El balonmano está difícil, el basket casi imposible
Darío Brizuela jugará contra enemigos de dibujos animados en un grupo lleno de trampas con Grecia, Canadá y Australia
E. Echavarren, J. Lezeta y R. Melero
Miércoles, 17 de julio 2024
Maitane Etxeberria, Imanol Garciandia y Kauldi Odriozola tendrán un papel importante para los seleccionadores Ambros Martín y Jordi Ribera. La experiencia y el nivel que están dando todos ellos en sus equipos les acerca a saber qué se van a encontrar cuando tengan a las mejores selecciones enfrente
Darío Brizuela
Baloncesto
El talento siempre tiene sitio entre los mejores
Pica como una serpiente y dispara como un cañón. Ese es Darío Brizuela Arrieta. Es la mamba guipuzcoana, apelativo que le viene por su ídolo: Kobe Bryant, al que llamaban 'The black Mamba' (la Mamba negra). Y es, además, un cañonero porque es un irreductible fan del Arsenal de fútbol.Aunque en su corazón tiene cabida también nuestra querida Real Sociedad. Todo eso le ha llevado a estar en la lista de doce jugadores a las órdenes de SergioScariolo. Brizuela acumula más de medio centenar de internacionalidades, es medalla de oro del Eurobasket de 2022 y se spuede decir con todas las letras que es un fijo para el técnico de Brescia.
El escolta de 29 años es electricidad pura. Engancha viéndole jugar por la tele. Embelesa cuando se le ve en directo. Todo ello le ha llevado a estar entre los mejores jugadores de la ACB y por ello ser un habitual en la selección compartiendo equipo con leyendas como Ricky Rubio,Marc Gasol, Sergi Llull o Rudy Fernández.
El Estudiantes, con apenas 16 años, se adelantó al Gipuzkoa Basket en su fichaje, cuando Darío daba lecciones de baloncesto con la camiseta del Easo. Se fogueó en Huesca, volvió al Ramiro de Maeztu donde se convirtió en mejor jugador de la semana en una jornada de la ACB. Era el mejor de la clase de los estudiantiles y ese talento le llevó al Unicaja de Málaga, donde pasó cuatro temporadas. Se convirtió en el ídolo del Carpena y levantó la Copa del Rey. Todo ese talentazo le llevó a firmar con el Barcelona, con el que debutaría en la Euroliga, algo que tenía en mente desde pequeño.
Brizuela tendrá una competencia feroz pero como ha demostrado, está capcitado para rendir en los partidos más complicados. Y vaya si los va a tener la selección, que está encuadrada en el 'grupo de la muerte'. Australia, Grecia y Canadá serán sus rivales. Equipos que cuentan con gran tradición internacional y estrellas de la NBA como Giannis Antetokoumpo, Patty Mills o Shai Gilgeous-Alexander. No hay mejor escaparate que unos Juegos y seguroq eu el donostiarra brilla con luz propia. Será su primera cita olímpica en un deporte tan complicado como el baloncesto.Donde hay mucho que elegir y talento a raudales.Pero ahí está Darío, con la velocidad hacia canasta como compañera de viaje y una muñeca de seda para meter desde fuera.
Kauldi Odriozola
Balonmano
Heredero de los pioneros del muelle de Zumaia
El balonmano empezó a adquirir forma en Zumaia en 1969 de la mano del Zumaiako Kirol Elkartea. No había polideportivo ni cancha como tal, por lo que los partidos se jugaban en el muelle. No los vio Kauldi Odriozola (Zumaia, 27 años), pero sí Alex Oliden, que llegó a ser entrenador del ahora olímpico. «El balón se caía a la ría y lo recuperaban con el salabardo. Los propios jugadores marcaban las líneas en el suelo y las porterías se traían de algún sitio. Más adelante, el balonmano se trasladó al colegio de las monjas y por último, al polideportivo».
Kauldi es el heredero de aquellos pioneros, entre los que se encontraba, por ejemplo, Juan Mari Artetxe, hijo del pelotari Etxabe IV. La Sociedad Deportiva Pulpo tomó el relevo cinco años después y sus responsables fabricaron con el paso del tiempo una estructura sólida, con buenos equipos y una cantera prolífica que en 2015 alcanzó uno de sus puntos álgidos. La selección convocó a tres de sus jugadores, Ander Torriko, Mikel Martínez y Kauldi, para el Europeo juvenil.
«La afición al balonmano le viene a Kauldi de casa, de la familia», apunta Oliden. «Su madre, una tía y un tío han practicado este deporte. De hecho, su madre, Ana Yeregui, y su tía, Marije –madre a su vez de Mikel Martínez–, fueron campeonas de España juntas».
«Kauldi ha tenido un balón en la mano desde niño», subraya Alex Oliden, que participó en su periodo de formación con Andres Torriko y Pablo Gutiérrez, por ejemplo. «Llegó al Pulpo en edad alevín o infantil. Para entonces ya tenía base técnica y motivación para el balonmano. Además era coordinado y bueno en distintos deportes: fútbol, surf, montaña, pesca... Surfea bien. Su hermano, Alex, compite en bodyboard con éxito».
Zurdo, juega en la posición de extremo derecho, si bien puede desenvolverse como lateral. También acostumbra a ocupar la posición de adelantado en la defensa 5-1. En 2016, con 19 años, pasó del Pulpo al Bidasoa, con el que fue designado mejor debutante de la Liga Asobal. Tras seis temporadas en Artaleku, donde siguió su progresión. En 2022 le fichó el Nantes, equipo puntero de la liga francesa y participante habitual en la Champions.
