Borrar
Dos de los libros de la biblioteca de José Mari Elósegui-Itxaso Unanue

La ruta de los libros de José María Elósegui-Itxaso ya recorre el KM

El Koldo Mitxelena pone a disposición de los usuarios la biblioteca de antropología, geografía o literatura que reunió el viajero donostiarra

Jueves, 9 de agosto 2018, 13:18

Comenta

«Viajaba para comprobar lo que había leído y por conocer al otro, le apasionaban las identidades culturales y la diversidad». Así define María Elósegui a su hermano José María Elósegui-Itxaso (San Sebastián, 1958-2015), viajero, documentalista, aventurero y apasionado lector cuya biblioteca ha sido donada al Koldo Mitxelena y ya está disponible para el público en el centro cultural.

De los 3.065 libros y 109 revistas del fondo se han incorporado 2.300 volúmenes a la biblioteca del KM, unos en las estanterías del centro y a disposición del público, y los más raros o valiosos en los depósitos del fondo de reserva, han explicado este jueves la responsable de la biblioteca Susana Araiz y la directora foral de Cultura, María José Telleria. Los libros del fondo son principalmente de viajes, exploraciones, literatura, geografía o antropología y muchos destacan por ser ediciones originales con llamativas ilustraciones de artistas.

Hace dos años la familia Elósegui-Itxaso ya depositó la biblioteca de José María en el Koldo Mitxelena para su examen y catalogación, y una vez finalizado el proceso los libros ya están a disposición de los lectores.

Imagen principal - La biblioteca de José Mari Elósegui-Itxaso ya está a disposición del público del Koldo Mitxelena
Imagen secundaria 1 - La biblioteca de José Mari Elósegui-Itxaso ya está a disposición del público del Koldo Mitxelena
Imagen secundaria 2 - La biblioteca de José Mari Elósegui-Itxaso ya está a disposición del público del Koldo Mitxelena

Destacados ilustradores

La variedad de géneros y autores, dentro de los temas habituales de interés de Elósegui, es amplia. Desde los volúmenes que Vicente Blasco Ibáñez dedicó a la descripción de su vuelta al mundo a otros libros viajeros de autores clásicos como Benito Pérez Galdós o Miguel de Unamuno. Pero también figuran autores contemporáneos como Fernando Savater, Soledad Puértolas, Mario Vargas Llosa o Josep Pla.

No faltan los clásicos de la literatura de aventuras y viajes, como Jules Verne, Robert Louis Stevenson, Emilio Salgari y Pierre Loti, y de sus visitas a Latinoamérica Elósegui también se trajo libros de autores com Francisco Coloane, Luis Sepúlveda o Virgilio Rodríguez Macal.

Muchos de estos ejemplares son de especial interés por tratarse de ediciones antiguas de editoriales como Severino Calleja, Cervantes o Prometeo, que tienen portadas realizadas por algunos de los mejores ilustradores de la época, como Penagos y Arturo Ballester, que Elósegui rastreaba en librerías de viejo.

Se cumple así el «deseo expreso» de Jose Mari Elósegui-Itxaso, quien murió en 2015 a causa de un tumor cerebral diagnosticado dos años antes y quiso que su biblioteca «estuviera disponible para todo el mundo» en un centro cultural que visitaba a menudo. Porque aunque viajó mucho, cuando estaba en su ciudad participaba de manera activa tanto en la vida cultural como en la deportiva: «Como triatleta, esquiador o montañero ganó medallas y premios».

José María realizó a menudo las rutas que había leído en los libros de antiguos exploradores, y en algunos ejemplares hay «anotaciones que a veces corregían lo que comprobaba que no era tal como estaba escrito», relata su hermana María. Cada uno de los libros lleva el sello de Elósegui-Itxaso, «para poder reconstruir la procedencia del fondo», señala Susana Araiz.

A falta de su propia literatura de viajes

Se lamenta Lucía Elósegui de que su hermano no llegara a escribir sus propios libros de ficción o de memorias basados en sus viajes. «Cuando te los contaba era como un poeta, y podía haber escrito libros como los de Javier Reverte, por ejemplo. Pero no le dio tiempo». Recuerdan sus hermanas algunas de sus frases o máximas, como «lo importante no es añadir años a la vida, sino vida a los años». O cuando decía que le gustaría dormir siempre al raso, y no en una habitación. También le recuerdan siempre entre libros. «A los viajes llevaba poco equipaje, pero nunca faltaba un saco lleno de libros. Y a la vuelta se traía además todos los que había comprado». Su «último viaje, el de la lucha contra el cáncer, lo vivió también leyendo, y sin perder su sentido del humor. Y viajando, porque fue a Yosemite, en Estados Unidos, aunque ya no estaba bien». Sí queda su obra como guionista y documentalista en series como 'La ruta de Africa' y 'La ruta de Samarcanda', que se pueden ver en internet en 'RTVE a la carta'. «Se documentaba muchísimo, no había nada improvisado, sino muchos meses de trabajo en esos guiones. Y «su manera de ver la vida, que también transmite la de otros», se basó en todos estos libros.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco La ruta de los libros de José María Elósegui-Itxaso ya recorre el KM

La biblioteca de José Mari Elósegui-Itxaso ya está a disposición del público del Koldo Mitxelena