Historias ocultas de mujeres relevantes

La muestra presenta las historias de una serie de mujeres, que de alguna forma u otra, bien por nacimiento, lazos familiares o simplemente de avecindamiento, tuvieron algún tipo de relación con Gipuzkoa, un territorio que por ser «una zona históricamente muy intermodal», alberga historias «que en algunos casos bien podrían parecerse a cuentos de hadas», asegura Rilova, comisario de la muestra. «Es una provincia donde a lo largo de la historia se han sucedido muchos conflictos bélicos, incluso en la zona del Bidasoa se procedía al intercambio de princesas. Había material suficiente para hacer una exposición sobre una serie de mujeres que tienen una historia destacada, pero que estaban olvidadas, porque la historia de la mujer ha quedado en un segundo plano frente a la masculina, que había sido la habitual hasta ahora».

De forma cronológica, desde el siglo XVI al XX, y a través de varios paneles, la muestra presenta a ocho mujeres, desde Catalina de Erauso, a Felisa Martín Bravo. Esta última, donostiarra de nacimiento, «fue la primera doctora en Física del estado, que incluso pudo estudiar en Cambridge», explica Rilova. Junto a la imagen de las protagonistas se añade un texto y un código QR, donde el visitante podrá ampliar la información sobre cada una de ellas. La exposición se podrá visitar hasta el 2 de febrero.

Algunas de las historias que se detallan pueden resultar más conocidas, como la de Catalina de Erauso, cuya vida y obra están marcadas por la polémica de la ambigüedad de su género -es conocida como la Monja Alférez -, o la de la duquesa de Mandas -Cristina Brunetti y Gayoso de los Cobos, quien mandó construir y habitó la finca Cristina-Enea-. En el caso de la duquesa de Mandas, Rilova explica que descubrió la vida de esta mujer cuando, entre 2003 y 2007, trabajó en la tesis doctoral que versó sobre la figura de su marido, Fermín Lasala y Collado. Sin embargo insiste en que, al margen del personaje, «he intentado explicar el contexto histórico de la época en la que vivieron estas mujeres para entender la importancia de las acciones que protagonizaron».

Aunque algunos nombres puedan resultar familiares, las vivencias de otras protagonistas no han tenido tanta repercusión. Es el caso de Inexa de Gaxen, quien fue víctima de la persecución religiosa del primer tercio del siglo XVII. «En 1611 fue una de las mujeres acusadas de brujería en Hondarribia, y su papel, como se cita en la enciclopedia Auñamendi, es el de una heroína, porque en lugar de aceptar la acusación y de plegarse a la gran caza de brujas de la época en Europa, se resistió y se negó a admitir los delitos de los que se le acusaba. Al final fue indultada».

En la exposición también hay espacio para las grandes reinas europeas, como María Teresa de Austria, porque fue en Hondarribia, en 1660, donde concurrieron el Rey de España Felipe IV y el Rey de Francia Luis XIV para la boda por poderes de este último como ella. Pero junto a la de María Teresa de Austria, Rilova ha recuperado un episodio en la vida de dos mujeres pasaitarras de la época, Francisca de Garay y Quiteria Cordero. «Una de ellas había participado en el séquito de la Reina María Teresa cuando se casó, y el marido de la otra fue capturado durante uno de los conflictos de la época con Luis XIV», cuenta.

«Ambas se fueron hasta Versalles a pedirle a la reina que intercediera ante Luis XIV, para que liberase al detenido, que era capitán de barco en Pasajes». Aunque lo narrado pueda parecer inverosímil, Rilova insiste en que «está documentado en el Archivo General de Gipuzkoa, aunque suene mucho a cuento. Esta historia la encontré mientras estaba investigando otra, me llamó mucho la atención y entonces empecé a escarbar en el caso y a sacar documentos».

Otra vida «de película» -y de hecho se la menciona en el filme 'Napoleón' de Ridley Scott- es la de, Teresa Cabarrús, amiga de Josefina y quien influyó en la Revolución Francesa. «Fue ella la que consiguió, durante el periodo de Terror, que se enfrentaran a Robespierre. Esta mujer dio un giro a la historia». En el caso de esta aristócrata madrileña, su vínculo con Gipuzkoa hay que encontrarlo en un tío suyo que vivía en Pasajes. «Con este trabajo también se quiere poner en valor la relación que tuvieron estas mujeres con nuestra provincia», señala el comisario de la exposición. La muestra, de momento, presenta las historias de ocho mujeres, que en mayor o menor medida, tuvieron alguna relación con Gipuzkoa, aunque «se podrían buscar muchas más», reconoce Rilova. «En realidad, es ahora cuando se les está empezando a dar la importancia que se merecen».

El historiador asegura que «el siglo XIX las situó en un segundo plano, no gustaba destacar el papel que tenían. La historia de las mujeres ha empezado a desarrollarse hace cien años, todavía estamos en mantillas, empezando a desarrollar este tema». Proyectos como éste tienen como objetivo recuperar su memoria y crear nuevos referentes, dando a conocer el legado que dejaron.