El Conquistador se despide de su concursante más carismático

El Conquistador no deja de sorprender. El reality de aventuras de TVE vivió una tercera entrega llena de emoción, mucha intensidad y, cómo no, muchos roces entre sus concursantes. La grandes triunfadoras fueron las Atabey, mientras que al equipo de los Corocotes se les vieron las costuras. Y acabó perdiendo a su segundo integrante: el intenso Polvillo.

El Conquistador sigue acumulando aventuras y emociones fuertes. Esta vez los 28 concursantes restantes debían competir por conseguir ser de nuevo inmunes a la siguiente expulsión. Esta vez el programa mostraba la prueba «más histórica» de El Conquis, según la definía Raquel Sánchez Silva y corroboraba Julian Iantzi: el laberinto, bien conocida por los seguidores de la versión vasca del reality.

«A tope y concentrados», animaba antes de empezar el guipuzcoano Euxebi, avanzando el sufrimiento que padecerían minutos después los azules, capitaneados por Patxi Salinas. Poco después veríamos la falta que les hacía esos ánimos. «Nuestro equipo médico ha desaconsejado que sea Mireis la que esté colgada», comenzaba Sánchez Silva justo antes de dar inicio a la prueba en referencia al miembro de cada equipo que da instrucciones desde las alturas a sus compañeros.

El barro es en esta prueba habitualmente el gran protagonista y así ha sido también en este Conquistador de TVE. Los concursantes reptan en fila sin poder apoyarse en las paredes del laberinto. Entre gritos, magulladuras y mucho sufrimiento, era Joana, la capitana verde, la primera que conseguía salir, aunque aún debía esperar a todas sus compañeras.

Mienras tanto, en pleno laberinto los azules y rojos se taponaban mutuamente, impidiendo ninguna agilidad para deslizarse por un suelo de piedras y agua.

«Patxi, tienes que avanzar, y espalda al suelo», avisaba Julian Iantzi. «Es imposible», respondía secamente el exfutbolista. Las discusiones entre azules y rojos iban a más. «¡No me des patadas en el cuello!», hemos podido escuchar los telespectadores. «Quita la cabeza, que voy a pasar igual», decía otro.

Las verdes seguían a lo suyo, «en formación gusano», adelantadas pero desorientadas, camino a la bandera que da la victoria de cada prueba. Sin embargo el pundonor de las siete chicas les llevaba hasta la meta en primer lugar para ser de nuevo el equipo vencedor. Tan sufrida fue la victoria que no tenían tiempo ni de celebrar, entre lágrimas y cubiertas de barro totalmente, pero «muy orgullosas», según podían exclamar.

Los corocote se tenían que retirar ya que el concursante que permanecía colgado, Loren, no conseguía aguantar. «Se me estaba cortando la circulación». Mientras tanto su capitán, Patxi Salinas, pedía a gritos agua para poder abrir los ojos. «Me estáis tocando los cojones, tengo mal los ojos y no me dáis agua», lamentaba.

Poco después, los rojos, especialmente Julio, acusaban al capitán azul de «tramposo». «No me dejaba pasar y Andrea me ha cogido del pelo», seguía acusando tras la prueba el miembro de los rojos ante la furia y sorpresa de la veterana concursante guipuzcoana.

La asamblea posterior estuvo repleta de acusaciones entre los equipos, sobre todo por las formas y algún que otro insulto en plena prueba de inmunidad en el laberinto. Con todo, el último lugar del equipo azul provocó duros reproches entre sus integrantes en la asamblea interna, con Polvillo, Finito y Keroseno sacando trapos sucios y enfrentándose al resto de sus compañeros. Patxi Salinas, su capitán, se mantuvo a la altura de las circunstancias y afeó a los tres su actitud. Sea como fuere, la prueba de eliminación la disputaron Finito y Keroseno y Polvillo, que se vieron las caras con El Carni, del equipo de los Yocahu.

La prueba entrañaba una considerable dificultad, ya que en pleno bosque húmedo los concursantes debían subir a un árbol de 25 metros para coger hasta cuatro banderas. Finito se mostró más hábil que sus dos oponentes y logró hacerse con dos, mientras que El Carni apenas pudo asir una. Fue Polvillo quien, con cierta actitud pero ninguna maña, se quedó en blanco, si poder siquiera cogerle el truco a la mecánica que tenía que emplear en la cuerda. Ello acabó con todas sus opciones de victoria. Adiós a Polvillo, adiós a uno de los concursante más carismáticos de El Conquistador.

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