
Woody Allen: «Os va a gustar mucho cómo ha quedado San Sebastián en la película»
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El cineasta neoyorkinose muestra entusiasmado con su estancia y su trabajo en Donostia:«No podíamos haber encontrado mejor lugar»Secciones
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El cineasta neoyorkinose muestra entusiasmado con su estancia y su trabajo en Donostia:«No podíamos haber encontrado mejor lugar»Ricardo Aldarondo
Domingo, 29 de septiembre 2019, 08:20
El próximo día 11 verá por fin la luz 'Día de lluvia en Nueva York', la película que Woody Allen realizó el año pasado ... pero que Amazon se negó a estrenar después de la campaña en contra del director neoyokino emprendida alrededor del movimiento #MeToo a causa de las acusaciones de abuso sexual que Dylan Farrow vertió sobre él. Mientras terminaba el rodaje en San Sebastián de su siguiente película, de la que aún no ha revelado su título definitivo, Woody Allen nos concedió esta entrevista en la que confirma que «San Sebastián fue la mejor elección para vivir y rodar durante dos meses». Menos proclive se muestra a la hora de responder a preguntas sobre el movimiento #MeToo o sobre sus problemas con Amazon, que elude elegantemente, como ya hizo en la rueda de prensa que celebró el día antes de comenzar el rodaje en San Sebastián.
- Cuando la productora Mediapro le propuso financiarle una película, ¿sopesó otras ciudades antes de decidirse por San Sebastián?
- Me encanta filmar en España, es un paraíso. Han sido muy amables conmigo tanto en Barcelona como en San Sebastián. En Barcelona, cuando rodaba en la calle había una muchedumbre viendo el rodaje, pero en cuanto yo decía 'silencio' todo el mundo se callaba. No podían ser más amables, y lo mismo ha ocurrido en San Sebastián. Todo el mundo ha sido muy amistoso y lo hemos pasado muy bien. Me encanta Oviedo, es un lugar al que uno puede escaparse y disfrutar mucho. También me gustó mucho el tiempo que pasé en Madrid, pero en verano allí hace mucho calor para mí.
- ¿Que le ha parecido San Sebastián como escenario para rodar una película, ha respondido la ciudad a sus expectativas?
- Ha sido exactamente como lo esperaba. Tenía que escoger una ciudad en España para filmar. Ya tenía la experiencia de Barcelona, que fue maravillosa. Pero pensé, ¿dónde podré estar más a gusto con mi familia durante dos meses enteros? Pensé que había estado dos veces en San Sebastián, por el Festival de Cine, y que era una ciudad preciosa, que me encantaba, y cuando he llegado aquí ha sido aún mejor de lo que me esperaba. El tiempo es maravilloso, para alguien de Nueva York, donde hace tanto calor en verano, San Sebastián es un sueño. Todo es precioso, las calles, la iluminación, el agua, la isla, la vegetación, la comida... todo es sensacional. Mi mujer iba a caminar por el monte cada día, y se lo ha pasado en grande. Estamos muy apenados de que se termine el rodaje. No podíamos haber encontrado mejor sitio para rodar la película.
- Ha utilizado casi cada rincón de la ciudad...
- Sí, tengo la suerte de tener un director de fotografía fantástico [Vittorio Storaro] y os va a gustar mucho el aspecto que tiene San Sebastián en la película, porque es precioso. Vittorio ha hecho un trabajo fantástico, pero también tenía unos lugares maravillosos que filmar, claro. Ya verá, ha quedado realmente bien.
- En las otras ocasiones en que ha salido de Nueva York para filmar una película ha escogido grandes capitales europeas, pero San Sebastián es una ciudad pequeña.
- Es pequeña, pero perfecta. No crea que es fácil que encuentre un lugar para vivir y rodar al mismo tiempo, solo lo he hecho en Londres, París, Roma, Barcelona y ahora San Sebastián.
- Ha rodado unas cuantas películas en Europa, pero ¿siente la necesidad de vez en cuando de volver a Nueva York y en concreto a esas esencias de su película 'Manhattan'?
