Una EGO «comprometida y exigente» afina este verano su mirada hacia el futuro

Los jóvenes estarán a las órdenes del director Diego Martin-Etxebarria, para quien supone su debut en la EGO tras haber pasado por Musikene y, recientemente, haberse puesto al frente de la Euskadiko Orkestra en la última edición de Musikaste. El amurriotarra, que destaca por su «combinación de rigor técnico y sensibilidad expresiva», asume «ilusionado» el reto de ponerse al mando de este proyecto con jóvenes que, añade, «me dan la vida. He procurado siempre, a lo largo de mi trayectoria profesional, poder siempre reservar proyectos en los que poder estar en contacto con las nuevas generaciones de músicos. Ellos son quienes tienen la ilusión y es algo que en la música es fundamental aprender a mantener», explicó el maestro.

Piensa mucho en alemán, «de hecho, quiero hablar euskera, pero lo primero que me sale es el alemán», contó sobre su aterrizaje en la joven orquesta tras muchos años de experiencia en diferentes entidades musicales germanas, además de haber dirigido orquestas como la Ópera Nacional de Grecia, la Filarmónica de Brno, la Sinfónica de Galicia, Tenerife, Nacional de España o la Filarmónica de Kansai (Japón). «Más que un trabajo es una afición. Un privilegio que no tiene sindicato ni horario, sino una libertad tremenda que te llena el alma y te da una libertad tremenda». Tras concluir la gira, Martin-Etxeberria participará en la Quincena Musical dirigiendo 'Amaya' de J. Guridi.

El programa de esta gira de verano se presenta como «comprometido y exigente». Así lo definió el coordinador general de la EGO Germán Ormazabal quien, en sintonía con Rubén Gimeno, director artístico, ha elaborado una selección de «sinfonías tradicionales de los siglos XX y XXI». Melodías, a través de las cuales, nuevas vocaciones «puedan conectar con piezas clásicas que siguen siendo contemporáneas», añadió el responsable creativo. Así pues, el concierto dará comienzo con la representativa 'Fanfarria por un hombre común', «una de las piezas más icónicas de Aaron Copland. Compuesta en 1942, fue concebida para «elevar el espíritu patriótico en plena II Guerra Mundial en homenaje a la lucha y al sacrificio ciudadano». Un espíritu más que presente en la tan convulsa actualidad.

La gran novedad de este repertorio es el «estreno absoluto» de la composición de Jon Esnaola, 'LUUR', dedicada a la memoria de Nestor Basterretxea. «No me he querido referir al planeta en cuestión, sino a la tierra que pisamos y cultivamos», relató el autor de la sonora «oscura, sombría y lúgubre» que la EGO acoge con «gran ilusión por ayudar al impulso de jóvenes compositores que prometen llegar muy lejos como es el caso de Jon», dedicó Gimeno al más que «agradecido» compositor, recientemente galardonado con el premio Eusko Ikaskuntza.

El recital finalizará con la 'Sinfonía nº5' de Dimitri Shostakovich, «himno emblemático del siglo XX». Cada nota encierra una historia. Lo que empieza sonando a a la alegórica Novena Sinfonía de Beethoven termina con un canto a la esperanza repleto de tensión y dramatismo.

No obstante, los repertorios de Hondarribia y Azkoitia sufrirán un ligero cambio: «Pequeñas cuestiones de logística» no harán posible que suene el explosivo final de Shostakovich, por lo que se añadirá una pieza a la selección, que se completa con la 'Serenata para instrumentos de viento' de Richard Strauss y la 'Sinfonía incompleta' de Franz Schubert. «Sinfonías del canon clásico que pueden nutrir a muchos jóvenes» y así lograr que melodías pasadas se regeneren en futuras creaciones. Porque la música habla un idioma que entienden todas las edades.

Irati Latore vive completamente dedicada a la música. Estudia el curso superior en Musikene y toca el violoncello «desde muy pequeña. Empecé con cuatro o cinco años». Con una familia de músicos, ha vivido rodeada de una gran pasión por la melodía. Una afición que le han contagiado sus allegados y, sobre todo, su hermano, también músico.

