De la Sabana a La Habana

Dos viajes a un lado y al otro del Atlántico. La saxofonista madrileña Berta Moreno iba a emprender un trayecto al interior de África, a los atardeceres de la Sabana y a los rugidos del rey. Ernán López-Nussa, al piano, iba a pasearse luego por el tango, los 'standards' del «cuban jazz cool» y el ajetreo de una mañana por La Habana Vieja.

El trayecto africano comenzó irregular con un sonido descompensado que escondía al piano y al bajo. Tampoco cogió las riendas con seguridad Juan Sebastián cuando pudo hacerlo en el momento de solear, inseguro y siempre pegado a sus papeles. Más bien tímido pero concentrado el jovencísimo batería a quien, sin embargo, se le adivinó mucha calidad. Moreno disfrutó de sus composiciones y forzó su tenor en improvisaciones muy blueseras, bien defendidas también en los solos abiertos, por ejemplo, sobre el 5/4 de la balada 'Hope'.

El pianista cubano López-Nussa planteó un recital más clásico, de melodías tradicionales siempre bien empacadas por el sonido del vibráfono. Belleza en los arreglos con estructura de 'standard' que pasaban del latin cubano al hardbop de Benny Golson. Los músicos, vistosos en cada una de sus intervenciones aunque poco interactivos entre ellos, lo hicieron todo más que correcto. Su concierto resultó algo falto del factor sorpresa, con armonías evidentes y agradables al oído.