Premios Max de Teatro
«En los premios nunca dejas de ser un principiante»Mireia Gabilondo, directora de Tanttaka, valora el «impulso» que ofrecerá a la obra 'Sexberdinak/Sexpiertos' el Max logrado en Cádiz, que también distinguió al músico Pascal Gaigne por su trabajo con Kukai
Los candidatos vascos en la 26ª edición de los Premios Max de las Artes Escénicas regresaron de Cádiz con cuatro premios, de los que dos ... llevan sello guipuzcoano. La compañía Tanttaka obtuvo el premio a la Mejor labor de producción por 'Sexberdinak-Sexpiertos', dirigida por Mireia Gabilondo, mientras que Pascal Gaigne recibió el reconocimiento a la Mejor composición musical para espectáculo escénico por su creación para 'Eta orain zer? ¿Y ahora qué?' de Kukai Dantza.
Mireia Gabilondo Directora de 'Sexberdinak/Sexpiertos'
«En los premios nunca dejas de ser un principiante, da igual tu edad o trayectoria»
Aún en plena vorágine de entrevistas tras ganar el Premio Max a la Mejor Producción por la obra 'Sexberdinak/Sexpiertos', su directora, Mireia Gabilondo (Bergara, 1965), atendía ayer desde Cádiz a DV para celebrar este cuarto galardón de la Fundación de la SGAE a la compañía Tanttaka. «Nunca dejas de ser un principiante en los premios y en los reconocimientos. Siempre te hace ilusión. Para estas cosas no hay edad, ni trayectoria, ni nada», admitía una emocionada Gabilondo.
- ¿Cuál es el tema central de 'Sexberdinak'? ¿Nuestros miedos, nuestras incapacidades, la amistad?
- Habla de todas esas cosas y de que todos somos bastante parecidos en nuestras incapacidades, en los miedos, en el amor y en el sexo. Sobre todo, trata de entender que el 'otro' -quiero decir, el que tiene una discapacidad más clara que las nuestras-, también tiene pulsiones sexuales. Lo más bonito de la función es que demuestra que todos tenemos nuestras incapacidades.
- El Premio a la Mejor Producción, ¿es un reconocimiento colectivo a todo el equipo?
- Sí. El trabajo de producción es más difícil de entender o está más en la sombra, pero es muy importante para un espectáculo porque son las ganas de hacer algo, perseguir cómo vamos a abordar un texto... En el caso de 'Sexberdinak' el planteamiento estético y escenográfico también fue una idea muy brillante, con todo el público en sillas de ruedas y que al final saliera a dar una vuelta por el espacio en el que se desarrolla la actuación. También el trabajo para conseguir el dinero para hacer la obra. Son tantas cosas... Hablamos de lo que se ve encima del escenario, pero el trabajo de producción es igual de importante.
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Así fue la gala de los Premios Max
- ¿Es complicado cuadrar económicamente un montaje para un máximo de sesenta personas por sesión?
- Siempre es más complicado, no voy a decir que no, si el programador está a recuperar con la taquilla un dinero que ha tenido que invertir. No es nuestro caso, ni mucho menos. No siempre lo más importante para los programadores es recaudar en taquilla porque hay otras cosas que también son necesarias y con este planteamiento de teatro también se gana en otras cosas, como en cercanía. Ahora hemos empezado a hacerlo con público tanto en el escenario como en la sala, pero nos gusta menos ese formato, así que si se puede, preferimos evitarlo. Pero bueno, a veces se hacen dos bolos en algunos sitios. Si hay ganas, siempre hay maneras de poder hacerlo, pero nosotros estamos contentos de haberlo planteado así.
- Se le vio recibir el premio en el escenario con la ilusión de una principiante.
- Nunca dejas de ser un principiante en los premios y en los reconocimientos. Siempre te hace ilusión. Para estas cosas no hay edad, ni trayectoria, ni nada.
- ¿Cómo llegó a la gala? ¿Con nervios o con la tranquilidad de 'la suerte está echada'?
- Siempre tienes un puntito de nerviosismo e incertidumbre, y piensas: «Si no me lo van a dar, voy a estar tranquila». Y al rato te dices: «Pues igual me lo dan». Entras en una noria de pensamiento encontrados. Quieres protegerte por si no ganas y por otro lado, debes tener la ilusión de que te lo dan. Fue llegar, tomarnos algo y empezar a ver a la gente, a los amigos, saludas y entonces te das cuenta de que estamos todos igual. Y te dices: «A ver quién sale».
«Es un trabajo más difícil de entender o está más en la sombra, pero es muy importante para un espectáculo»
- Al menos, parece que la Gala de los Max es más ágil que la de los Goya.
