«El mundo de la danza es grande y universal»

Desde hace cinco años forma parte del elenco de la Compañía Nacional de Danza. Iker Rodríguez ha visto cumplido su sueño de dedicarse a la danza de forma profesional. Hoy recibirá el Premio Revelación por parte de La asociación de Profesionales de la Danza de Gipuzkoa, un reconocimiento que le agrada mucho porque siente que se valora lo que ha hecho hasta ahora.

- ¿Dónde dio sus primeros pasos de baile?

- Mis primeros pasos los dí en la Escuela de baile Thalia, con Mentxu Medel. Antes había salido bailando en una comparsa de Carnaval, y sus responsables le propusieron a mi madre que me apuntara a una escuela de baile. Y viendo que deportes como el fútbol o el tenis no me atraían, terminé en Thalia, y me gustó mucho.

- ¿Y cuándo se dio cuenta que se quería dedicar a la danza?

- Yo quería seguir evolucionando y creciendo. Entonces Mentxu me propuso ir al conservatorio de Madrid, tenía 16 años y me admitieron para el cuarto curso. donde al final terminé la carrera de danza clásica.

-¿Cómo ha sido su trayectoria hasta llegar a la Compañía Nacional de Danza?

- Después de graduarme en el conservatorio, durante unos meses estuve en la compañía de ballet joven Europa Dance, en Bélgica, y volví a casa, para entrar en la compañía Dantzaz. Cuando terminé aquí, a los pocos días y casi por casualidad, porque no lo tenía previsto, hice la audición para entrar en la Compañía Nacional de Danza, donde me admitieron y me hicieron un contrato. Ya llevo cinco años aquí.

- ¿Cómo está siendo la experiencia?

- Muy bonita. A nivel personal he crecido mucho, y el ambiente de trabajo con los compañeros es ideal, hay mucho respeto y personalidad, que me gusta mucho. A nivel profesional he ido haciendo cosas de las que me siento muy orgulloso, muchos trabajos, giras... todas ellas experiencias muy bonitas.

- Y a partir de ahora, ¿que se plantea?

- Tengo que admitir que en estos momentos tengo dudas, porque tengo inquietud por ver cómo se mueve la escena europea, porque ahora hay mucho movimiento. Pero es una decisión que hay que tomar con calma. Si hablamos de estabilidad a nivel de contrato o repertorio cerrado, en España la única que lo ofrece es la Compañía de Danza Nacional, por eso no descarto poder irme al extranjero.

- Recibe el Premio Revelación de la Asociación de Profesionales de Danza de gipuzkoa ¿Qué siente?

- Mi primera reacción fue llamarle a mi madre porque sabía que le iba a hacer ilusión, aunque yo no era muy consciente de lo que suponía el premio. Pero después de meditarlo, me siento muy agradecido, porque que te valoren en casa lo que haces fuera es muy bonito.

- Alicia Amatrian, Iker Murillo, Ion Agirretxe o Judith Argomaniz son algunos de los bailarines que también recibieron este premio. ¿Qué le dicen estos nombres?

- Para mi son grandes figuras, siento que soy el pequeño de esta generación. Ellos también salieron fuera y han hecho sus carreras y han conseguido triunfar.

- ¿Qué sueño le gustaría cumplir en esta profesión?

- Es una pregunta que me hice hace poco a mí mismo. Cuando acabé los estudios en el conservatorio tenía la ilusión de poder vivir de la danza, y eso, en parte, ya es un sueño cumplido. A partir de ahora se podrán seguir añadiendo pequeñas insignias a la carrera y para seguir creciendo, Por eso, ahora mi gran sueño es poder seguir viviendo de la danza.

Sus inicios fueron en la danza tradicional pero llegó el momento en el que quiso experimentar con el lenguaje contemporáneo y tradicional. El bergarés Edu Muruamendiaraz fundó la compañía Aukeran en 1997, que entonces sorprendió al crear coreografías basadas en euskal dantza. La asociación de Profesionales de la Danza de Gipuzkoa le entrega hoy el Premio a la Trayectoria, en reconocimiento a su trabajo.

- ¿Qué siente al recibir el premio a la trayectoria?

- Mucha alegría, porque demuestra que todo trabajo tiene su recompensa. Para mí es muy importante.

- ¿Cómo empezó su trayectoria en la danza?

- Muy temprano, porque con siete años empecé a bailar en la ikastola Aranzadi de Bergara con Moisés Azpiazu, y durante años estuve participando en concursos de fandango y arin-arin, y de aurresku guipuzcoano. Fue Moisés quien me inculcó el gusanillo por la danza.

- ¿En qué momento decidió crear su propia compañía?

- Había ganado muchos campeonatos de bailes vascos, y llegó el momento en el que me planteé qué más hacer. La danza me atraía mucho y coincidió que por aquella época el Gobierno Vasco otorgaba becas para nuevos coreógrafos vascos. Presentamos una coreografía que se tituló 'Aukeran' y viendo la repercusión que tuvo, de ese germen fueron saliendo nuevos espectáculos, siempre basándonos en la danza tradicional, pero abiertos a nuevas formas y conceptos.

-El año pasado la compañía Aukeran cumplió 25 años. ¿Cuál ha sido el secreto para mantenerse?

- La ilusión con la que hemos trabajado en un mundo que tiene muchos altibajos. Es un trabajo que requiere mucho esfuerzo a nivel físico y mental durante todo el año, que al final se ve recompensado con las actuaciones.

- Durante todos estos años han pasado muchos bailarines por la compañía. ¿Cómo ha sido el relevo generacional?

- Es ley de vida. Yo empecé bailando, pero creo que lo dejé cuando debía hacerlo. Ahora está mi hija en la compañía, algo que me enorgullece. Llega un momento en el que hay que dar la oportunidad a las nuevas generaciones, que están mostrando ese compromiso que hace falta en este mundo. Yo, por mi parte, siempre intento inculcarles esa pasión por la danza.

- Además de bailarín y coreógrafo, también es profesor de danza tradicional. ¿En qué faceta disfruta más?

-Antes disfrutaba mucho bailando y no era consciente del trabajo que había detrás. Luego me tocó dirigir y me di cuenta que me gustaba mucho controlar todos los espacios. Pero también reconozco que me gusta enseñar, transmitir a las nuevas generaciones parte de nuestra cultura. Me encuentro muy a gusto en las tres facetas, aunque siempre diré que soy dantzari.

- ¿Se siente un privilegiado por poder dedicarse a la danza, sin salir de Gipuzkoa?

- En parte sí, porque me he dedicado a algo que me gusta, y además me lo han reconocido. He hecho mi camino, pero a cambio de mucho trabajo y sacrificio. Creo que es necesario apostar por la danza, porque hay muchos jóvenes, pero no hay suficientes medios ni seguridad económica.

- ¿Qué le ha aportado la danza en todos estos años?

- Muchas vivencias, algunas buenas y otras malas, pero me quedo con las buenas. He conocido a mucha gente y he podido bailar en distintos escenarios y con grandes profesionales. Creo que tiene mucho mérito, más teniendo en cuenta que vengo del mundo de la danza tradicional.

- ¿Recibir este premio supone que su trayectoria como bailarín está llegando a su fin?

- De momento no, me hace mucha ilusión recibir este premio, y me motiva para seguir. El mundo de la danza es tan grande y universal que todavía me da mucho margen para seguir trabajando. Creo que estoy creando un legado, y me gustaría dejarlo en buenas manos. Todavía tengo mucho que aportar.