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De los bosques de Gurs al drama del Mediterráneo
El proyecto Larart recuerda que hace 80 años miles de vascos experimentaron lo que viven hoy quienes buscan refugio. Sus dos principales propuestas, la pieza coreográfica 'Basoa' y el documental 'Basotik itsasora', reivindican «el papel del arte y la cultura»
Entre 1939 y 1946, por el campo de internamiento de Gurs pasaron casi 64.000 personas. Los primeros ocupantes del 'camp des basques' -situado casi ... en la muga de Zuberoa, a 20 kilómetros de Maule- fueron, como sugiere el nombre, vascos. Sobre todo gudaris, combatientes que dejaban tras de sí una guerra perdida y un país al que no sabían cuándo podrían volver.
Llegaron a ser 6.555 y, tal como sucedería en años posteriores con otros colectivos que ocuparon los barracones de Gurs -soldados de la República, voluntarios de las brigadas internacionales, 'indeseables' que recibían ese apelativo por diversas razones, judíos...-, la cultura fue una parte importante de su día a día. A pesar de la dureza de sus condiciones de vida, crearon una pequeña orquesta, coros, tenían un rudimentario servicio de biblioteca, ofrecían conferencias y representaciones teatrales...
El proyecto
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Larart. Aúna varias propuestas con un objetivo común sensibilizar sobre el problema de los refugiados y poner en valor el arte y la cultura.
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Basoa Producción de Dantzaz Konpainia, con coreografía de Josu Mujika y música de Iñaki Salvador.
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Basotik itsasora Documental de 50 minutos dirigido por Beñat Gereka, financiado en parte por 'crowfunding' (Verkami).
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Estreno El 6 de abril en el festival Loraldia de Bilbao y el 7 en el campo de Gurs.
«En 2017 los Gobiernos vasco y navarro homenajearon en Gurs a los republicanos internados en el campo. Entre los testimonios de los supervivientes predominaban las historias de solidaridad. También destacaban la importancia de la cultura, el arte y la propia identidad a la hora de sobrevivir en las peores circunstancias. ¡Había que tener valor para ponerse a cantar en aquellas condiciones!», indica Fernando Sáenz de Ugarte, director general de Dantzaz Konpainia, al referirse al día en el que empezó a germinar la semilla del proyecto Larart. «Fue un momento muy intenso, del que surgió la idea de reivindicar y defender el papel de la cultura y el arte», recuerda.
En poco más de un año, aquella «inspiración inicial» dará sus primeros frutos el próximo mes de abril, cuando estrenen en el festival Loraldia de Bilbao, y en el propio campo de Gurs, sus dos primeras propuestas: 'Basoa' y 'Basotik itsasora'. La primera es una pieza de Dantzaz Konpainia, con coreografía de Josu Mujika y música de Iñaki Salvador; la segunda, un documental dirigido por Beñat Gereka.
De aquel acto Gereka recuerda una frase: «Gurs es el ejemplo de lo que nunca debe volver a ocurrir». Pero para entonces ya estaba volviendo a pasar. «Esa ha sido la segunda razón para embarcarnos en este proyecto: recordar que lo que no iba a volver a ocurrir sucede todos los días, y sensibilizar a través de la creación artística acerca del problema de los refugiados», subraya.
Vocación de continuidad
Por el camino «se ha ido sumando más gente» y, en consecuencia, más elementos, como las 'gigantografías', carteles impresos a gran formato, que reproducen fotografías de hace 80 años e imágenes actuales. «En blanco y negro, se parecen tanto entre sí que a veces es difícil distinguir cuáles son de Gurs y cuáles de hoy en día», asegura Sáenz de Ugarte.
Tienen en mente llegar a los centros escolares, y dar continuidad a Larart «a través de una residencia artística que permita seguir trabajando sobre estos temas». Pero lo inmediato es terminar de dar forma a dos propuestas que pueden tener conjunta o independiente, -«se puede programar el paquete completo, o una parte»- pero están interconectadas y se han ido alimentando mutuamente desde su concepción.
«El proyecto está muy pegado a la realidad, tiene los pies en el suelo»
«Nos gustaría que una residencia artística le diera continuidad»
El proceso de creación ha sido compartido por todos los implicados. Tantas mentes pensando a la vez, tantas ideas, no son fáciles de gestionar, pero el ejercicio parece haber salido bien. «Inicialmente teníamos demasiadas cosas sobre la mesa, pero el proyecto se ha ido escalando y depurando», asegura Sáenz de Ugarte.
Finalmente, se ha concretado en una pieza coreográfica de media hora destinada a ser interpretada en la calle. Diez bailarines la ensayaban ayer en una de las salas de Dantzagunea. No está cerrada «porque siempre estrenamos muy en fresco», pero ya está perfectamente encaminada.
Una visión realista
También al documental 'Basotik itsasora', que en el trayecto que realiza desde los bosques brumosos de Gurs al drama del Mediterráneo integra partes de la coreografía, le faltan solo los últimos toques. Y algo más de 2.000 euros para completar, a través de la plataforma Verkami, la parte de la financiación que depende del 'crowfunding'. El proyecto cuenta con la ayuda del Ayuntamiento de Zarautz y de la Diputación Foral de Gipuzkoa, y la colaboración de las oenegés Hotz Zarautz y Terres de Memoires et des Luttes.
'Basotik itsasora' es, según su director, un documental «más reflexivo que narrativo», pero, como todo el proyecto, «está muy pegado a la realidad, tiene los pies en el suelo». No se deja llevar por ensoñaciones o especulaciones. Ya se encargan de mostrar la realidad en toda su crudeza y en toda su urgencia testimonios como el de la refugiada siria Ola Mobayed, que relata su experiencia sin adornos. Ella, que reside en Hondarribia, pudo culminar el viaje. Otros muchos no.
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