Bloody Mary, un cóctel de rock'n'roll que rejuvenece
Idoia Rodríguez y Juancar García celebran 35 años al frente de su tienda de discos, en plena forma y «orgullosos» de seguir apoyando a las bandas alternativas más jóvenes
'Early Recordings' de Link Wray. Este fue el primer LP que Idoia Rodríguez y Juancar García vendieron el 29 de octubre de 1990 en ... su recién estrenada tienda de discos Bloody Mary, situada en la calle Cipriano Larrañaga 9 de Irun. «En aquella época estaba más en auge el rock'n'roll y recuerdo que trajimos muchas copias de ese álbum. Link Wray era el Dios del género. Vino para celebrar el décimo aniversario de la tienda y sale en uno de los cuadros que Roskow nos ha hecho durante estos años», rememora Juancar, alma mater de esta tienda de discos y producciones que sigue al pie del cañón en la misma ubicación en la que abrió cuando el grunge parecía que se iba a comer el mundo.
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Hay que ir preparado para hablar de música con este irunés. Preparado para escuchar, atender y anotar sus respuestas, reflexiones y afirmaciones. Tiene claro el qué y el porqué de la música que le gusta y defiende. Y cuando habla de ello su energía se desboca de tal manera que pasa de hablar de Link Wray a Horsegirl en un santiamén. Cuatro décadas musicales separan a ambas bandas, «artistas con influencias reconocibles pero que le otorgan un toque muy personal a la música que hacen, algo que me encanta. Actualizan géneros, no hacen un copia y pega», indica. «Siempre digo que hay muchos artistas que tocan muy bien pero a los que les falta escuchar música, y para mí es más importante saber escuchar música que saber tocar bien un instrumento. En el conservatorio no te enseñan qué disco escuchar, eso lo tiene que descubrir cada uno». Esta es la primera de las frases que García deja para la posteridad en la cita que este periódico tiene con él para resumir sus 35 años de andadura.
La juventud y el rock
Una trayectoria que define como «muy positiva». Y lo es porque una de sus grandes obsesiones, el relevo generacional y la creación de nuevas bandas jóvenes de rock y pop, parece que está asegurada. «No soy mucho de echar la vista atrás, pero desde hace unos años veo que los jóvenes vuelven a los conciertos y se apuntan a comprar discos. Y lo que más me importa es que se están creando muchas bandas jóvenes de rock. Estaba un poco cansados de pensar que los jóvenes solo pensaban en el rap o el trap, pero no es así». Una circunstancia que le hace reconciliarse con la ideología musical que le mantiene en activo desde 1990. «Me siento más actualizado que nunca. Desde que empecé sigo con la misma idea. Vendo y apoyo desde Bloody Mary, una tienda que nunca ha sido convencional, a las bandas más jóvenes que empiezan, algo que hacía hace 35 años y sigo haciendo hoy en día. Y me siento muy orgulloso de ello».
Estas palabras no se las lleva el viento y Juancar, junto a su hijo Marcos que se ha incorporado a las tareas de producción de la tienda, da ejemplo. En el último Andoaingo Rock Jaialdia programaron a bandas de ese perfil como pueden ser Lukiek, Gori Gori, Marte Lasarte y Ezezez, y el cartel del Bolo-Bolo Weekend está lleno de juventud y energía rock. Festivales de «club y de cercanía», tal y como los define. Porque Juancar no disfruta en un festival grande, «me hubiera gustado, pero no puedo. Sin embargo, en los festivales como los que organizamos, y muchos otros del mismo perfil, la conexión del público hace que todo se eleve a otro mundo y que la cabeza se te dispare», dice entre risas, mientras prepara otra de esas frases para el recuerdo con cita incluida. «Rafa Berrio decía que el mainstream le daba grima, a mí también. Le entendía perfectamente, no quiero saber nada del mainstream». Y por eso reivindica los festivales micro como el Bolo-Bolo, «yo quiero reivindicar eso, la pasión por la música en ese tipo de festivales y conciertos. Es mi droga preferida, sin efectos secundarios».
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'Se acabó, no salgo más'
Los efectos secundarios de un buen concierto o festival sí que tuvieron que ver en otra decisión trascendental en el inicio de esta aventura: el nombre de la tienda. «Cuando mi mujer, primera pinchadiscos de Donostia y autora de las playlists de la tienda, y yo abrimos la tienda lo que más nos costó fue ponerle nombre», cuenta. «Buscábamos algo que reuniera toda esta filosofía musical que nos mueve y miramos muchos libros. Y al final nos vino Bloody Mary, el nombre del cóctel. Y nos gustó, también por aquello del día después del concierto y la resaca, en la que te plantas y dices: 'se acabó, no salgo más'... hasta que llega el día siguiente y ya estás pensando en el siguiente 'bolo'. Yo llevo diciendo que no voy a hacer más conciertos desde la época de la sala Jam y aquí sigo. La pasión de escuchar una banda nueva en directo me da mucha energía».
«Dejé a las multinacionales»
Al hilo de esta afirmación, deja claro que «no me voy a jubilar como aficionado a la música. Dejaré de trabajar, me jubilaré de la tienda, pero no de la música. Yo sé que no voy a poder estar en el sofá de casa sabiendo que por aquí toca una banda que me guste, es con lo que disfruto», afirma.
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Si algo ha marcado la trayectoria de Bloody Mary durante todos estos años es su completa independencia respecto a modas, formatos y vaivenes del negocio. Algo que aunque pueda parecer complicado de mantener «no ha sido nada difícil para nosotros», afirma. Esa independencia incluso les benefició en la década de los 90, cuando abrieron la tienda, por su apuesta por los vinilos en detrimento de los CDs que se pusieron de moda.
«Nosotros desde un inicio nos especializamos, por querer independizarnos, y empezamos a tirar más por grupos alternativos de todo el mundo. Cuando empezó el CD, los grupos independientes no publicaban en ese formato, los vinilos se vendían más nunca. Sobre todo, de grupos americanos independientes. Importábamos mucho y nadie compraba un CD de garage, a nadie le entraba eso en la cabeza».
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Aquella batalla fue más impuesta por las «multinacionales. Y hubo situaciones que me fastidiaron. Por ejemplo, que grupos favoritos se pasaran a las multis. Me pasó con el 'Phaseshifter' de Redd Kross. Se hicieron pocas cosas en vinilo y eran muy difíciles de lograr, hasta que lo reeditó Thrid Man Records». En aquella situación, no tuvo dudas: «Dejé a las multis, porque no tenían vinilos y grandes cosas para mí. Esto ha cambiado. Ahora están reeditando vinilos más underground y he vuelto a comprarles, con grupos no súper ventas pero sí interesantes».
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