Zumaia estará pendiente de este jugador rápido y habilidoso que no ha perdido ni la humildad ni el contacto con su cuadrilla de amigos.
Imanol Garciandia
Balonmano
«Si no te dan el balón, tira la zapatilla»
Cuentan los allegados a Imanol Garciandía (Urretxu, 29 años) una anécdota de sus inicios en el balonmano. El entrenador le insistía en que tirara a portería y repetía la orden. «Tira, Imanol, tira». Se justificó el chaval: «No me pasan el balón». El técnico respondió con contundencia: «Es igual. Si no te dan el balón, tira la zapatilla». En uno de aquellos partidos marcó 23 goles... con el balón.
Garciandía ya había tomado para entonces el camino del balonmano después de probar otras disciplinas. La primera, la pelota. Jon Garciandía, su padre, manista y zaguero en su día, fue campeón del Interpueblos con Zumarraga en 1970 y participó en el equipo que retuvo el título al año siguiente si bien no intervino en la final. Llevaba al frontón a sus dos hijos. El menor soltaba buenos zurdazos. Las esperanzas paternas, sin embargo, se difuminaron en una revisión médica. «Este chaval va a medir más de dos metros», dijo el doctor a los padres. Jon, zumarragarra del barrio de Eitzaga que llegó a medir 1,92, perdió entusiasmo. Con esa estatura, no veía a Imanol de delantero y en aquel momento –todavía no había irrumpido Rezusta– no conocía a ningún zaguero zurdo de primera línea.
La siguiente experiencia fue en el fútbol, con el Urola. Alto, sacaba un pedazo al resto y le pusieron de portero. Un año después recaló en el Urola... de balonmano. Encontró su lugar. Zurdo cerrado, empezó a destacar pronto. A los 17 o 18 años se fue al Sanlo de Elgoibar, donde estuvo dos campañas antes de fichar por el Logroño de Liga Asobal. Tras cinco años en la capital riojana, le fichó el Aix-en-Provence, del que tras solo media temporada se lo llevó el Pick Szged húngaro, habitual en la Champions y cuyo escudo defiende desde 2021.
Lo que no ha perdido Garciandía es su relación con Urretxu y con la pelota. En junio aprovechó unos días de descanso con la selección para acercarse a casa y asistir en Zumarraga al partido del cuatro y medio de Altuna III contra Salaberria. «En los periódicos de Hungría no escriben de pelota, pero Imanol está al corriente de este deporte. Que si redes sociales, que si internet...», asegura su padre. También se le ha visto en el Ederrena el día de Santa Lucía, en el Astelena, en el Labrit. El estallido de la Guerra Civil truncó la carrera de su abuelo paterno, Nicasio, destacado pelotari aficionado que estaba a punto de pasar a profesional. Su nieto es olímpico.
Maitane Etxeberria
Balonmano
Ante el reto de sus primeros Juegos
Maitane Etxeberria está ilusionada con la cita de París. La extremo derecha lezoarra del Super Amara Bera Bera, afronta a sus 27 años, plena de madurez, sus primeros Juegos Olímpicos. Y lo hace cargada de ilusión. Acaba de completar una temporada inolvidable con el equipo donostiarra, tanto en el plano individual como en el colectivo y se ha erigido como una pieza clave en el entramado del conjunto que entrena Imanol Álvarez, que lo ha ganado todo este curso. Liga, Copa y Supercopa Ibérica. Maitane ha vuelto a ser esa extremo veloz, incapaz de ser frenada por sus rivales, tanto en las transiciones, utilizando su velocidad, como al espacio. Maitane Etxeberria y el Bera Bera mantienen su idilio.
La lezoarra, con el inconfundible número 15 a la espalda, ya es toda una institución en el equipo donostiarra, en el que sigue brillando con luz propia temporada tras temporada. En su extenso palmarés figuran ocho Ligas Guerreras Iberdrola, cinco Copas de la Reina, una SuperCopa Ibérica lograda en septiembre y seis Supercopas. A todos esos títulos hay que añadir las dos distinciones como mejor extremo derecho de la Liga Guerreras, una medalla de plata en el Mundial de 2019 –también disputó los de Alemania (2017), España (2021) y Dinamarca (2023)–, y la de oro en los Juegos del Mediterráneo (2018). Sólo ha disputado un Europeo, el de 2022 en Macedonia del Norte, Eslovenia y Montenegro.
Tras ponerle el remate final a una temporada de ensueño con unas cifras que llaman la atención –80 goles en Liga y 7 en Copa–, ahora sólo piensa en ponerle el colofón a un año de ensueño con la participación con la selección española en los Juegos Olímpicos. Está a un paso de cumplir los cien partidos internacionales –lleva 92, en los que ha anotado la friolera de 166 goles– y quiere amplicar esos registros en la cita olímpica.
Los de París suponen su debut en unos Juegos Olímpicos y los afronta «con mucha ilusión. Tengo muchas ganas de trabajar y de completar unos buenos Juegos. Es una cita diferente al resto de competiciones en la que he tomado parte hasta ahora y me considero una privilegiada por formar parte del grupo que integra la selección. Van a ser mis primeros Juegos y tengo la posibilidad de disputarlos. Todas estamos con muchas ganas y la motivación es máxima».
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