Las diez noticias clave de la jornada
Liga de campeones

Porca miseria, Unai

Un planteamiento timorato y un arbitraje canalla echan por tierra la magnífica trayectoria de Emery. El fútbol es así (de cruel)

Mikel Madinabeitia

Jueves, 9 de marzo 2017, 16:42

Le preguntaron a Ernesto Valverde cómo iba a jugar en el Camp Nou después de ganar 4-0 en el partido de ida de la Supercopa en San Mamés. El técnico rojiblanco contestó de la única manera posible: "Al ataque". Lástima que a tantos y tantos entrenadores les entre un arrebato de amnesia cuando visitan los grandes templos europeos. Solo así se puede explicar semejante achique y repliegue bajo cuando la memoria reciente sugería hacer lo contrario. Porca miseria, Unai.

Publicidad

Ya sé que el miedo es libre pero no puede ser que los parisinos solo completaran cuatro pases entre el minuto 85 y el pitido final. ¡Y tres de ellos fueron al sacar del centro del campo cuando encajaron los goles! Quiso Emery perseverar en la idea de buscar con Lucas Moura y Draxler el ángulo muerto azulgrana, el espacio que queda a espaldas de Busquets y frente a los centrales, aquella zona ciega que no se detecta con los retrovisores y que provocó entre otras cosas el 4-0 en París. Pero nunca antes la especulación recibió tanto castigo. Es verdad que fue desesperante para los parisinos marcharse 2-0 al descanso cuando apenas habían concedido espacios para que los culés armaran el disparo. Y, sobre todo, cuando habían vuelto a anular a Messi. Pero si algo dejó claro el primer tiempo fue que la gesta era factible.

Emery ordenó una presión alta en la segunda mitad pero entonces recibió otro golpe. El 3-0. Mi impresión es que debería estar prohibido que un equipo tan rico jugara tan a la defensiva. El París Saint Germain no es el Granada, el Nancy o el Bournemouth. Los petrodólares deberían servir para algo más. Cierto es que el arbitraje fue canalla al pitar un penalti imposible (Suárez) y obviar otro claro (a Di María). Y sería ingenuo despreciar la enorme capacidad que tienen los colegiados para influir en una eliminatoria, sobre todo en esas noches continentales donde hacen falta remontadas. Pero espero que entiendan que no lo podemos resumir todo a eso.

Me duele por Rabiot, por Verratti, por Thiago Silva, fantásticos futbolistas que anoche fueron fantasmas deambulando por el Camp Nou. Pero sobre todo me duele por Emery, cuyo prestigio se ha precipitado por el precipicio. Ya no se le verá de la misma manera a aquel entrenador que logró tres títulos de Europa League con el Sevilla y dos ascensos con equipos modestos. El que teme sufrir ya sufre el temor, dice un proverbio chino. El PSG no se quitó ese traje en toda la noche. Porca miseria, Unai.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad