuna, «fan número uno de Aimar» según quienes le conocen bien, acompañado de los propietarios de un 'jatetxe' de Larraitz al que Olaizola II acude todas las semanas.

El remontista Aritz Zubiri, otro producto de la cantera de Goizueta, llevó a sus niños. Tampoco quiso perderse el acontecimiento Jon Olaizola, expelotari aficionado de Lesaka emparentado con Aimar. Desde Villabona y Zizurkil llegaron el trinquetista Imanol Arruti y el manista Iñaki Lizaso. «Hace tiempo que no teníamos la ocasión de venir al Atano III a pasar la tarde. Y mejor aún con la despedida de Aimar». También formaba parte de esa cuadrilla el pentatleta Iñaki Errazkin, expelotari. Joxe Mari Olasagasti, cómo no, acudió fiel.

Xabier Iriondo, veterano pelotazale que guarda en el garaje de su casa un verdadero tesoro sobre la historia de la pelota, llegó desde Zestoa. «Le vi por última vez en un partido oficial en el Astelena, poco antes de que la pandemia detuviera la actividad. Se va un pelotari puntero, grande, serio. Daba confianza. Irujo revolucionó todo. Titín fue el más taquillero. Y a Olaizola II le he situado justo debajo de Retegi II en mi pequeño museo. No quería perderme este acontecimiento y me he plantado en Donostia».

Lo mismo hicieron José Antonio Gancerain, propietario de la sidrería Zelaia, el manista aficionado Jokin Santxez y el expalista Alejandro Sánchez, así como la fiel cuadrilla zumarragarra de los frontones que forman Josean Aldama, Juan Mari Biain, José Mari García y Xabier Garralda.

Llamó la atención la casi nula presencia de compañeros de Baiko, representada por Karlos Arguiñano y el gerente comercial Unai Iglesias. Por parte de Aspe acudió Fernando Vidarte, su máximo representante.

Bixente Artola, masajista de cabecera del homenajeado, acompañó por última vez a Olaizola II al Atano III. Todavía le quedan un puñado de viajes de copiloto y está por ver si esos desplazamientos juntos acabarán o no el 13 de noviembre en Goizueta. Seguro que encuentran alguna buena excusa.

«El pelotari más grande que he visto junto a otros como Julián Retegi e Irujo. Aimar Olaizola ha sido un ejemplo por comportamiento dentro y fuera de la cancha. Destacaría su capacidad para dar ventajas durante quince años. Ha hecho más grande la pelota».

«Uno de los grandes. El mejor junto a Irujo desde 1998. Llegó un revolucionario y supo acoplarse, evolucionar y hacerse aún mejor. Pelotari completo con un gancho difícil de igualar, me ha gustado su seriedad. Un señor en la cancha».

«No sé cuántos partidos suyos he visto, pero casi todos. Solo me habré perdido alguno en Bilbao y los que ha jugado lejos. Ha sido una suerte. Tengo 93 años y ya iba al frontón con su padre. Conozco desde crío a Aimar».

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