Andoain

Más que un albergue en el corazón de Andoain

Nada más llegar al local, los peregrinos se encontrarán en la puerta un croquis que les indica la posición de la comisaría de la Policía Municipal para que allí recojan las llaves. Solo se les entregará a aquellos que tenga la credencial, ya que su uso es exclusivamente para quienes estén realizando el Camino.

Una vez dentro, y como admite el técnico de Comercio y Turismo Manu Segovia, tiene un aspecto «espartano», aunque cumple a la perfección con el espíritu humilde y servicial con el que se inició en 2010. Adornado con grandes murales con motivos del Camino, está provisto de cerca de una docena de camas convertibles en literas –ampliable hasta los veinte–, además de mantas y varias mesas para poder comer. También cuenta con un ordenador con acceso a internet y dos baños con ducha.

Sin embargo, la estancia no tiene una cocina ni tampoco un microondas. La razón detrás de la decisión es que un aparato electrónico como éste en una instalación tan antigua –era un antiguo colegio-parvulario, usado también para actividades de tiempo libre– podría ocasionar problemas con los vecinos. Asimismo, para promover el comercio local, que el caminante no esté solo de paso y aproveche la ocasión para reabastecerse o alimentarse dentro del municipio. De esta manera, mantiene el objetivo de los antiguos albergues de servir como un alto en la vía de peregrinación para descansar, estar tranquilo y reponer fuerzas.

Gracias a la voluntad se pudo adecuar un baño con ducha en la planta que corresponde al albergue –la segunda se cede a grupos vecinales–. También se instalaron calefactores, dado que poco a poco se ha ampliado a todo el año la presencia de peregrinos. Así, el Albergue del Plazaola se ha convertido en la única parada en toda la ruta interior gratuita y que prácticamente asegura un espacio para los usuarios del Camino de Santiago.

Aunque la opción del Camino Vasco es menos seguida por el atractivo de ir «de playa en playa» dentro del Camino del Norte, según el hospitalero y uno de los precursores de esta estancia Paco Arnaiz, anualmente son más de 2.000 personas las que cruzan Andoain dentro de la etapa Hernani-Tolosa. Durante los trece años en los que ha funcionado el albergue, su máximo llegó en 2019 con 280 pernoctadores, y tras dos años de vacío por la pandemia, el año pasado retomó la actividad en abril, cerrando el año con 165. En los casi tres lustros y gracias a su apertura durante los 365 días ha acogido a peregrinos de «los cinco continentes», tan lejanos como Brasil, Sudáfrica, Japón o Nueva Zelanda, algunos incluso repitiendo.

Su nacimiento llegó a partir del interés de la fundación Amigos del Camino de Santiago y la asociación Amigos de Camino de Santiago de Gipuzkoa de contar con un alojamiento para peregrinos en la localidad, dado el auge que estas rutas estaban teniendo en el territorio. En 2010 el Ayuntamiento cedió el local de la calle Gabriel Aresti, y desde entonces, poco a poco, se ha convertido en una referencia para todos los viandantes que comienzan su andadura en Irun y quieren vivir la experiencia en su plenitud. Es el único albergue de la ruta Hernani-Tolosa y el tercero tras el Hospital de Peregrinos de Irun y Santiagomendi de Astigarraga en el Camino Vasco.

Aunque el convenio de colaboración se firma con la fundación, la gestión corre a cargo exclusivamente de la asociación Amigos del Camino de Santiago de Gipuzkoa. Fueron tres de sus miembros los impulsores de este albergue, Paco Arnaiz, Felix Ramirez y Jose Ignacio Telleria. Por desgracia, Felix tuvo que apartarse por asuntos personales y Jose Ignacio falleció el año pasado. Ahora es Juanfran Venero quien acompaña a Paco en la atención y el cuidado del espacio, en una labor desinteresada y «totalmente efectiva», añade el técnico Segovia. Prueba de ello son los cientos de agradecimientos que han recibido durante años en el libro de visitas.