Ojos que no ven, corazón que no siente
Almeida sigue en carrera con una costilla rota. Sufrirá y lo tendrá complicado para ayudar a Pogacar. Lo digo por experiencia propia.
Victoria de Jonathan Milan en una etapa destinada al sprint. Me alegra ver segundo a Wout van Aert. No es el corredor de hace unos ... años, quizá lastrado por la caída de la última Vuelta a España. Pero en el Giro ganó una etapa y fue fundamental para la remontada final de Simon Yates. Si va entrando en carrera, puede ser una pieza fundamental para que Vingegaard intente el asalto a Pogacar y pueda hacerle daño. Aunque esté más bajo, su calidad aflora a la mínima oportunidad.
En este Tour había tres sprinters candidatos en un sprint de potencia como el de Laval. Uno, Philipsen, está en casa con la clavícula rota. Tener a su servicio a Van der Poel y Groves le daba una ventaja grande. También Milan posee un plus sobre Merlier, ya que Lidl-Trek ha diseñado su equipo en función del italiano con la intención de ir a por etapas y a por el maillot verde. En Soudal, al transmitir Evenepoel tan buenas sensaciones, es lógico que piensen sobre todo en la general. Más cuando han ganado ya dos etapas. Si encima pinchas a diez kilómetros de meta, todo se pone en tu contra.
Almeida sigue en carrera con una costilla rota. Sufrirá y lo tendrá complicado para ayudar a Pogacar. Lo digo por experiencia propia. Corrí el Tour de 1999 con esa lesión. La carrera en la que me caí fue el Campeonato de España una semana antes. A pesar del dolor, las pruebas médicas apreciaron solo un fuerte golpe. Ya en el Tour, el día a día resultó muy duro. Sufría más a la hora de dormir e ir al baño que en carrera. Empezaba la etapa y se disipaba un poco el dolor en el costado. A pesar de todo, ayudé al equipo y Zulle terminó segundo. Solo dejé de padecer a falta de dos días para llegar a París. De vuelta a casa, la radiografía descubrió la fractura... ya soldada. El callo estaba hecho en el costado. El doctor se sorprendió de que hubiera completado el Tour de aquella manera. «Ojos que no ven, corazón que no siente». En mi caso, fue bastante suplicio.
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