- Sí, lo hice en 'Día de lluvia en Nueva York' y me encantaría volver a hacerlo ahora después de haber rodado en San Sebastián. Me encanta Nueva York y me siento muy cómodo, estoy en casa. Y me gusta estar en casa. Pero si viajo, me gusta escoger una ciudad a la que pueda amar. Nos encanta San Sebastián, pero también tengo ganas de volver a mi casa, a mi ducha y mi propia cama. Y volver a ver el béisbol, que lo he echado de menos. Me encanta Nueva York, muchísimo, no viviría en ningún otro sitio.
- En 'Día de lluvia en Nueva York' nombra a Ortega y Gassett y su frase «yo soy yo y mis circunstancias». ¿Por qué decidió incluir al filósofo español?
- Tiene ideas muy interesantes sobre el abandono al enamoramiento. Es un intelectual hablando sobre un tema que es muy difícil de intelectualizar. Es como hablar desde un punto de vista intelectual sobre el humor o la comedia. Puedes hablar sobre el amor, pero es muy difícil capturarlo. Y Ortega y Gasset lo logró.
- ¿Cree en el amor?
- Bueno, sí, de una manera natural. Estoy casado desde hace más de veinte años, tengo dos hijas fantásticas y las quiero, a mi mujer y a mis hijas. O sea que sí, creo firmemente en el amor, y en el romanticismo.
- ¿El amor y el sexo son cosas muy distintas?
- Pueden estar unidas o no, depende. Es muy bonito cuando están unidas, pero tampoco está nada mal de la otra manera.
- En 'Día de lluvia en Nueva York' muestra una pareja que parece responder al dicho de que los polos opuestos se atraen, pero también se dicen: «Tu eres de campo, y yo de ciudad», como si fuera algo irresoluble.
- Sí, creo que es difícil cambiar esas cosas. A veces hay gente muy opuesta que sin embargo se atrae, pero también puede ser un desastre. También hay relaciones que parecen maravillosas por todo lo que tienen en común esas personas, pero a veces no funciona. Es algo difícil de predecir. Es como conectar unos cables con otros, no todas las conexiones funcionan, hay que encontrar las adecuadas.
- ¿Cree que hay similitudes entre 'Día de lluvia en Nueva York' y 'Manhattan'?
- Ambas son historias de Nueva York, y ambas demuestran el amor que tiene el director por la ciudad, y en concreto un amor por la ciudad bajo la lluvia. Las calles, los apartamentos, los personajes, todo es muy identificativo de Nueva York, y aunque hay una 'outsider' que viene de Arizona, solo refuerza el carácter neoyorkino de esta película.
- También hay una coincidencia en la fascinación de una joven por un hombre bastante más mayor, incluso el protagonista se pregunta por qué a las chicas jóvenes les fascinan los hombres maduros. ¿Cree que sigue siendo así ahora, como hace cuarenta años?
- Yo creo que es algo que funciona en las películas. Y si resulta divertido, es fantástico, tanto si son dos personas casadas que se enamoran de otros, o si es un niño que se enamora de la profesora, todo está bien si funciona para crear un conflicto o una crisis que pueda dar lugar a una historia interesante o divertida, bienvenida sea.
- En su momento dijo que le gustaba mucho Obama, ¿qué opina del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump?
- Soy un demócrata, siempre lo he sido, y he votado dos veces por Obama y también he votado a Hillary Clintojn. Soy demócrata y nunca votaría en otra dirección, así que estaría más contento si Obama siguiera siendo el presidente de Estados Unidos.
- ¿Qué conclusión sacó de tantos años de psicoanálisis?
