La victoria de Evenepoel en la Clásica confirma el asalto de los jóvenes al primer nivel mundial

La lista se puede ampliar o reducir, pero hay varios nombres indiscutibles, como Evenepoel, Van der Poel, Wout van Aert (Jumbo-Visma) y Egan Bernal (Ineos), los dos últimos de 24 y 22 años, respectivamente. Tadej Pogačar (UAE), de 20, y Enric Mas (Deceuninck), de 24, también han dado muestras de su clase. Los aficionados vascos lo saben bien, porque el mallorquín estrenó su palmarés el año pasado en la etapa de Arrate de la Vuelta al País Vasco y el esloveno ha sido uno de los protagonistas de la Itzulia esta temporada.

El suizo Marc Hirschi (Sunweb), de 20, fue tercero en la Clásica de San Sebastián el sábado. Es el vigente campeón del mundo sub 23. Pavel Sivakov (Ineos), David Gaudu (Groupama) y Sergio Higuita (Education First), todos de 22, son otros de los jóvenes que vienen apuntando alto.

Evenepoel es un objeto de estudio para los entendidos. Lo que hizo en su última campaña juvenil -doble campeón del mundo y de Europa, con cuatro exhibiciones- fue tan impresionante que hay expertos que opinan que se trata de un fenómeno sin precedentes, capaz de ganar todo lo que se proponga, incluyendo el Tour de Francia. Domina todos los terrenos y es un contrarrelojista temible. Lleva andando en bici dos años y medio. Antes era futbolista.

Si el ganador en Donostia pasó del fútbol al ciclismo y de juveniles a ganar en el World Tour directamente, el otro gran fenómeno, Mathieu van der Poel, ha llegado a la carretera tras prodigarse en el ciclo-cross y en el mountain bike. Ayer mismo completó un doblete en la Copa del Mundo de VTT en Val di Sole, para estrenar su maillot de campeón de Europa de la especialidad. Es un fenómeno mediático y publicitario, con contratos millonarios con diferentes marcas, como las bicicletas Canyon.

También llega del barro Wout van Aert. El del Jumbo-Visma debuta este año en el World Tour, tras ser tres veces campeón del mundo de ciclo-cross. Pasaba por ser un clasicómano, pero este año ha ganado un sprint masivo del Tour y las cronos del Dauphiné y el campeonato de Bélgica.

También Egan Bernal (Ineos), llegó del mountain bike a la ruta. El ganador del Tour de Francia fue subcampeón del mundo júnior, antes de afincarse en Italia y dar el salto a profesionales con 19 años.

Tadej Pogačar (UAE), el ganador del Tour del Porvenir de 2018, se estrenó en profesionales en febrero al ganar la Vuelta al Algarve -más la etapa reina- por delante de Enric Mas (Deceuninck). El esloveno es un «talento puro», según Josean Fernández Matxin, su director. El balear, por su parte, dejó su tarjeta de visita en Arrate para confirmarse entre los corredores de grandes rondas en septiembre, con su segundo puesto final en la Vuelta a España.

Pavel Sivakov (Ineos) ganó el Tour del Porvenir un año antes que Pogačar. Su triunfo desató un desastre. Le fichó el Sky, del equipo de formación del BMC, que a consecuencia de ese fichaje desmanteló el conjunto de aficionados. El ruso ha ganado este año el Tour de los Alpes, por delante de Vincenzo Nibali (Bahrain).

Marc Hirschi (Sunweb) es un corredor muy atractivo, de un ciclismo vistoso, con facilidad en las llegadas, que es lo más difícil. El escalador David Gaudu (Groupama) es la gran esperanza francesa y el colombiano Sergio Higuita (Education First) deslumbró en los meses que corrió en la Fundación Euskadi.

El exseleccionador Félix Ugalde conoce como pocos el ciclismo formativo. El técnico donostiarra celebra esta explosión de nuevas estrellas, pero avisa de que «deportistas jóvenes destacados ha habido siempre, también en el ciclismo. Fignon, Sagan y Cancellara también pasaron muy jóvenes, y ganaban».

