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Odei Jainaga, junto a Cristina Larrea, su madre, minutos después de batir el récord en Durango.
Atletismo

Una madre, un hijo y un mismo récord

Desde esta temporada, Odei Jainaga es el plusmarquista guipuzcoano de jabalina, mismo honor que ostenta desde 1993 su progenitora

KAREL LÓPEZ

Lunes, 23 de mayo 2016, 22:29

En una época en la que los jabalinistas africanos y caribeños amenazan la histórica supremacía europea en esta disciplina -los únicos tres lanzamientos por encima de los 90 metros de la pasada temporada llegaron desde Kenia y Trinidad y Tobago-, en Gipuzkoa la tradición continúa. La genética ha vuelto a hacer de las suyas, y el eibarrés Odei Jainaga, siguiendo los pasos de su madre, es desde este año el plusmarquista guipuzcoano de jabalina. Su progenitora, Cristina Larrea, ostenta ese mismo honor desde 1993, cuatro años antes de que naciera Odei.

El pasado sábado Jainaga mejoró el récord que ya había logrado en febrero y que renovó hace dos semanas en Zaragoza. Lo hizo por dos metros y quince centímetros, fijándolo en 67,17 metros. «Ahora el reto es llegar a los 68,70 metros, lo que supondría hacer la mínima para el Mundial Júnior. Cuando empecé la temporada, el objetivo estaba en 65 metros, pero lo conseguí pronto y ahora espero mejorar poco a poco», relata el joven de 18 años. Hace menos de un año, llegar a 55 ya le resultaba difícil. De hecho, solamente lo consiguió en una ocasión.

A día de hoy logra sin problemas que la jabalina aterrice más allá de los 60 metros y quién sabe si pronto la hará volar hasta los 70. «Ahora solamente practico este deporte. Entreno cuatro días a la semana en Vitoria, los viernes voy a Bilbao con Feijoo, mi entrenador actual, y los sábados lo hago en Eibar», señala el estudiante de Magisterio Deportivo en la capital alavesa. Hasta esta temporada, Jainaga combinaba el atletismo con el balonmano. «Jugaba de extremo en el Eibar, pero vi que tenía más recorrido como lanzador de jabalina».

Otro factor importante que ha contribuido a su gran rendimiento durante esta campaña es haber ganado diez kilos de músculo. En su casa todos son altos. 1,85 mide su padre, 1,75 su madre, 1,76 su hermana de 15 años y 1,92 él. «El año pasado pesaba 70 kilos. Ahora estoy en 80. Se nota, y espero que mi cuerpo siga desarrollando». Sin duda, el atleta del CD Eibar -filial de la Real Sociedad, club con el que el sábado Odei competirá en el Miniestadio con motivo de la segunda jornada de liga de División de Honor-, tiene un físico perfecto para esta disciplina. Es incluso seis centímetros más alto que el recordman mundial, el checo Jan Zelezný, aunque aún le queda coger unos cuantos kilos.

«Es muy bonito»

La madre de Odei revive ahora gracias a él todos sus éxitos. Con 56,10 metros, Cristina aún conserva el récord guipuzcoano. Una plusmarca que no le arrebatarán, ya que antes el centro de gravedad del artefacto se encontraba más centrado que en la actualidad. «Para mí es muy bonito que siga mis pasos. Me hace ilusión», afirma la exatleta, que llegó a participar con la selección española en un Campeonato Iberoamericano y en una Universiada.

«A Odei siempre le ha gustado lanzar piedras», sonríe. «Pero de pequeño nunca cogía la jabalina. Cuando iba a la pista entrenaba con Inma Urkiola y hacían de todo. Eso ha sido muy positivo. Hasta hace poco no se ha centrado en lanzar. Está claro que la genética le ha acompañado; tiene un don».

Hace siglos la jabalina se utilizaba como arma de guerra, aunque también se empleaba para la caza y la pesca. Aunque los grandes resultados de Odei con este artefacto no hayan hecho más que empezar, lo cierto es que al lanzador eibarrés, casualidades de la vida, le encanta ir de pesca. «Antes iba prácticamente todos los fines de semana a pescar», cuenta. Eso sí, que sepamos se llevaba la caña y no la jabalina.

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