- Que no funciona (risas). No, ha sido muy util. De alguna manera esperas que se produzca un milagro, y ese milagro no se produce. Pero está bien, es bueno, solo que no es tan bueno como uno quisiera que fuera. Quieres que sea la panacea para sentirte maravillosamente bien, pero aunque eso no llega a ocurrir nunca, es útil, una herramienta para pensar en las cosas, de modo que cuando llegue un problema no te asustes y hagas algo impulsivo, o cometas un error emocional terrible o hieras los sentimientos de alguien, o hagas algo autodestructivo. El psicoanálisis te permite detenerte un momento, pensar, reflexionar y entender por qué estás teniendo una reacción tan exagerada ante algo y puedes tomar una decisión más prudente acerca de cómo hacer frente a ello.
- ¿Es tan pesimista como lo era antes?
- Como mínimo tan pesimista como antes, y seguramente más. Creo que siempre soy pesimista respecto a la condición humana pero el mundo actual ha empeorado mucho y soy muy pesimista sobre el futuro del mundo. Bueno, soy pesimista sobre la vida en general. Pero no creo que el mundo esté en la dirección de mantenerse en forma, sino más bien de su propia destrucción, ya sea por una cuestión nuclear, climática o por la expansión de la extrema derecha.
- ¿Sigue acudiendo al psicoanalista?
-Voy de vez en cuando, como cuando llevas el coche para que le cambien el aceite.
- En 'Día de lluvia en Nueva York' el joven protagonista está fascinado por el jazz de los años 40 y 50 y la cultura y la estética de esa época. ¿Cree que los jóvenes ahora se interesan poco por la cultura que les precedió?
- Creo que sí hay algunos que están interesados en la música o el cine clásicos, pero viven en un mundo de ordenadores y pantallas, de internet y teléfonos, y cuando envejezcan también tendrán nostalgia de ese mundo que ahora les parece tan moderno.
- Con esos protagonistas veinteañeros, ¿cree que podrá atraer a un público más joven a sus películas?
- No, nunca pienso en atraer a un determinado tipo de público. Hace cincuenta años que hago películas y todavía tengo que intentar atraer al público. Tengo unos pocos seguidores por aquí, otro puñado por allí... y bueno, ya está bien así. Pero realmente atraer ahora a un público joven o más mayoritario... no creo que se pueda producir.
-¿Por qué cree que se entienden mejor sus película en Europa que en Estados Unidos?
- No lo sé muy bien, pero quizás es porque las películas que más me gustaron durante mi crecimiento eran de cine europeo. Sin pretenderlo, he desarollado un amor por directores europeos que de algún modo está dentro de mí. Como cuando eres un compositor de música y escuchas a Mozart, algo de Mozart va a aparecer en tus composiciones. Así que esa sensibilidad europea aparece también en mis películas. Por otra parte Nueva York es una ciudad muy europea.
- Tiene fama de que sus rodajes son muy apacibles y esa impresión ha dado durante su estancia en San Sebastián. ¿Pero a veces pierde la paciencia?
- Con los objetos, sí, pero nunca con las personas. Si no puedo abrir una botella, por ejemplo, pierdo la paciencia, me pongo muy nervioso. Pero no durante una filmación, nunca he perdido la paciencia con nadie que haya trabajado conmigo durante los últimos cincuenta años. He sido muy amable con ellos, nunca me enfado. Pero si se me cae la comida encima, me enfado mucho (risas).
- ¿Tiene en mente ya una siguiente película después de la que ha rodado en San Sebastián?
- Sí, ya estoy pensando en ella. Cuando vuelva a casa empezaré a darle forma. Y dependerá de dónde voy a filmarla y quién pone el dinero para hacerla, porque ese es el principal problema para todos los directores, de dónde sale el dinero. A veces viene gente con la proposición de financiarme una película, y me dicen que tengo que hacerla en Inglaterra o en Alemania, pero para eso tengo que tener alguna idea que encaje. Veremos a ver qué sale.
- Después de una carrera tan larga, ¿qué le sigue dando el cine?
- Es una manera de evitar la vida real. Me levanto por la mañana y tengo que afrontar la vida real. Así que creo las circunstancias para poder ir a un escenario de una película con esas mujeres preciosas y hombres guapos y encantadores, vestidos bonitos, música, diálogos divertidos, y con problemas que nunca son demasiado terribles. Y si fracaso, nadie va a matarme. Tardo todo un año en hacer una película y vivo en ese mundo con todas esas cosas, que es mucho mejor que la vida real, que tener que levantarme e ir a un despacho o una fábrica.
