Ron Perlman: «Los vascos sois duros pero amables»

– ¿Se ha encontrado con una forma de trabajar muy diferente a la que está acostumbrado?

– Se rueda igual en todo el mundo. Lo que cambia es el presupuesto y el idioma.

– 'Ya no hay junglas...' es la historia de una venganza, que es algo que tiene muy mala prensa.

– Me encanta la venganza. Siempre la defiendo porque tiene mucho sentido porque lo que todos buscamos en esta vida es justicia, pero en la realidad tarda mucho y es además frecuente que los abogados acaben salvando a los malos. Lo importante de la venganza es que puede consumar esa justicia que en la vida real es difícil de conseguir.

– Pero tiene mala prensa...

– La sociedad nos ha obligado a apartar y esconder lo que nos gustaría hacer de verdad y oficialmente tenemos que comportarnos de una manera que no es la que realmente pensamos que debe ser. Sin embargo, en las películas no hay esas restricciones y se puede, por eso a la gente le encantan los filmes de venganza.

– Lo que no es habitual es que esa película la protagoniza el personaje de un jubilado, un sector social que rara vez pasa de los secundarios.

– A mí también me gusta que el protagonista sea un jubilado porque soy una persona mayor. Creo que pego más en el papel que Tom Cruise, algo más joven que yo. O Leo Di Caprio. Todos son ya más jóvenes que yo, los demás están todos muertos. Por eso he conseguido este trabajo.

– Pues ya que lo dice, ¿tiene la sensación de que con el tiempo le han ofrecido papeles más diversos que cuando era más joven?

– Ahora tengo menos competencia porque van muriéndose todos los actores que eran mayores que yo. Siempre he tenido mucho trabajo y siempre distintos. De envejecer hay pocas cosas buenas, pero una de ellas es que tienes que hacer las paces con tu muerte. Notas que se está acercando y eso te hace más peligroso. Es una idea muy romántica: «Sé que voy a morir y voy a hacer todo lo que pueda luchando por lo que es correcto».

– ¿Eso da más libertad? Quizás en el último tramo de tu vida te da igual todo...

– Me he convertido en alguien a quien le importa un rábano la opinión que tenga sobre mí la gente.

–¿Le gusta más trabajar en series o en películas? Quizás las primeras le han hecho más conocido en los últimos años...

– No tengo preferencias. Lo que busco es que en mi cabeza la historia me guste, que pueda explorar el personaje, y que sea algo interesante y novedoso.

– Ha habido cierta controversia con uno de sus compañeros de reparto en torno a las acotaciones que los guionistas realizan sobre los personajes. A usted, ¿le ayudan o le sobran?

– Si acepto un personaje, acepto lo que me han escrito. En cualquier caso, si veo alguna posibilidad de mejora la propongo. En el caso de 'ya no quedan junglas adonde regresar', en la novela el personaje que interpreto era español, así que había que convertirlo en americano, lo cual obligó a traducir el guion original. Cuando estoy interpretando, tengo que poner acento estadounidense. Ha habido que hacer cambios sobre la marcha, pero manteniendo su esencia.

– ¿Qué tal en el País Vasco?

– Es la primera vez que estoy aquí. Estuve en el Festival de Málaga, fui a Sitges, y a Madrid y Barcelona pero no aquí. Y me he encontrado un lugar fenomenal, increíble. Topográficamente es impresionante. Hemos estado en Bilbao y en Navarra. Y en cuanto a la gente, es muy dura, pero muy amable, mi combinación favorita. Por alguna razón que desconozco esto está lleno de restaurantes con estrellas Michelin. La comida de aquí me vuela la cabeza y el txakoli me ha encantado.

–¿Tiene pensado retirarse o continuará mientras pueda?

– Quiero morir en mitad de una escena para joder la producción (y muestra los dedos corazón de sus dos manos).