Arrancan las labores para asegurar la parte inferior de la carretera al faro de Higuer

Este lunes por la mañana han comenzado las labores para asegurar la parte inferior de la GI-3361, que conduce desde Hondarribia hasta el faro de Higuer. Los trabajos van a obligar a cerrar la carretera durante dos o tres meses, según ha informado la Diputación de Gipuzkoa.

La diputada Foral de Infraestructuras Viarias, Maria Ubarretxena, ha subrayado que el gran tamaño de las piedras «complicará bastante las labores de limpieza» de la calzada. Ha anunciado que esta misma mañana se iniciará una «actuación de urgencia». Se colocarán las protecciones de hormigón en la carretera que está debajo de la zona afectada para poder protegerla del material que se pueda desprender de las obras de estabilización. Más adelante se construirá una rampa de acceso directo a la zona del desprendimiento para la maquinaria y los operarios. Una vez que se garanticen las condiciones de seguridad, en los próximos días se comenzará con la ruptura de las rocas desprendidas para poder limpiar la zona. Los técnicos de la Diputación estiman que los trabajos de limpieza y acondicionamiento de la zona tendrán una duración media de dos o tres meses.

Por su parte, el alcalde de Hondarribia, Igor Enparan, ha señalado que el importante corrimiento de tierra en la carretera del faro influye no solo a ese vial, sino también a la calle Ramón Iribarren, la que va hacia el puerto refugio. El domingo se cerró al tráfico y a partir de mañana se espera que se pueda reabrir la carretera inferior con un carril y paso alternativo. Ha indicado que «tenemos que garantizar la seguridad de vehículos y peatones, que no haya afecciones por los trabajos que se estén realizando en la parte de arriba».

No se puede pasar más allá del Club Náutico, lo que ha afectado a la actividad pesquera. Enparan ha señalado que «el domingo estuvimos en comunicación con responsables de la Cofradía, les explicamos la situación y tenemos que agradecer su disponibilidad y comprensión. Por seguridad no se puede acceder a la Cofradía, por lo que no han salido a pescar, esperamos que a partir de mañana martes sí lo puedan hacer».

Reconoce el primer edil que «fue un gran susto. Después de 24 horas sobre todo quiero poner en valor dos cuestiones. Por un lado, que hemos sido afortunados de que no haya habido daños personales. Y también la buena coordinación entre las instituciones. El trabajo en equipo ha sido bueno y quiero agradecer a todos los implicados». «El domingo priorizamos atender a las personas y valorar la situación. Ahora hay que recoger todo lo que ha caído y apuntalar la ladera. Creemos que será para bastante tiempo, habrá que tener paciencia», ha remarcado el regidor.

Eran las 2.15 de la madrugada del domingo cuando parte del monte se vino abajo en la subida al faro de Higer, en Hondarribia. «Hemos oído un estruendo y cuando hemos salido de casa hemos visto que se había caído parte de la ladera, casi se nos ha echado encima», comentaban unos vecinos de los dos bloques de la zona de Iterlimen más cercanas al corrimiento que este domingo tuvieron que ser desalojadas por precaución. La impresionante lengua de escombros, de 40 metros de longitud y 28 metros de altura, según fuentes de la Diputación Foral, se quedó a apenas 50 metros de las viviendas. En total seis personas de tres viviendas tuvieron que ser desalojadas por un derrumbe de grandes dimensiones que arrastró lodo, vegetación y rocas de gran tamaño colapsando la GI-3361. El desprendimiento, causado por las intensas lluvias que se han registrado durante la última semana, arrastró tres rocas que alcanzan las 120 toneladas.

Precisamente, técnicos del departamento de Infraestructuras de la Diputación Foral estuvieron trabajando ayer en la zona durante toda la mañana y por la tarde dieron «por controlada la situación». Así, las personas de una de las dos viviendas evacuadas por seguridad pudieron regresar en la noche del domingo ya a su domicilio.

El acceso a la vivienda que se encuentra más cercana al punto donde tuvo lugar el desprendimiento no será posible por el momento, y se valorará una vez finalicen las labores de limpieza de la zona durante esta semana, según señalaron fuentes forales.

«Llamamos a emergencias y en unos 20 minutos llegó la Policía Municipal y después la Ertzaintza. Estuvieron evaluando la zona y sobre las 4.00 de la madrugada han decidido que era mejor desalojarnos», relató ayer uno de los afectados por el derrumbe.

Desde el Ayuntamiento aseguraron alojamiento a las tres familias desalojadas durante la madrugada, y su alcalde, Igor Enparan, destacó que «la situación está estable, pero sobre todo se tiene que garantizar la seguridad de las personas». Enparan ya advirtió al mediodía que las labores de limpieza de la calzada serán difíciles, principalmente por las grandes rocas que se han desprendido del monte, e insistió en priorizar la estabilidad de la ladera en la que se produjo el corrimiento . «Si persisten las lluvias, siempre existe la posibilidad de que la situación vaya a peor, y por eso la seguridad de todos y todas es vital», dijo el primer edil .

Además de policía, al lugar del corrimiento se trasladaron también bomberos del parque de Bidasoa, que estuvieron más de dos horas retirando ramas de la carretera, y guardas forestales de la Diputación. Ya con la luz del día el alcalde convocó una reunión en el lugar con técnicos del consistorio y de la Diputación, además de agentes de la Policía Municipal, para evaluar la situación.

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