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Cine

Crítica de 'El cuadro robado': Los girasoles marchitos

Begoña del Teso

San Sebastián

Domingo, 27 de julio 2025, 07:57

Este comentario incluye tres estrellas de calificación que la película realmente no merece. Por timorata, entre otros motivos. Porque toda la acidez que en la ... primera (y sublime) escena parecía que iba a destilar se diluye a poquitos, como si el cóctel 'Moscow mule'(vodka, cerveza de jengibre y jugo de lima) que toma una de sus protagonistas (precisamente la que está más fuera de cacho durante toda la narración, Aurore, la becaria) fuera perdiendo en el vaso su toque picante y cítrico.

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Las tres estrellas no se las merece la película porque formalmente es más bien inocua y aburrida, con ese uso de la steadycam demasiado continuo y, como dice 'Libération', excesivamente mecánico.

Las estrellas son tres porque el filme del autor de otros que nunca están ni del todo bien ni del todo mal tal que 'Las inocentes' o 'El joven Marx', gira en torno al hallazgo en el piso de un joven obrero de una fábrica química del increíble y malherido cuadro 'Los girasoles marchitos' (1914) de Egon Schiele, interpretación desde el dolor de 'Los girasoles' de Van Gogh. Los nazis lo consideraron, naturalmente, 'arte degenerado'.

  • Dirección y guion: Pascal Bonitzer.

  • Fotografía: Pierre Milon.

  • Música: Alexei Aigui.

  • Intérpretes: Alex Lutz, Léa Drucker, Arcadi Radeff, Nora Hamzawi.

  • Cines: Antiguo Berri (V.0. y doblada)

  • Duración: 90 minutos.

En esta esquina del periódico sabemos que aunque en pantalla se vea poco y mal (no habrán negociado bien los derechos de reproducción...) es esa tela la que salva este filme que sin ser contundentemente malo sí termina siendo tristemente fallido por más que, repito, en sus compases iniciales nos haya hecho creer que iba a resultar audaz, mordaz, incisivo.

Un retrato feroz de los tiburones del arte y una mirada noble (ni buenista ni simplista) a la gente que vive con humilde dignidad y elegancia lejos de París (estamos en Mulhouse, Alsacia, entre plantas químicas, mecánicas y electrónicas por más que en el pasado fuera Ciudad Imperial).

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Las tres estrellas son para el cuadro. De Egon Schiele.

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