La Fiscalía investigará la situación del vertedero de Zaldunborda

La Fiscalía de Medio Ambiente ha abierto diligencias de investigación con el fin de «practicar cuantas actuaciones sean necesarias para determinar si, en el momento actual, existe un peligro grave» derivado de que no se haya llevado a cabo el proyecto de sellado del vertedero situado en Zaldunborda.

Esta decisión viene motivada por la denuncia presentada hace un mes por Eguzki y Ekologistak Martxan contra Servicios de Txingudi «por daño ecológico reiterado sobre el suelo, las aguas subterráneas y aguas superficiales de este paraje debido a la mala gestión de este basurero».

Ambos grupos ecologistas señalaron ayer que «ante la gravedad de los hechos denunciados, creemos que la actuación de la Fiscalía no puede ser más acertada». Asimismo, mostraron su deseo de que «se investigue a fondo este tema, ya que cada día que pasa se sigue produciendo un daño severo sobre el medio natural de la zona. Creemos, por tanto, que Servicios de Txingudi debe hacerse cargo del sellado y cierre del vertedero lo antes posible».

Denuncia

Eguzki y Ekologistak Martxan recordaron que en la denuncia «poníamos en conocimiento de la Fiscalía la existencia de un vertedero clandestino de la mancomunidad que lleva funcionando sin permiso desde el año 1993 y en el que se han vertido residuos industriales y de construcción sin ningún tipo de control».

Los dos grupos ecologistas apoyaron su argumentación en «la existencia de un estudio técnico encargado por Servicios de Txingudi que atestigua la presencia de concentraciones de plomo, antimonio y benzo(a)pireno en el suelo que superan los valores indicativos de evaluación para la salud humana». No solo eso, sino que además «se había detectado afección a la calidad de las aguas subterráneas y a las aguas superficiales del arroyo Zokueta».

Servicios de Txingudi aclaró hace varias semanas que «Zaldunborda dejó de ser utilizado como vertedero incontrolado hace más de una década y, desde entonces, no se han realizado vertidos de ningún tipo». También precisó que los estudios realizados sobre el terreno en estos últimos años «no han ofrecido niveles de contaminación alarmantes de metales o gases».

En base a ello, la mancomunidad quiso «tranquilizar a la ciudadanía y apelar a la sensatez de los grupos ecologistas para que no lanzaran mensajes alarmistas que carecen de fundamento».