La selacofobia continúa
19 de diciembre de 1975. Seis meses después de su estreno en los cines de las costas Este y Oeste de los Estados Unidos, llegó ... a nuestras pantallas la película de un realizador que ya había dirigido algo tan magnífico e inquietante como 'El Diablo sobre ruedas'' y al que aún le faltaban muchos años para filmar 'ET', 'Encuentros en la tercera fase' o el primer Indiana Jones. Un cineasta que no podía sospechar que muchos años después (2021) cometería despropósitos tales como versionear 'West Side Story', Steven Spielberg.
Aquel 19 de diciembre (29 días después de la muerte de Franco) llegó a nuestras playas una epidemia que ya se había cobrado cientos de miles de víctimas en Estados Unidos: ¡Selacofobia! Miedo irracional a los animales marinos, derivación de la ictiofobia que a su vez se desprende de la zoofobia.
Hoy se detectan nuevos brotes en los salones cinematográficos de nuestros alrededores. Lo curioso del caso es que la gente asume con coraje y satisfacción el riesgo a contagiarse. En realidad, la selacofobia ha permanecido en estado latente en nuestro organismo desde aquel diciembre de 1975, reactivándose cada vez que se estrenaban películas sobre el megalodón o sobre orcas asesinas. La virulencia actual ha sido inflamada por dos bonísimos filmes con tiburón dentro, 'Dangerous Animals' y 'La bestia del mar' y ha explosionado nada más ver en las vitrinas el magnífico y terrorífico cartel, creado por Roger Kastel y escuchar en los trailers difundidos por las redes esas dos únicas notas que le bastaron a John Williams para provocarnos la paranoia de no volver a bañarnos en La Zurriola hasta que nos hayamos olvidado de que se ha reestrenado un filme sin parangón que, ahora lo sabemos, rendía homenaje a 'Moby Dick'. Selacofóbicos totales, qué grande es el cine.
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