«Hay que estudiar qué aporta cada humedal contra el cambio climático»
Julen Rekondo, consultor y especialista en medio ambiente, ofreció ayer una conferencia en Plaiaundi dentro del programa por el Día Mundial de los Humedales
Julen Rekondo es una de esas voces que predicaba en el desierto cuando la mayoría no sabíamos deletrear cambio climático. En 1998 recibió, en la categoría de Periodismo, el Premio Nacional de Medioa Ambiente que el Ministerio concedía antes anualmente. Hace cuatro décadas, con el conflicto de la nuclear de Lemoniz de por medio, hablaba ya de energías renovables, «pero no como se habla ahora de ellas, como elemento para mantener un modelo desarrollista que no es sostenible. La fabricación de los elementos que se usan para generar energía renovable no es sostenibles, señaló ayer en la Ekoetxea de Plaiaundi. Acudió para ofrecer una charla sobre humedales y cambio climático, pero por momentos el campo temático de la sesión se amplió a otras cuestiones medioambientales.
En la parte inicial de su intervención Rekondo hizo un repaso de cómo la comunidad internacional ha encarado el problema del cambio climático, término que sugirió cambiar por «'crisis climática', porque se están dando fenómenos de cambio muy rápidos y de gran intensidad, o por 'emergencia climática', porque ya vamos tarde y tenemos que actuar con gran urgencia». Habló de los objetivos que se persiguen y de las posibles consecuencias futuras en Euskadi, sin olvidar mencionar algunas de las que ya se ven.
Al hablar del papel que los humedales en la desequilibrada batalla contra el cambio climático, Rekondo comentó que en este tipo de ecosistemas «se producen importantes emisiones de metano», uno de los equivalentes a CO2. «También es cierto que son sistemas que absorben y fijan carbono y que, en la mayoría de las ocasiones, el saldo es favorable: funcionan como sumidero de carbono y no como emisor».
El matiz de 'la mayoría de las ocasiones' es una de las ideas que Rekondo puso sobre la mesa. «Depende del humedal, de si es natural o restaurado (y cómo se ha restaurado), del tamaño... Depende de muchas cosas y el problema es que se ha estudiado poco. En Euskadi nos hacen falta más investigaciones sobre cada humedal concreto». Incidió, por si acaso, en que no hay que mirar al humedal sólo como un sumidero de carbono, porque juega papeles fundamentales «en la biodiversidad, en la defensa contra fenómenos costeros... pero es importante saber qué aporta en cada caso y cómo podemos mejorar esa aportación».
Un público que aportó
Rekondo planteó su charla como un espacio abierto a la intervención y varios de los asistentes le tomaron la palabra. Fueron dos de los presentes, cuyos conocimientos y trayectorias reconoció el propio ponente en varios momentos, los que más ayudaron a desarrollar algunas ideas y a ampliar el foco del debate.
Una de las cuestiones que expuso Xabier Garate, de Bidasoaldeko Lagunak, fue la dificultad que supone en la lucha contra el cambio climático «que todo se haga desde una perspectiva economicista. Eso lleva a que la administración tenga siempre mucho recelo en cuantificar el valor natural de los espacios. Pasa por ejemplo», comentó, «con la zona marítima de Jaizkibel, que no se ha protegido aún porque significaría que el proyecto del puerto exterior nunca se podría llevar a cabo».
El otro interviniente destacado desde el público fue Carlos Pérez Olozaga que, entre otras cosas, dirige en Donostia el taller Plus 55 Sensibilidad Ambiental. Pérez ligó la lucha contra el cambio climático con «el concepto de la sostenibilidad, que tiene tres vertientes: económica, social y medioambiental. En las dos primeras, diría que retrocedemos más de lo que avanzamos, que somos una sociedad cada vez menos sostenible». En cuanto a lo medioambiental, apuntó importantes avances respecto a hace unas décadas, pero advirtió puntos negros. «Incluso entre la gente que pasea por Plaiaundi o viene aquí a ver aves hay poco interés en el valor medioambiental del lugar. Si esto se perdiera, irían a otro sitio y ya está». Lejos de desesperar pidió que «esto no nos lleve a cada uno a dejar de hacer lo que está en nuestro mano para seguir impulsando un mundo sostenible en todos los sentidos».