El pasado 16 de agosto, una semana antes de lo previsto en un principio, Woody Allen daba por finalizado el rodaje en San Sebastián, con salidas a Pasai Donibane y Zumaia, de su nueva película, de la que aún no ha trascendido el título definitivo, y que se conoce como 'Rifkin's Festival'.
Terminaba así muy felizmente, según nos contaba Woody Allen en la entrevista realizada unos días antes en Donostia, el resultado de su flechazo con la ciudad, que le impulsó a inventar una historia ambientada en el Zinemaldia, una comedia romántica para la que utilizó una gran cantidad de lugares emblemáticos de la ciudad. Wally Shawn, Gina Gherson, Elena Anaya, Sergi López y Christoph Waltz son los protagonistas.
El Boulevard, la calle Campanario, la iglesia de San Vicente, el paseo de La Concha, la playa, Miraconcha, el Palacio de Miramar, Ondarreta, el Kursaal, la librería Donosti, el bar Altxerri... Son muchos los lugares de San Sebastián que aparecerán en la película donostiarra de Woody Allen, y que indudablemente fomentarán circuitos turísticos en el futuro, como los hay en la capital francesa, sin ir más lejos, para recorrer los sitios que aparecen en 'Medianoche en París'.
Woody Allen ha seguido adelante con sus planes a pesar de todos los problemas acumulados durante los dos últimos años, cuando la hija adoptiva de Mia Farrow y Andre Previn, Dylan Farrow, volvió a acusar al director de abusos sexuales supuestamente sufridos cuando era niña, lo que activó las protestas del movimiento #MeToo.
Y ahí empezaron los problemas para la película de Woody Allen anterior a su filme donostiarra, 'Día de lluvia en Nueva York'. Después de muchos años de regularidad casi matemática, 2018 fue uno de los pocos años, en las cinco últimas décadas, que no han visto el puntual estreno de una película de Woody Allen, quien encontró de pronto que muchas voces se volvían contra él. Y que algunos de los actores que habían participado en 'Día de lluvia en Nueva York', como Timothée Chalamet, Rebecca Hall y Selana Gomez, renegaron de haber colaborado con Allen, a pesar de que las acusaciones han sido desestimadas en dos ocasiones por la justicia, y decidieron donar su salario a plataformas como Time's Up, que luchan contra el acoso sexual.
Ante esa situación, Amazon decidió archivar 'Día de lluvia en Nueva York' y no estrenarla en ningún lugar del mundo. Parecía que iba a quedar como la película maldita e invisible de Woody Allen. Y que el veterano cineasta, actualmente de 83 años, no iba a poder rodar ninguna película más y tendría que dar por finalizada su carrera, aunque su intención siempre ha sido seguir trabajando mientras el cuerpo aguante.
Tras unos meses de incertidumbre, la ayuda, y por partida doble, le llegó a Woody Allen desde España. Por una parte, la propuesta de la productora MediaPro de rodar una película en algún lugar de Europa, que acabó siendo San Sebastián por elección del director. Y por otra, la distribuidora A Contracorriente Films decidió comprar los derechos de exhibición en España de 'Día de lluvia en Nueva York', que se estrena en cines el 11 de octubre. También se han sumado otros países europeos y asiáticos, pero no Estados Unidos de momento.
Como indica su título, Woody Allen vuelve a centrarse en su ciudad para poner en marcha una comedia romántica en la que en un breve periodo de tiempo ocurren muchas cosas a dos jóvenes que pasan por diversas peripecias que ponen a prueba su romanticismo. Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Diego Luna y Liev Schreiber forman otro de los repartos llenos de estrellas de Woody Allen, de cuando todo el mundo quería trabajar con él. 'Día de lluvia en Nueva York', que también cuenta con Vittorio Storaro como director de fotografía, es una vuelta a sus esencias.
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