Ugalde aporta un contexto histórico que ayuda a situar el fenómeno. «Antes, la división entre profesionales y aficionados se distorsionaba con los países del este, y sus aficionados muy veteranos. El resto de países necesitaban aficionados curtidos para competir con ellos en Mundiales y Juegos Olímpicos. Sucedía que había aficionados que se retenían por ese motivo. Después cambió la reglamentación de la UCI, los Juegos se abrieron a todos y modificó esa situación. Después se creó la División 3, con los equipos de formación de Mapei y Rabobank, por ejemplo. Con gente como Cancellara, ciclistas extraordinarios, recién pasados de juveniles, que ya se podían medir con los profesionales. Hoy en día, el Mundial sub 23 está lleno de corredores profesionales. La renuncia de Evenepoel a correr el Mundial sub 23 escenifica el error de planteamiento y probablemente genere un cambio».

Según Ugalde, «si se juntan talento, programas bien direccionados y posibilidades económicas puede ocurrir esto». Luego, el futuro determina la realidad. «La mayoría de las veces no se cumplen las expectativas, pero otras sí. Depende de cinco cuestiones: factores físicos, factores psicológicos, entorno, gestión del éxito y gestión económica del éxito».

Un puzle nada fácil de ensamblar. Demasiadas piezas pueden no encajar. Sin embargo, esta generación que asoma parece capacitada para cualquier barbaridad: como que un juvenil gane la Clásica de Donostia.

A los 24 años, el holandés ha sido la gran sensación de la temporada, con su ciclismo agresivo, su velocidad y un carisma fuera de lo común. Por ahora se ha centrado en las clásicas, tras acabar con el ciclo-cross y empezar con el mountain bike. Puede marcar una época.

Se recupera de sus lesiones del Tour y su temporada se ha acabado, pero a los 24 años ha causado un verdadero impacto. Magistral en las clásicas, ha ganado un sprint masivo en el Tour y domina la contrarreloj. Su duelo en el ciclo-cross con Van der Poel se traslada a la ruta. Una fiesta.

Con solo 20 años, el último ganador del Tour del Porvenir ya ha ganado en profesionales. Impresionante para arriba, el esloveno es buen contrarrelojista y tiene un talento natural para las vueltas por etapas. Jovencísimo aún, su margen de progresión es gigante.

El colombiano ha ganado el Tour de Francia con 22 años en su segunda participación, con lo que no hay más que añadir. Tiene condiciones para marcar una época, pero la nueva forma de entender el ciclismo que crece a su alrededor le obligará a articular respuestas.

El suizo es el vigente campeón del mundo y de Europa sub 23 y fue tercero el sábado en Donostia, con una actuación que le define. Hábil y rápido en los finales de las carreras exigentes, insuflará aire fresco a las llegadas los próximos años. Puede ganar algo grande.

A los 24 años, ya acredita un segundo puesto en la Vuelta a España del año pasado. Ciclista de grandes vueltas, su fuerte es la escalada. Tiene condiciones para medirse con los mejores en las grandes, aunque este año no haya podido con el Tour.

De 22 años, el ganador del Tour del Porvenir de 2017 tiene poder para regalar y una planta excepcional. Alto y con gran motor, aún está por definir ya que el Ineos le lleva con calma, pero este año ha ganado el Tour de los Alpes. De momento, está en segundo plano.

Ha sido el mejor escudero de Thibaut Pinot en el Tour, con 22 años. Ha ganado una etapa del Tour de Romandía esta temporada. Destaca por sus dotes de escalador, tiene una pinta sensacional y en Francia depositan grandes esperanzas en él. En grupos pequeños sabe rematar.

Corrió la primer parte con la Fundación Euskadi y se salió del mapa. Con 22 años, ganó una etapa en la Vuelta al Alentejo y el Education First adelantó los plazos para hacerle debutar en el World Tour. Sube mucho y tiene velocidad en los metros finales.