Zetak completa las festivas y multitudinarias noches playeras

«Cada año buscamos a un grupo cercano para hacer un guiño local en la programación, y en esta edición teníamos claro que era el momento de Zetak», explicaba Miguel Martín, director del Jazzaldia, minutos antes del show. Los conciertos playeros han resultado sucesivas fiestas, de Viva Suecia a Arde Bogotá, pasando por propuestas tan divertidas como Tiken Jah Fakoly y su reggae marfileño o los Ezra Collective, que ayer pasaron por el Escenario Keler antes de Zetak. «Cada noche ha venido muchísima gente... y el patrocinador estará contento porque ha habido mucho consumo de cerveza», bromeaba Martín. «Lo mejor es que se ha conectado con el público joven como en los mejores años», añadía.

Hay Jazzaldia para todas las edades, y conviven bien las diferentes franjas generacionales. La noche del domingo en la Trini fue un ejemplo: primero el jazz delicado y sobrio de Abdullah Ibrahim (con algunos problemas de sonido al principio) y luego otra fiesta con derroche de energía a cargo de la londinense Nubya García, un fenómeno de la naturaleza que terminó con el público bailando. La García contó muchas cosas desde el escenario. Por ejemplo, que era su primera vez en San Sebastián, que había disfrutado del baño en la playa pese a la amenaza de las medusas y que no recordaba haber dado un concierto con horario tan tardío. Sus movimientos de cadera mientras lograba mágicos sonidos del saxo quedarán guardados como momentazos en la historia de la Trini.

Seguía ayer el protagonismo de los veteranos con el tercer gran premio de este año, concedido al trompetista italiano Enrico Rava, de 83 años. La entrega fue en la sala China del Victoria Eugenia por la mañana, y Rava contó ahí algunas intimidades curiosas en un perfecto «argentino», que aprendió por ejemplo con el gran Gato Barbieri, el músico que le convenció para que se dedicara profesionalmente al saxo (Barbieri en la historia del Jazzaldia siempre será el artista que salió a escena en un Velódromo repleto y dijo aquello de «buenas noches, Barcelona»).

También reveló Rava que años atrás compartió piso en Nueva York con el pianista Abdullah Ibrahim, con quien ha coincidido en San Sebastián estos días con sus galardones y conciertos.

Hoy se echa el telón de una 58 edición vibrante y el fin de fiesta promete. Porque a la Trini llegan (atención: la cita es a las 20.00) primero los Bamba Wassoulou Groove de Mali, toda una promesa de ritmos diferentes, y luego Joss Stone, la inglesa de Dover que algunos comparan con Amy Winehouse y que efectivamente llega a Donostia con apoyo orquestal y coro de voces. Será la última música que suene este año. Mañana llegará la hora del balance, pero las primeras impresiones son buenas en nivel artístico y presencia de público.

Porque no solo ha sido una edición redonda en la playa: el Kursaal ha vivido otro año intenso con figuras de primera línea como Norah Jones o Ben Harper y esta tarde cierra su programación con Rocío Márquez y Bronquio, mezcla de flamenco y electrónica que sorprenderá a quienes se atrevan a experimentar.

Aunque para experimentar, el desfile de músicos españoles cada mediodía por el Victoria Eugenia dentro de la iniciativa JazzEñe, que llena el teatro y tiene para los artistas el añadido de la presencia de programadores llegados de distintos países, con la posibilidad de contratos en el exterior. Bandolero Cuarteto y Gonzalo del Val cierran hoy el centenario coso.