Alaa Ebrahim: «Ser periodista local es una espada de doble filo»
Periodista sirio ·
El informador, que desde 2019 trabaja en Dubai, aportó su visión de los retos de la profesión en la Jornada sobre Libertad de Prensa organizada por la DiputaciónALBERTO MOYANO
san sebastián.
Miércoles, 1 de diciembre 2021, 07:14
El periodista sirio Alaa Ebrahim, que trabaja en Dubai desde septiembre de 2019, reconoce que tuvo que «dejar atrás» sus emociones para cubrir la guerra ... civil que ha devastado su país. Ebrahim, que participó ayer en la Jornada sobre Libertad de Prensa y Democracia organizada por el Departamento Foral de Cultura, considera que «ser un periodista local es una espada de doble filo: por un lado, entiendes los detalles muy bien, y por otro, tiendes a transmitírselos a tu audiencia dando por hecho que sabe muchas cosas y sin un contexto».
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– Durante mucho tiempo, Siria ha sido un 'agujero negro' informativo por la imposibilidad de acceder a determinadas áreas controladas por el ISIS.
– No es que haya sido un 'agujero negro'. El problema es que hubo un exceso de información, alguna era precisa y otra estaba manipulada o descontextualizada. Pudo parecer que había un parón informativo, pero fue por el hecho de que estuviera en árabe.
– En estos casos, cobra doble importancia el informador local frente al enviado especial.
– Estoy de acuerdo. Mis comienzos en la profesión fueron como periodista local, cubriendo pequeños eventos públicos, como la inauguración de una librería y ese tipo de noticias. Cuando empecé a trabajar para medios más grandes, incluso de fuera de Siria, me di cuenta de que ser un periodista local es una espada de doble filo: por un lado, entiendes los detalles muy bien, y por otro, tiendes a transmitírselos a tu audiencia dando por hecho que sabe muchas cosas y sin proporcionarle ese marco general que es el que interesa al gran público. Voy a contarle una historia.
– Adelante.
– Durante mi cobertura de la guerra, me centraba en contar al detalle qué ciudades, municipios y pueblos estaban en manos del ISIS y cuáles en poder del gobierno, pero un reportero me hizo dudar del interés que pudiera tener eso. A veces es difícil explicarle a la gente por qué algo es importante, así que lo que empecé a contar lo que pasaba pensando en un lector que no supiera nada. Eso me hizo ver la historias de una manera distinta, coger distancia e incluso superar algunos prejuicios que yo mismo tenía sobre mi país. Intenté informar como si no tuviera ninguna vinculación con Siria, aunque amo mi país y estoy muy triste viendo toda la destrucción. Tuve que dejar atrás la emoción para contar todas aquellas historias.
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«El que tenemos ahora es como escuchar una charla que sucede a nuestras espaldas: captas palabras, pero te falta el contexto»
– ¿Cree que en Occidente tenemos una idea aproximada de lo que ha sucedido en Siria?
– Hay una cierta comprensión, sobre todo en el sur de Europa, pero es un conflicto que se ha vuelto muy complicado. Ahora es muy difícil seguirlo y entender las cosas concretas porque no hay blancos y negros, sino diferentes matices del gris. Fenómenos como la inmigración han provocado que el foco no se pusiera sobre lo que pasaba en Siria, sino en sus consecuencias y quizás los políticos han jugado también un poco con eso. Entre 2015 y 2018 Naciones Unidas decía que la catástrofe humanitaria en Siria era la peor de la Historia, pero este año ha dicho lo mismo sobre Yemen y antes lo había dicho de Líbano.
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– Busca fondos de financiación cargando las tintas. La expresión se desgasta y pierde valor.
– ¿Cree que el periodismo corre el riesgo de centrarse en llamativas historias de corte 'humano', apelando más a los sentimientos que al conocimiento?
– Es un tema ambiguo: en ocasiones, utilizar historias personales de gente que ha sido protagonista de algún acontecimiento impactante que remueva la conciencia del lector puede ser interesante, a condición de que te permita entender el contexto general.
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– ¿Qué papel juega en todo esto el lector, que un día se interesa mucho por Siria y al siguiente lo olvida para volcarse en Afganistán?
– Decimos que hay sobreabundancia de información ya que se supone que aunque vivas en el pueblo más remoto de Latinoamérica puedes tener información sobre China, pero eso no es correcto. El acceso a la información que tenemos ahora se asemeja a estar en una cafetería y escuchar fragmentos de la conversación que se desarrolla a nuestras espaldas: captas palabras o frases, pero no sabes realmente de qué están hablando y sin el contexto es difícil de entender.
– También está el llamado 'periodismo ciudadano', generalmente, en manos de activistas.
– Ese periodismo tiene su propia forma de entender de los hechos y muchas veces quiere transformar la información en un activismo militante. Describe la realidad en un determinado sentido.
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– Eso no es labor del periodismo.
– Exacto. No lo es. Culpamos muchas veces a los medios, pero la realidad es que no tienen medios económicos para enviar periodistas a Afganistán o a Siria porque les cuesta mucho dinero. Es más fácil utilizar otras fuentes de información, como Reuters o AP, o recoger notas de prensa oficiales, tanto del gobierno como de la oposición. Y también es más sencillo recurrir a activistas y ciudadanos que publican historias. Los medios no tienen los recursos suficientes para cumplir la función social que la gente espera de ellos.
«Tiene su propia forma de entender de los hechos y muchas veces quiere transformar la información en un activismo militante»
– ¿Qué opina del trabajo que realizan las grandes cadenas, que llegan como paracaidistas a los lugares de los hechos y se dejan guiar por los 'fixers' (contactos locales)?
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– Es una pregunta difícil porque yo mismo trabajo como 'fixer' para muchos de esos medios. Me dedico a buscarles fuentes informativas, hago de traductor... Soy un poco su intermediario, por lo tanto no quiero criticar mi propio trabajo. Hay buenos y malos 'fixers' igual que hay buenos y malos periodistas. Si le pides al 'fixer' algo que no es realista no harás un buen trabajo.
– ¿Le ha solido pasar?
– He tenido mucha suerte y con todos los periodistas con los que he trabajado en Siria eran buenos profesionales, pero le diré algo que encontrará interesante: la crítica más aguda a los periodistas viene de otros periodistas que, muchas veces, no se aplican esas exigencias a sí mismos. Cuando vas a otro país debes cumplir dos requisitos: conocer el lugar al que vas y conocer a tu audiencia.
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