Semana negra para IDK y GBC

La pregunta que subyace en el entorno del deporte de la canasta dentro del territorio es si hay riesgo de descenso para IDK y GBC. Sobre el papel tienen plantillas de suficiente calidad, están fuera de los puestos rojos de la tabla y quedan suficientes jornadas para ganar partidos y subir en la clasificación. Del mismo modo, hay una máxima no escrita que dicta que la presión por salir de los puestos peligrosos se lleva mucho peor que la de alcanzar un playoff o pelear por un campeonato. La muñeca tiembla más.

Los dos equipos guipuzcoanos afrontan una nueva realidad. Acostumbrados a pelear por un buen puesto en la parte alta de la clasificación, solo un fin de liga regular inmaculado les puede hacer al Inveready y a IDK Euskotren soñar con unos supuestos playoff. Algo que sería épico. Por ello la misión que tienen los dos equipos es acumular cuanto antes triunfos para ver la fotografía de la clasificación de una manera diferente y meter partidos de distancia con los puestos de descenso.

Inquieta echar un vistazo a la clasificación de la Liga Femenina Endesa. Con el IDK justo por encima del descenso aunque empatado con otros dos equipos más. Al Cadí le queda un encuentro pendiente con el Joventut. De sacarlo, pasaría a las de Ibaeta.

Los resultados dicen que las guipuzcoanas están jugando muy por debajo de sus posibilidades. Cierto es que los diez encuentros extra de la competición europea se notan en las piernas, pero lleva ya unas semanas solo centrado en la liga. Parece que las caras nuevas no han dado ese salto necesario que se pensaba. Cornelius ha aportado a cuentagotas y viendo las prestaciones de Bulgak, ahora mismo parece más fiable la pareja Pendande-Halvarsson. Otro de los talones de Aquiles es el rendimiento de Massey (6 puntos y 3 rebotes de media) muy por debajo de lo que puede aportar la belga.

Por ahora Rosó Buch es la jugadora más fiable y salta a la vista que con Mbulito recuperada, el equipo gana mucho. Se espera que Eraunzetamurgil apuntale esa mejora para que el equipo empiece a sumar victorias.

La primera debería ser el sábado que viene ante el Celta, con el objetivo de ganar y hacerlo por siete puntos o más para salvar el averaje. Sacar adelante encuentros en el Gasca ante el Ardoi o el Araski, se antojan necesarios.

Algo más holgada es la situación del GBC, solo un partido por encima del descenso y a tres de diferencia con el playoff. El cuadro donostiarra está pagando la subida de nivel general con muchos fichajes de jugadores con pedigrí de ACB que el Gipuzkoa Basket no ha podido acometer.

El credo principal del club, para evitar sonrojos de impagos pretéritos, es no gastar más de lo que tiene. Pero, estancado su presupuesto, con el incremento del de los rivales, hace que el potencial en jugadores se vea mermado respecto a otros equipos.

Estos conjuntos, los primeros de la clasificación, dominan con puño de hierro la competición. Y el Inveready no ha podido con ninguno de ellos. Lo más cerca que ha estado fue el domingo pasado ante el Palencia. El cuadro de Illunbe tiene hasta el 28 de este mes para incorporar jugadores y se ha verbalizado por parte de los responsables que se está mirando un jugador interior. El equipo ha ido perdiendo peso en el rebote y le está lastrando en demasía.

Los partidos ante los rivales que le circundan en la tabla (Cartagena, Menorca, Zamora, Oviedo o Castelló) cobran una vital importancia de cara a las opciones de meterse en el playoff. La diferencia es de tres encuentros con catorce jornadas por delante.