Las txapelas no siempre son para los más rápidos

Correr con el dorsal propio es importante para los populares cuyo objetivo es disfrutar y alcanzar la línea de meta, pero también para los atletas que luchan por el triunfo. Y para muestra, lo que ocurrió ayer en el multitudinario Cross 3 Playas de Donostia en el que 3.640 corredores completaron los diez kilómetros no homologados del precioso recorrido. ¿Qué pasó? Pues que el más rápido, el igeldotarra Aitor Etxeberria, fue descalificado tras cruzar en primera posición la línea de meta por correr con el dorsal de su hermano Joritz... Pocas veces se viven estas situaciones, pero es lo que pasó ayer en Ondarreta. Las txapelas fueron para Unai Ibarra y para Elena Silvestre, que está de vuelta.

Una victoria que no fue. Así se podría describir lo que ocurrió en esta clásica del calendario de populares en Gipuzkoa que alcanzó su edición número 35. El tiempo de ayer por la mañana era perfecto para correr junto al mar. Y con ganas de disfrutar y también de competir salieron Aitor Etxeberria, Unai Ibarra, Beñat Bengoetxea... Atletas que, a priori, iban a estar en la pelea por la txapela. Sin embargo, el igeldotarra Aitor, que lucía el dorsal número 162, no aparecía en el listado de inscritos. Sí su hermano, el remero Joritz.

Una victoria que no fue. Así se podría describir lo que ocurrió en esta clásica del calendario de populares en Gipuzkoa que alcanzó su edición número 35. El tiempo de ayer por la mañana era perfecto para correr junto al mar. Y con ganas de disfrutar y también de competir salieron Aitor Etxeberria, Unai Ibarra, Beñat Bengoetxea... Atletas que, a priori, iban a estar en la pelea por la txapela. Sin embargo, el igeldotarra Aitor, que lucía el dorsal número 162, no aparecía en el listado de inscritos. Sí su hermano, el remero Joritz.

Prácticamente desde el pistoletazo de salida se puso a tirar a un exigente ritmo el arrasatearra Ibarra, que ya había ganado en 2024. «Yo sabía que si llegaba a los últimos metros con Aitor Etxeberria no tenía nada que hacer. Pasamos por el kilómetro 5 incluso por debajo de quince minutos. Le conseguía soltar unos pocos metros, pero pronto se volvía a enganchar», confesaba Ibarra.

«Al final la carrera se decidió al sprint. Pasado el túnel, a menos de medio kilómetro, se vio que Aitor era más fuerte y fue capaz de ir más rápido que yo. En pocos metros me sacó seis segundos». Pero, realmente, no se decidió ahí la carrera. Fue tras celebrarlo (Etxeberria, Ibarra y Bengoetxea lo hicieron mostrando su apoyo al pueblo palestino) cuando la organización descalificó a Aitor por correr con un dorsal que no era el suyo. «No me gusta ganar así», cerraba Ibarra, que será quien figure en el palmarés de la carrera. 30:17 fue su tiempo, por 31:10 de Bengoetxea y 31:30 de Asier Landart.

La que no tuvo ningún problema para ganar fue Elena Silvestre. La fondista nacida en Teruel y afincada en Gipuzkoa desde hace ya mucho tiempo, se impuso cómodamente en su primera carrera tras haber sido madre (36:25).

«Arrancando otra vez. Justo la niña ha cumplido seis meses esta semana. Me he ido recuperando bien y, aunque no esté como hace dos años, con el poco tiempo que ha pasado desde que fui madre no puedo quejar de cómo estoy», explicaba la ganadora. Segunda fue la navarra Ane Elzaurdia (37:18) y tercera, la hernaniarra Maitane Guerrero (38:44).

Como ya ocurrió el año pasado, a la meta del paseo Irutxulo llegaron más mujeres que hombres. De los 3.640 clasificados, 1.884 fueron mujeres, por 1.756 hombres. Es algo cada vez más común en carreras de distancias cortas y que es aún más evidente cuanto más carácter popular tenga la prueba.

Correr con el dorsal propio o habiendo realizado el cambio de titularidad debidamente es esencial para cualquier participante en carreras populares. ¿Por qué? Porque, en caso de que el corredor tenga que ser atendido, el seguro de la prueba no le cubriría a aquel que no esté en la base de datos de la organización.