Se incorporó a la EIO desde jovencita hasta llegar a las pruebas de acceso de la EGO. «Antes de la EGO hay mucha gente que va a la EIO, que es una orquesta también joven pero para niños más pequeños», explica la bilbaína sobre sus diferentes etapas académicas.

Este año ha conseguido su puesto como titular. Ella lo define como «una oportunidad de abordar diferentes tipos de repertorios y de tocar muchas obras sinfónicas de gran variedad».

Además, su participación en la EGO le ha permitido conocer a muchas personas que se han convertido «en verdaderos amigos que mantendré para toda la vida». Unos compañeros de profesión con los que seguirá coincidiendo en orquestas, cursos y conservatorios. «Es muy gratificante saber que son personas con las que seguiré coincidiendo».

El joven Lander Mujika acaba de terminar sus estudios de bachillerato biológico y ha decidido continuar dando rienda suelta a lo que hasta ahora ha sido su mayor afición: la música. «A partir de ahora, centraré mi vida académica en los estudios musicales, que es lo que realmente me ha gustado desde siempre», confirma el natural de Bergara, al que cada vez más «le gusta el mundo de la música».

A los tres años ya tocaba el violín con soltura a través del método 'Suzuki' -una técnica japonesa para aprender violín - el cual le ha permitido desarrollar sus habilidades con el instrumento de cuerda desde muy temprana edad.

Decidió 'profesionalizar' su afición hace más tres años, cuando ingresó en EIO para formar parte de la joven orquesta e ir, poco a poco, subiendo de nivel, hasta poder acceder a la EGO. «Hace dos años hice las pruebas y me cogieron de suplente de violín. Me llamaron para poder formar parte y ahora he hecho las pruebas de nuevo. Esta vez me han cogido como titular», reconoce orgulloso Mujika.

Lander considera que la oportunidad que le ha brindado la EGO es «única», porque le parece un «gran acierto» el repertorio de esta nueva gira de verano.

El también bergararra Beñat Askargorta toca el violín y es su primer año como titular en la EGO. Acaba de terminar su formación en el conservatorio y ha entrado ahora en Musikene para poder iniciar su carrera allí el próximo curso.

Askargorta dio sus primeros pasos en la música con tres años, porque su madre toca el violín: «Me inscribió para que realmente descubriese si me gustaba o no la música», cuenta. Afortunadamente, le encantó y desde entonces no ha dudado en continuar en su formación como músico. «Es algo que me ha ido gustando cada vez más. Siempre he sabido que la música era para mí».

De la EIO recibió varias llamadas para poder formalizar su entrada en la EGO. Tras realizar las pruebas de acceso entró como suplente hasta que este año ha obtenido, al fin, una plaza como titular.

«Encontrarte con una orquesta de esta talla, de este nivel y que te brinde la oportunidad de recorrer todo Euskadi, tanto ciudades como pueblos, y con un repertorio como este, es una oportunidad única para mí», agradece el joven.

Askargorta se ve a sí mismo tocando en una orquesta, aunque prefiere hacerlo acompañado, «yo solo no me veo», concluye el violinista.

Belén Troitiño toca el clarinete, y aunque es gallega, lleva en Donostia cuatro años estudiando en Musikene.

«Mis padres los dos son músicos aficionados. Tocaban los dos el saxo en la banda de mi pueblo», dice Troitiño. Recuerda cómo con cuatro años sus progenitores le apuntaron al conservatorio, para que aprendiera los conceptos básicos de solfeo. Más tarde, a los seis o siete años, ya pudo empezar a familiarizarse con el clarinete. A partir de entonces realizó los seis años de elemental y los cuatro años de profesional.

Los cursos del conservatorio coincidían un poco con su formación ordinaria en el instituto y, cuando terminó el bachiller y sexto de profesional, quiso continuar con los cursos superiores de música. «Hice pruebas aquí en Musikene y tuve la suerte de que me admitieran», añade. Belén ha terminado este año sus los estudios superiores de música en la especialidad de interpretación de clarinete.

En un futuro, le gustaría conseguir su plaza en una orquesta. Según ella, «es complicado», pero no imposible. Ahora «toca finalizar una etapa y continuar con otra nueva» porque hay cada vez más gente que toca muy bien».