Perfil de la Behobia-San Sebastián: distancia, desnivel y puntos clave

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Las dos principales dificultades orográficas del recorrido de la Behobia - San Sebastián 2023 son Gaintxurizketa, en el kilómetro siete, y el alto de Miracruz, a apenas cuatro kilómetros de meta. Pero no son las únicas cuestas que hay en la carrera. Se sube y se baja constantemente. Por eso los corredores saben que para llegar en condiciones a la Behobia - San Sebastián hay que entrenar las cuestas, tanto de subida como de bajada, que muchas veces son las que pasan más factura.

Desde la última modificación en 2014, el trazado de la Behobia - San Sebastián no ha sufrido variaciones. Mantiene los 20 kilómetros y varios puntos claves en su recorrido.

Los primeros metros de la Behobia - San Sebastián 2023 se recorren junto al Bidasoa y son llanos, con el único problema de la aglomeración de corredores. Una vez dejada atrás la salida, comienza una ligera subida hacia el Paseo Colón de Irun. Suele ser un punto muy animado en el que se concentra mucho público.

. A medida que nos alejamos del centro en el kilómetro 3 se endurece la pendiente, con los toboganes que llevan al alto de Arretxe y la zona de Ventas. Es el preludio de Gaintxurizketa.

En el kilómetro cinco, justo tras el primer punto intermedio de control de tiempos, se afronta la subida más dura del recorrido. La buena noticia es que la carretera de dos carriles permite que no se acumule gente y el resto de participantes puedan frenar tu ritmo. Los siete kilómetros de carrera se cumplen en la cima.

A partir de ahí en la Behobia - San Sebastián 2023 vienen tres kilómetros de ligero descenso hasta la zona comercial de Lintzirin que llevan la prueba hasta el corazón de Errenteria. Suele ser un momento para recuperar, bajar pulsaciones y disfrutar del ambiente que se vive en la Alameda, donde se concentra un auténtico gentío. Al cruzar la localidad habrá que guardar fuerzas para la subida de Kaputxinos, medio kilómetro que se agarra por el esfuerzo acumulado.

Los metros finales concluyen con las vistas del puerto a la derecha, otro momento para recuperar el aliento y avituallarse para los kilómetros finales.

Una ligera bajada conduce a Pasai Antxo, donde espera otra subida, no tan dura pero sí bastante tendida que conduce a Buenavista en la entrada a San Sebastián. Por el antiguo trazado de la N-I se llega a Herrera, inicio de la subida a Miracruz.

Es el punto de la carrera que mejor hay que gestionar porque el cansancio hace mella y se puede cometer el error de pensar que ya se ha terminado la prueba. Desde Kontadores hasta Arzak es un tramo que se agarra y que se hace duro si se viene por encima del ritmo adecuado.

Pero ojo, que los tres kilómetros que restan hasta el Boulevard son muy traicioneros. La larga bajada hasta el barrio de Gros engaña. Hay quien se lanza cuesta abajo y luego acaba pagándolo en la avenida Navarra y la larga recta de la Zurriola. Son dos kilómetros en los que las piernas sufren. Quien no vaya a hacer marca es mejor que regule en la bajada y así podrá disfrutar de ese tramo final que alberga público a ambos lados de la carretera y que acompañan a meta haciendo más llevadero ese último esfuerzo.