- A mí se me hizo agradable. Entre que hasta que toca tu premio estás un poco nervioso y después, si te lo dan, entras en la sala de prensa y empiezas a dar entrevistas, no soy muy consciente de toda la gala.
- No sé si recuerda en qué o quién pensó cuando oyó el nombre de la obra como ganadora...
- Es que no sé... Un montón de caras, de gentes... Llevamos tantos años, que se me encogió el corazón y me dio una subidón tremendo. Me emocioné mucho.
-El domingo viajan a Colombia con esta obra y con 'Mi hijo sólo camina un poco más lento'.
- Sí, tenemos en diez días dos bolos de cada obra. Estamos contentos y nerviosos, porque andamos últimamente de un lado para otro, como saltimbanquis.
- Las obras de teatro, ¿se entienden igual en todas partes?
- Claro que sí. El mensaje es universal y todo es totalmente entendible. Hemos estado con otras funciones varias veces por Suramérica y siempre se han comprendido muy bien. El público es muy universal ya, creo.
- ¿Cree que este premio dará alas a la obra como para prolongar la gira?
- Eso está por ver. Es cierto que con los premios siempre se relanzan un poquito los espectáculos y de repente, a programadores que no habían mostrado interés parece que con este reconocimiento se les despierta. Los premios suponen un pequeño impulso y esperemos que eso que dice suceda.
- ¿Ha podido hablar ya con Telmo Irureta y Aitziber Garmendia?
- Aún no porque no he parado de hacer entrevistas desde las nueve de la mañana.
Pascal Gaigne Mejor música para espectáculo
«En la creación artística siempre sale lo mejor y lo peor de cada uno»
Para Pascal Gaigne (Caen, 1958), que ya cuenta con un Goya por 'Handia', era la primera nominación a los Max, pese a su dilatada carrera en el ámbito de las artes escénicas. Y ganó por su trabajo en 'Eta orain zer'/¿Y ahora qué?', de la compañía errenteriarra Kukai.
«La gala fue muy entretenida hasta el punto de que se me olvidó de que estaba de finalista. Sólo cuando la cámara se me puso delante, como estaba en primera fila, me acordé». A juicio del músico francés afincado en Donostia, «no tiene nada que ver con la gala de los Goya, en la que hay más dinero y más cosas en juego. No es mejor, ni peor, una gala que la otra: son diferentes. Es otro efecto, en el caso de los Max más cercana y humana que la de los Goya, en la que el trato es más distante», señala.
Reconoce que pese a ser muy conocido por su trabajo para el cine, le hacía especial ilusión este reconocimiento en el sector de la danza y el teatro. «Sí porque siempre he trabajado mucho en teatro y danza, incluso antes de hacerlo para el cine. Los premios -reitera la idea que ya explicó en vísperas de la gala-, son un momento de luz y ya está. Vino mucha gente conocida, amigos, lo que creó un ambiente más cercano que el que se vive en el mundo del cine».
«Es bueno que te lleguen muchos trabajos, incluso para decir 'no'. Empiezo a ser mayor, habrá que seleccionar un poco»
No oculta Gaigne que viajó a Cádiz sin certezas, pero con ciertas expectativas. «Sin creer que fuera a ganar, sí pensaba que tenía posibilidades, aunque no he visto los otros dos espectáculos finalistas. Hay que tener en cuenta que iba nominado con un espectáculo de Kukai, que es una compañía locomotora que tira de esto». Preguntado por la reacción de sus compañeros en este espectáculo, que no consiguieron ganar el Premio al que estaban nominados, asegura que «estaban muy contentos. Me dio mucha pena lo de David (Bernués, nominado a la Mejor Iluminación) porque pensaba que iba a ganar». En este punto, aclara que «el proceso de trabajo en grupo en 'Era orain zer'/¿Y ahora qué?' fue duro, difícil y complicado. En la creación artística, siempre surgen momentos de desacuerdo y cuanta más experiencia tienes, peor. Es normal. Hay mucha gente por medio, y sale lo mejor y lo peor de cada uno. Luego pasa el tiempo y dices: 'Qué tontería'».
Lo que no tiene claro es si volverá a trabajar con Kukai. «Eso no depende de mí. Si ellos me llaman y me interesa iré, pero empiezo a ser un poco mayor. Habrá que seleccionar un poco los trabajos», asegura, pese a que es probable que el galardón le traiga más ofertas de trabajo: «Eso está muy bien, incluso para decir que no. He pasado dos años muy, muy duros con la pandemia porque no tuve casi trabajo, así que toda propuesta que llegue será bienvenida, aunque hay que dosificar las cosas», concluye.
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