El Jazzaldia presenta un balance «histórico» de su 58 edición

Un récord que se debe, en gran medida, al éxito de convocatoria del escenario Keler de La Zurriola, cuyos conciertos gratuitos han congregado a un total de 172.000 personas. Si el año pasado, en el reencuentro del público con los conciertos de la playa, fueron alrededor de 42.000 quienes disfrutaron del concierto de Simple Minds, la jornada inaugural del pasado viernes con Village People no quedó muy por detrás: 40.000 espectadores bailaron en la arena al ritmo de 'YMCA'; 30.000, al día siguiente, con Viva Suecia; 16.000 acudieron a cantar con Arde Bogotá y Tiken Jah Fakoly; y, a pesar de la lluvia, la ultima sesión en la playa recibió primero a 5.000 fans de Ezra Collective, a los que se sumaron otros 3.000 seguidores para el cierre con Zetak.

Pero más allá del éxito de los números, el máximo responsable del festival se muestra más sorprendido por el «éxito artístico» del festival. «Lo que parecía que iba a ser una fiesta con Village People, al final se convirtió en una fiesta de cuatro días», asegura Martín. De los ocho artistas que han pasado por el escenario Keler, destaca a «siete... y medio» de ellos como «absolutamente extraordinarios».

Y es que en la parte de autocrítica, el director reconoce que el sonido durante el concierto de los Village People «no fue el que se esperaba. Si Victor Willis es un líder, su mujer lo es más que él, así que se atrevió a meter la mano donde no tenía que hacerlo y por ello se perdió el sonido hasta en dos ocasiones». La razón de que el concierto a continuación se escuchara a un volumen limitado es que «los técnicos prefirieron mantenerlo a esos niveles más bajos para evitar males mayores».

En total se han vendido 18.882 entradas en los conciertos de pago, que se han adquirido desde 40 países del mundo. Un dato ligeramente superior al del año pasado, cuando se vendieron 18.061 del total de 21.051 disponibles.

Con respecto al resto de escenarios, desde la organización aseguran que se agotaron las entradas para 15 de los 21 conciertos de pago que se pusieron a la venta. La plaza de la Trinidad colgó el cartel de 'no hay billetes' en tres de sus cuatro noches, siendo la que protagonizaron Enrico Rava y sus Fearless Five la única que se quedó sin llenar (756, de 1.500), probablemte, por motivos climatológicos.

También se llenaron las 1.800 butacas en tres de los cinco recitales del Kursaal. El concierto de apertura de Kenny Barron y la EGO se quedó en 1.248 espectadores, y el de clausura con Rocío Márquez y Bronquio, en 1.096. Tan solo la doble matinal con Niño Josele y Alto For Two del ciclo JazzEñe llenó las 750 butacas del Teatro Victoria Eugenia que, sin embargo, mantuvo una media de 650 asistentes. Por su parte, tanto los cinco recitales del ciclo pianístico en el Museo San Telmo (250), como ambas citas con Freedom First en la sala Club agotaron su aforo.

El alcalde de San Sebastián definió esta edición como «espléndida sin lugar a dudas. Todo un éxito que comenzó con la fiesta, un poco retro, de Village People y que ha ofrecido una oferta muy variada con presencia de música en euskera». Sobre el show que protagonizaron este martes por la noche Bamba Wassoulou Groove y la diva Joss Stone, Goia cree «que todos concidiremos en que incluso con la lluvia aquel fue el broche de oro».

Y es que más allá de los números de récord, para Martín «el récord que verdaderamente queríamos batir era el del mayor número de conciertos extraordinarios». En ese sentido el director consideró que hay esta edición ha dejado momentos que «quedarán en la memoria», como el concierto de Ben Harper. «Casi más que el de Norah Jones –y añadió–. El de Abdullah Ibrahim por su punto emocional, el de Julian Lage que se ha demostrado como uno de los hombres fuertes y, sobre todo, el cierre de ayer con Bamba Wassoulou Groove que nadie conocía y que ahora tienen 1.500 fans nuevos». Sobre Joss Stone destacó esa cercanía que percibió el público en primera persona y es que la británica «vino con toda su familia a San Sebastián, imaginad el ambientazo que había en el backstage. Todo el amor que repartió literalmente entre la gente lo recibió luego de su familia»