«La Ertzaintza ha venido a preguntar si oímos algo la noche anterior»
Los vecinos del bloque donde ocurrieron los hechos se mostraban ayer incrédulos por lo sucedido. «Es un tipo normal», destacan del hombre detenido
«Debían ser alrededor de las 21.30 de la noche. Salí un momento al balcón a dejar unas cosas y vi unos 5 o ... 6 coches de patrulla de la Ertzaintza, aunque no tenían ni las luces ni las sirenas puestas. Me imaginé que sería alguna pelea, pero tantos coches me extrañó. Más tarde vino un coche de la funeraria y ahí fue cuando pensé que algo gordo había pasado». Es el relato que hace una vecina de los hechos ocurridos la noche del miércoles en la calle Indamendi de Zarautz, donde casi 24 horas después de conocerse la detención de un hombre de 47 años por el presunto homicidio de una mujer de 53, seguía reinando la incredulidad por el suceso.
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El dispositivo desplegado la noche anterior por la Policía vasca no pasó desapercibido en esta zona residencial, repleta de bloques de viviendas de hasta ocho plantas con cuatro manos en cada una de ellas. En el número 18, donde se perpetró el presunto homicidio, las preguntas sin resolver sobrevolaban en el ambiente. «Aquí nadie sabe nada, pero alguien habrá tenido que llamar para dar el aviso», se cuestionaba otra vecina antes de conocer, como ha podido saber este periódico, que fue el propio detenido el que descolgó el teléfono para alertar a la Ertzaintza de un fallecimiento.
Precisamente un coche patrulla continuaba ayer por la tarde estacionado frente al bloque de viviendas donde se sucedieron los hechos. «Han estado puerta por puerta preguntando en todos los pisos a ver si oímos algo el martes por la noche», agregaba esta mujer, corroborando las pesquisas de la Ertzaintza de que la víctima llevaría ya varias horas muerta antes de que los agentes llegaran al domicilio del varón.
Un hombre, coincidían varias personas del vecindario, que reside «de toda la vida» en ese mismo bloque y del que nunca nadie habría podido sospechar que podría llegar a cometer unos hechos como los que se le imputan. «Es un tipo normal, que no destaca por nada y que vive aquí... Lo más 'raro' que se puede decir de él es que tiene un perro enorme y maloliente», sostenía otra vecina mientras salía a pasear a su can.
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Algunos residentes de la zona apuntan a que por la casa del arrestado «suele pasar mucha gente a menudo»
Una versión afable del detenido no compartida por todos los habitantes de la comunidad. Otro residente del número 18 aseguraba a este periódico que «siempre se escuchan ruidos» provenientes del domicilio donde presuntamente ocurrieron los hechos. Esta persona también afirmaba que por la casa del arrestado «suele pasar mucha gente a menudo», aunque no lograba precisar los motivos de tal trasiego ni el tipo de relación que podían mantener víctima y arrestado. Fuentes conocedoras de la investigación apuntan que tanto el varón como la mujer eran usuarios drogodependientes.
Entre los pocos comercios que hay alrededor y los residentes de otros portales la sorpresa ayer era mayúscula conforme la noticia iba difundiéndose.«No me he enterado de nada hasta esta tarde (por este jueves) cuando lo he leído en el periódico. Es raro que nadie haya dicho nada. No deja de chocar que una cosa así ocurra aquí», apuntaba otro hombre.
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