La Vuelta al País Vasco asegura su futuro

Corren tiempos de cambios en el mundo del ciclismo a todos los niveles. Hay un nuevo presidente de la Unión Ciclista Internacional, el inglés Brian Cookson, y también se anuncian novedades para un futuro no muy lejano, 2017, tanto en el mundo de los organizadores como en el de los equipos.

En los dos casos citados, habrá que ver cuántos organizadores y equipos aguantan para esas fechas. Estamos hablando de cuatro años, que parece un período largo de tiempo, sobre todo en un deporte tan cambiante como el ciclismo, y que en realidad no lo es tanto.

A nivel organizativo, de las cuatro pruebas correspondientes al WorldTour que hay en el calendario español, dos de ellas, la Vuelta al País Vasco y la Clásica de San Sebastián, cuentan con la puesta en marcha de Organizaciones Ciclistas Euskadi.

La Vuelta a España pertenece, con todas las consecuencias, a ASO (Amaury Sport Organisation), que es como decir que se encuentra bajo la tutela del mayor y mejor organizador del ciclismo mundial, el que más carreras y de más calidad tiene. Es decir quien mueve una parte importante de los hilos del ciclismo mundial. La Volta a Catalunya la organiza la U.S. Sants.

El pasado fin de semana hubo una reunión en Estambul para tratar los nuevos tiempos que le van a llegar al ciclismo mundial. Organizaciones Ciclistas Euskadi (OCE) estuvo representada en la citada reunión por Rubén Peris, el máximo responsable de la Volta a Catalunya. José Luis Arrieta, presidente de OCE prefirió delegar en él «antes que realizar un desembolso económico que en estos momentos nos venía muy mal realizar. Si hemos recortado en otros asuntos de las pruebas también debemos de hacerlo en ése», señala Arrieta.

Lo más importante de esa reunión, al menos para las pruebas vascas, es que hasta el 2016, incluido, se mantendrán las dos carreras dentro del máximo nivel, el WorldTour: «Tenemos tres años por delante para intentar consolidar las dos pruebas y luego veremos lo que nos encontramos», afirma Arrieta. También sigue la Volta a Catalunya.

Con más tranquilidad

De momento, con esa seguridad, podrán trabajar con más tranquilidad a la espera de la reordenación de un calendario que tendrá menos días de competición en 2017, con los fines de semana ocupados por las clásicas y con la mayoría de las pruebas que organiza ASO, por no decir todas, incluidas en una primera división del ciclismo mundial.

Mientras, la Vuelta al País Vasco deberá buscar su hueco en el calendario mundial, en una llamada segunda división que también resultará atractiva por una razón muy sencilla: hay corredores de mucho nivel que en el mundo de las pruebas de un día lo único que pueden ganar son caídas y problemas.

Será un calendario de carreras en en el que se exigirán muchos compromisos económicos, televisivos y de nivel organizativo para contar el beneplácito del organismo que las regulará. Queda por ver cómo van encajando todas esas piezas, además de la voluntad y la capacidad de generar recursos que van a tener las carreras en función de su nivel de participación.

Por eso, el margen de tiempo que queda por delante será importante para intentar gestionar el futuro de las dos pruebas que este año van a conseguir, finalmente, un equilibrio económico, después de los avatares que vienen sufriendo durante los dos últimos años.

Lo más sorprendente es que a nivel de salidas y llegadas de etapa, de comienzo y final de la carrera, siguen mostrando su interés por acogerlas muchas localidades, lo que anima a los organizadores en perseverar en el montaje de una Vuelta al País Vasco que ya está perfilada para 2014 y que también cuenta con unas cuantas localidades que se han interesado en acoger la carrera en 2015.

De momento, seguir al máximo nivel organizativo supone un colchón importante para pensar en los pasos que se deberán de dar antes de que llegue 2017.