Mikel Ayestaran: «'Nevermind' de Nirvana me impactó tanto que fui a Seattle como si fuera a La Meca»

Dice que durante un tiempo pasaba más tiempo fuera que en casa y que su vida estaba dividida en dos, «era como el doctor Jekyll y Mr. Hyde». Ahora acompañado por su familia y bien asentado, no pierde esa filosofía de vida que le hace ir «año a año» pues «este negocio cambia mucho. Hoy es Ucrania y mañana... nunca sabes». Porque como profesional freelance, con el tiempo ha ido advirtiendo que «desde el punto de vista periodístico, cuando ya llevas ocho años en un sitio hay cosas que te dejan de sorprender, parece que ya te lo sabes todo y es entonces cuando tienes que moverte».

Aunque se considera sedentario y cómodo, Ayestaran arroja ese espíritu rebelde e inconformista que escuchó en Nirvana en los 90 y que aplica en su trayectoria vital. «Cada cinco años introduzco un elemento nuevo en mi vida. Si no te refrescas cada poco tiempo...», dice. «Viajo a un lugar nuevo, escribo un libro o... bueno, me encantaría hacer un disco».

– Vaya, qué sorpresa. ¿Pero toca algún instrumento?

– No, no... no toco música. Pero yo que sé, tampoco escribía libros. Si a alguien le interesa una colaboración, hacemos un disco. ¡O una peli! Cada vez somos más mayores así que lo que queramos hacer tenemos que hacerlo ya. No tenemos tiempo.

Volviendo al disco de su vida, Ayestaran se presenta como alguien «muy musiquero», que incluso se acompaña de la música mientras escribe sus textos. «Según sobre qué tema trate, me suena más a una cosa u a otra. Además, no tolero los ronquidos y me he tragado muchos durmiendo en albergues con literas, así que la música a todo volumen me ha salvado alguna noche».

Kortatu, Pavement, La Buena Vida, Daft Punk... pero la revolución llegó con el 'Nevermind' de Nirvana. «Me impactó tanto que acabé yendo a Seattle como quien va a La Meca para recorrer las salas y los lugares donde empezaron a tocar». Del mismo modo que pasó con los Beatles y los Rolling, en los años 90 «había que ser de Nirvana o de Pearl Jam», y el periodista beasaindarra «no podía ni ver» al grupo de Eddie Vedder.

«A Nirvana los descubrí con este disco y en un momento en que la MTV ponía el videoclip de 'Smells Like Teen Spirit' cada quince minutos». Y pensaba: «¿Cómo estos tíos han podido hacer algo como esto?». Por entonces Ayestaran jugaba a fútbol en el Beasain K.E., «bueno, lo intentaba, siempre estaba en el banquillo», y ponía los temas del 'Nevermind' en el autobús del equipo. Luego descubrió el álbum anterior 'Bleach', el debut de los de Kurt Cobain «y se lo di a mi hermana como el típico 'regalo boomerang' que sabía que no le iba a gustar y que me iba a agenciar», ríe.

Pero si hay algún recuerdo que asocia a Nirvana es el de un empotramiento con el ejército estadounidense en Helmand, al sur de Afganistán. «Era todo tan desastroso, que después de todo el día patrullando solo quería llegar a la base y escuchar las canciones de 'Nevermind'. En aquellos momentos te das cuenta de que has puesto tu vida en manos de un capitán de Tennessee de 20 años que no sabe ni dónde está».